Ciencia y tecnología, las llaves para el desarrollo económico
Cuatro referentes de la innovación científica y tecnológica debatieron en la quinta edición del summit Promesas de Forbes Argentina los alcances de la articulación entre Estado, empresas privadas y ámbito académico para potenciar el crecimiento del sector.

En un contexto de pospandemia donde la inédita paralización global que impuso el Covid-19 fue trampolín hacia una aceleración de emprendimientos, funcionarios, inversores y empresarios compartieron un panel en una nueva edición del summit Promesas de Forbes Argentina en el que aportaron sus visiones para trabajar en conjunto y acrecentar las posibilidades de éxito.

Luis María Bullrich, Director Ejecutivo del Parque de Innovación del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, enmarcó la búsqueda. "El desafío como Estado es generar políticas robustas y permanentes no solo para las startups sino también para los inversores: intervenir menos y ser más puente", definió.

A su lado, Marta Cruz, Managing Partner de NXTP Ventures, advirtió que cada científico “tiene que entender que hacer de su investigación un negocio no es una mala palabra. Hay que ser -alertó- emprendedores con conciencia de revenue".

Diego Noriega, Managing Partner de Newtopia, reforzó la idea. "Creemos en emprendedores que son muy cuidadosos con el dinero que reciben, que generan en los inversores una atracción orgánica con un equipo sólido, complementario y con visión comercial", dijo.

Como CEO de Ualabee, Joaquín Di Mario consideró en ese sentido que es fundamental “mostrar capacidad de ejecución a los inversores y coherencia con el sueño que uno tiene: entender cuál es el driver para ir al próximo nivel, qué necesitas en cada etapa".

 

Más inversoras

“Pienso que la función clave del Estado es ser facilitador, apuntalar el crecimiento inicial. En Argentina hay mucho talento y muchas ganas de resolver problemas”, sostuvo el CEO de Ualabee. 

Luego, Di Mario reconoció haberse “pegado muchas cachetadas” por no haber sabido entender a tiempo la necesaria relación entre ciencia y negocio. “Hay que buscar la rentabilidad, no se puede crecer y después pensar en eso”, adoctrinó desde su experiencia.

Cruz valoró a la nueva generación de empresarios “con capacidad de transformar el mundo con desarrollos propios y empresas sustentables. Pero hay que construir un ecosistema propicio”, alertó.

Sobre eso, mencionó que el covid adelantó “casi 7 años el desarrollo de las compañías” y que ese empuje derivó en que el venture capital total en Latinoamérica que en 2011 era de unos 143 millones de dólares hoy haya crecido de tal modo que ese modo es el que implica apenas una transacción.

 

“El tema que me preocupa es que haya más mujeres emprendedoras pero también inversoras. De 38 startups en las que invertimos, sólo una tenía a una mujer como integrante del equipo fundador”, reveló. 

Emprendedoras hay muchas, pero no en proyectos de alto impacto que puedan escalar globalmente. “Por eso -agregó- lanzamos una comunidad de mujeres emprendedoras en la región con la idea de subirnos a todos los escenarios posibles pero no para participar de paneles femeninos sino para hablar de lo que hablan todos”.

A la hora de evaluar emprendimientos en los que invertir, Cruz reconoció la existencia de “sesgos, incluso entre las mujeres”. Para contrarrestarlos, fundó We Invest, organización en la que participan 243 inversoras de 118 instituciones que hasta ahora han financiado 1300 startups. 

Ecosistema de apoyo

Bullrich subrayó que el Parque de la Innovación, que se inaugurará en febrero en el barrio porteño de Núñez, permitirá “pasar del paper a la acción” innumerables proyectos.

En el predio funcionarán cuatro universidades y habrá espacio para que los emprendedores armen rondas de negocios y encuentros con pares y con inversores

 

“Estamos trabajando en un coworking de biotecnología con laboratorios que estará funcionando en agosto próximo. Queremos aprovechar esta oportunidad con capacitación para llegar a mercados internacionales. Nos inspiramos en parques similares de Barcelona y Málaga y queremos que el nuestro sea público-privado y nazca federal y global”, detalló.

También resaltó la tarea oficial en pos de “inculcar el gen emprendedor desde la secundaria” y en potenciar las “vocaciones científicas”.

 

Finalmente, Noriega (quien admitió haber emprendido “23 veces, de las cuales me fue bien en pocas”), afirmó que el camino del innovador “es muy solitario y requiere de un ecosistema de apoyo. Tomar riesgos, analizar casos de éxito y generar un clima de acompañamiento es lo que llevará a la transformación”.