El actual contexto macroeconómico está adelantando la cobertura de personas y empresas ante una expectativa de corrección cuyo plazo cada vez se acorta más, lo que redunda en un aceleración del proceso inflacionario y de dificultades en el mercado de cambios. Así lo entendió el ex ministro de Producción y Trabajo y Socio Fundador de la consultora ABECEB, Dante Sica, en la apertura de Forbes Money & CFO Summit Studio en la que se analizan los escenarios a partir del impacto de la sequía, el cronograma electoral y un contexto internacional desafiante.
“La sociedad ya no tiene el horizonte de un evento de crisis traumática en octubre con una devaluación y salto cambiario, sino que la mirada está en agosto. Esa mirada de planeamiento se ha acortado muy fuerte y las empresas acumulan stock de sus propios productos, tratan de sacarse los pesos de encima, dolarizando el activo” a través de distintas herramientas, describió el analista.
Si bien identificó el impacto de la sequía más fuerte de lo esperado y algunos movimientos internacionales como la volatilidad financiera que profundizaron el deterioro las condiciones externas, Sica aseguró que “todo se asienta en un brutal desequilibrio macro que este gobierno viene arrastrando en los últimos años, lo que lleva a una economía que empieza a ralentizarse, y una falta de dólares que hace que el gobierno se quede con pocos elementos de política económica con un proceso de alta inflación y a una tasa de aceleración preocupante”.
Al profundizar en la perspectiva de corto plazo, el ex funcionario del gobierno de Mauricio Macri, afirmó que “la situación es grave, con una Argentina que vuelve a una época de los 80 pre hiperinflacionaria, que no quiere decir que vaya a desembocar en ella pero el descontrol de este gobierno y la mala política económica viene construyendo un proceso de alta inflación que cambia el comportamiento de los agentes económicos”.
Para graficar la sensación de personas y empresas, Sica expresó que “el consumo se acelera porque todo respecto a mañana va a ser siempre barato, y es prioritario sacarse los pesos de encima por una preocupación por el dólar todos los días”.
“Hasta algunas empresas prefieren bajar su nivel de producción y no vender, subiendo el piso de inflación en un nivel que quizás se establezca entre 6 y 7 por ciento” por el resto del año que, además, estará fuertemente marcado por la contienda política. En ese contexto se manifestó a favor de “tener un nuevo acuerdo con el Fondo, aunque ya perdió esa calidad de ancla, pero es mejor tener un acuerdo light con un organismo que no quiere ser responsable de una debacle de la economía argentina, y se vuelva mucho más flexible en las normas, porque de lo contrario eso empeoraría mucho las expectativas”.
Tras entender que el Gobierno perdió dos oportunidades en 2022 de mejorar las condiciones macroeconómicas, en ocasión del acuerdo con el FMI y la llegada de Sergio Massa al Ministerio de Economía, el ex ministro dijo que “ahora, todo lo que no haga este gobierno lo va tener que hacer el que viene; el atraso cambiario, el déficit público, la distorsión de precios relativos que si no los corrige la autoridad política económica, cuando lo hace el mercado la distribución de pérdidas es absolutamente inequitativa”.
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Así, en un contexto de aceleración inflacionaria, de caída de actividad con un 45% de pobreza y con empleo formal que la genera, Sica aseveró que “si se continúa sin hacer ningún cambio, sin reformas micro, de desregular y empezar a generar procesos y mejoras en la calidad de los bienes públicos, lo único que se puede prometer a futuro son peores condiciones a las del presente”.
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“Hay muchísima dilapidación de recursos, con subsidios económicos muy mal repartidos, el descalabro de las empresas públicas con un déficit de más de un punto y medio del PBI”, detalló al dedicar un párrafo especial a la necesidad de abordar la política de contención y planes sociales. En ese sentido, consideró que “en una primera etapa hay que terminar con la intermediación, porque los programas sociales terminan siendo una fuente de financiamiento de los movimientos políticos sociales y la ayuda tiene que ir directamente a la persona”.
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Y en segunda instancia “hay que darle una temporalidad, no tener programas eternos, y hay que darle mecanismos de capacitación de habilidades blandas y duras para empezar a reinsertarse en el mundo laboral. Pero para ello también hay que mejorar las condiciones de empleabilidad”.
