Pese a los vaivenes económicos, la Argentina sigue siendo una productora de unicornios, es decir, de compañías de base tecnológica que logran generar un valor de 1.000 millones de dólares durante su primer año de lanzamiento al mercado, aún sin haber ingresado a la bolsa de valores, y sin contar con el financiamiento de inversionistas u otras empresas más grandes.
¿A qué se debe esto? "Lejos de ser una criatura de fantasía, los unicornios son emprendedores que llegaron a esta posición tras muchos años de sacrificio, esfuerzo y perseverancia, y su éxito radica en que han encontrado soluciones para mercados enormes. En nuestro país tenemos la suerte de contar con 11 unicornios que han posicionado al país en un lugar de privilegio en el mundo. Esta es una ventaja que tenemos que saber aprovechar porque realmente son una fuente de inspiración, de empleo y sin duda de riqueza para nuestro país”, explicó vía Zoom Julia Bearzi.
Por su parte, Marta Cruz destacó que la condición que favorece a ese boom viene dada por un contexto claro: “Un país amenazado continuamente por la inestabilidad política-financiera y con una parte mínima de la población que puede consumir. Esta realidad, que es súper impredecible, motiva el surgimiento de este tipo de empresas tecnológicas globales que buscan resolver problemas en distintas regiones y en otros mercados, no sólo en Argentina. Además, son compañías que nacen con un ADN donde el cliente es el centro de su propuesta y en eso radica su fortaleza”.
Durante el encuentro también se indagó sobre los denominadores en común que atraviesan al emprendedor argentino.
A propósito, Bearzi señaló que “en relación a sus pares latinoamericanos, el emprendedor argentino siempre se destacó por el talento, la capacidad de adaptarse, de resiliencia y de hacer mucho con poco. Siempre me gusta pensarlo como a un protagonista de una película de acción, ya que vive con mucha adrenalina y riesgo y siempre sale victorioso”.
Por otra parte, consultadas sobre esa necesidad de muchos emprendedores de proponerse como meta ser líderes de este tipo de empresa, Cruz advirtió que ser un unicornio es una consecuencia de cualquier emprendimiento, por lo que no debiera ser un fin en sí mismo. “Lo primero que hay que entender es que ese reconocimiento no ocurre de la noche a la mañana”, advirtió la ejecutiva.
Otro tema que se abordó durante la charla fue el estancamiento del país en el ranking de empresas unicornios. “Hoy no aparecemos en estas grandes métricas porque en el mundo hubo un impulso por generar emprendimientos con impacto, por lo que ahora la competencia es mayor. Hasta principios del año pasado había en toda la región algo así como 21 unicornios y hoy tenemos 43, de los cuales 11 son argentinos y 22 de Brasil”, aclaró Cruz.
En este marco influye en dónde se están poniendo las inversiones. “Ocurre que el 70% de ellas se están realizando en Brasil, México, Colombia y después en Argentina. Peso a esto seguimos siendo competitivos pero hay mucho trabajo por delante y se debe generar un consenso entre sector privado y público para no quedarnos atrás y seguir aprovechando las ventajas del sector”, concluyó Bearzi.