Responsabilidad y visibilidad son las dos palabras que utiliza Daniel Londero, Head de Bayer Pharmaceuticals para Conosur y miembro de la Comisión Directiva de CAEME para definir cómo atravesó la industria farmacéutica el año de COVID-19. La industria en su conjunto demostraron tener una enorme capacidad de reacción, aseguró en el marco del Forbes Healthcare Summit.
Londero es bioquímico, farmacéutico y cuenta con un máster en administración de empresas. Inició su carrera en Bayer en 2007, tras la integración de la empresa Schering SA, donde trabajaba desde 2001. Con extensa experiencia internacional, trabajó en México, Estados Unidos y Alemania, desde donde dirigió operaciones de MKT para las Regiones EMEA (Rusia, Turquía, Medio Oriente, Magreb) y América latina. En la prepandemia para un fármaco hablábamos de años de I+D. Ahora, en menos de un año tuvimos casi 200 vacunas en investigación y tenemos siete que se usan de manera eficiente y eficaz, asegura.
¿Cómo impactó la pandemia en el rol de la industria farmacéutica?
Creo que nos puso en un lugar de mucha visibilidad y hemos respondido como se esperaba. Pero eso no es casualidad: significó la inversión de muchísimos años en mejorar las tecnologías para reducir drásticamente los tiempos de decodificar un virus y desarrollar proteínas. O vacunas. Hoy eso se está viendo. Creo que la valoración de la opinión pública de la industria farmacéutica es mejor. Hubiera podido salir peor, si la vacuna no tenía éxito. La valoración sería negativa. El éxito es una buena oportunidad. La gente aprendió mucho de investigación y de tecnología. Aprendieron de métodos y es un buen momento para hablarles de los desarrollo.
Hay un mayor interés y eso se nota. Ahora, ¿creés que los tiempos de investigación que se acortaron se van a trasladar al proceso tradicional en el desarrollo de medicamentos?
Definitivamente sí. Creo que en todos los aspectos aprendimos que con mucho foco podemos acelerar los tiempos. Hemos aprendido, no a saltar pasos, pero sí a hacerlos de otra manera. De hecho, eso no solo lo vimos en la investigación sino nosotros mismos en los procesos, para asegurar que del sitio de producción a los pacientes los productos lleguen en el mismo tiempo de antes en condiciones totalmente diferentes. No sé cuánto se va a acelerar pero todo lo que sea tecnología digital hemos avanzado en el último año todo lo que no avanzamos en los últimos 10. Hace poco, alguien dijo que cuando miraba y media los avances de su propia compañía en el último año y los comparaba con los últimos 10, parecería que antes no habían hecho nada.
Y al haber mayor valoración, ¿crees que los laboratorios van a recibir mayor apoyo financiero para temas de I+D?
Creo que hay quienes terminan realizando la inversión son los laboratorios como compañías privadas. Pero sí la inversión va a ser cada vez más significativa. En 2018, en Argentina, las compañías que agrupa Caeme invirtieron casi $ 6.000 millones. Bayer en este momento solo en Argentina está trabajando en 10 estudios clínicos, en distintas instituciones del país y liderada por investigadores locales. Y es un poco el fin de las compañías de innovación: hay que innovar para tener fármacos nuevos para tratar condiciones de una población que envejece y aparecen patologías crónicas que son cada vez más comunes. La investigación no se puede detener.
¿Cómo viven en Bayer la transformación que generó la pandemia?
A nivel local, nos tuvimos que acostumbrar a trabajar de una forma distinta de la que estábamos acostumbrados. Los que están producción tuvieron que ocuparse que la producción sea la misma pero en condiciones más desafiantes. Otros tuvimos que aprender a trabajar desde casa, coordinar equipos y contactar clientes de forma virtual. Estamos usando maneras innovadoras de hacer las cosas. Pero más allá de eso, en Bayer se respira innovación. Tengo tres sitios con muy buenos ejemplos de cómo hacer las cosas diferentes todos los días. Me refiero a la gente de investigación, como el approach para tratar enfermedades, como la manera en que se financian las investigaciones. Por ejemplo, si miramos la investigación de un científico que está en un laboratorio hoy usamos IA para modelar distintas etapas de la patología y conseguir un compuesto que se adapte a la necesidad de esa patología. Luego estos compuestos van a librerías, que son alimentadas por robots. Todo eso fue una innovación tremenda. En la forma que se tratan las terapias, Bayer va a conseguir la aprobación para un producto para la oncología que significa una forma totalmente diferente de tratar a los pacientes. En otro ámbito, estamos trabajando en terapia génica, que es una gran innovación. Se trata de curar patologías que antes no se trataban, como la hemofilia. Y en la investigación también. Tenemos un brazo corporativo, Leaps, para invertir en compañías que están estudiando algo muy específico que a Bayer le pueda servir. La ambición es lograr objetivos que para cualquier persona podrían ser inalcanzables como curar el cáncer, proveer órganos para trasplantes, revertir enfermedades autoinmunes, y demás.
En el corto plazo y mirando el plano local, ¿qué podemos esperar?
En el corto plazo creo que tenemos que trabajar para asegurar que los pacientes reciban y lleguen los productos innovadores y lanzamientos a la región Cono Sur. También seguir trabajando para que nuestros empleados se sientan seguros y empezar a prepararnos para la post pandemia. Seguramente trabajaremos no de la forma tradicional, sino con modelos híbridos. En el mediano plazo, necesitamos asegurar todos los recursos para que nuestros equipos puedan seguir introduciendo innovación en el Cono Sur. Tenemos 10 lanzamientos en los próximos tres años en los cinco países que forman Cono Sur.