En la edición 2018 del Ranking Forbes de multimillonarios se sumaron dos argentinos al antiguo récord de siete que figuraron el año pasado. Quiénes son los más ricos del país y quiénes se quedaron afuera.
Bulgheroni, Eurnekian, Perez Companc, Roemmers, Galperín, Brito, Costantini, Carballo y Supervielle son los nueve apellidos que representan a la Argentina entre los afortunados con más de mil millones de dólares de patrimonio, en la última publicación del ranking internacional de Forbes.
A su vez, y como ya es costumbre, entre los representantes italianos, aunque con una fuerte raigambre argentina aparecen los hermanos Paolo y Mario Gianfelice Rocca (US$ 4900 millones), del conglomerado Techint.
Del mismo modo, el desarrollador argentino Jorge Perez (US$ 3000 millones), vuelve a representar al estado de Florida, Estados Unidos, como uno de los más ricos.
Cuando poco parece mucho
La suma de los patrimonios de los nueve argentinos que figuran en la lista asciende a US$ 15.600 millones, este año, apenas la mitad del rojo que acumularon las cuentas públicas nacionales en 2017.
El número es inferior a la fortuna de la mujer más rica de Chile, Iris Fontbona (US$ 16.300 millones) país que, con 11 representantes, también, supera en cantidad de multimillonarios a la Argentina.
Alejandro Pedro Bulgheroni es el más rico de los argentinos con US$ 3000 millones en su haber.
De la familia Bulgheroni, quien quedó fuera de la lista es Marcos, sobrino de Alejandro y uno de los herederos de Carlos Bulgheroni. Actualmente, es director Ejecutivo de Pan American Energy Group, la principal empresa petrolera de la familia.
Eduardo Eurnekian (85) suma US$ 2700 millones. Sin hijos como herederos, el octogenario empresario acaba de debutar con Corporación América Airports en la Bolsa de Nueva York cediéndole el protagonismo a uno de sus sobrinos, Martín Eurnekian.
Solo a través de su participación en la mayor operadora aeroportuaria del mundo -administra más de 50 terminales en siete países- tiene US$ 2000 millones de patrimonio.
La pelea por el tercer puesto
Apenas US$ 1800 millones son suficientes para subirse al podio. Allí, comparten el tercer lugar para la Argentina, y el puesto 1339 a nivel global, Gregorio Perez Companc (sin incluir la participación que tienen sus hijos en Molinos Río y Molinos Agro) y el farmacéutico Alberto Roemmers (91), el más longevo entre los locales.
En el otro extremo, el más joven, Marcos Galperín (46), co-fundador de MercadoLibre y aún propietario del 9,6% de las acciones del mayor e-commerce de América Latina, trepó y fuerte el último año, al pasar de US$ 1000 a US$ 1600 millones de patrimonio personal. Esa cifra equipara la fortuna del ex NBA Michael Jordan, solo por citar un ejemplo.
Jorge Horacio Brito (65) perdió US$ 300 millones en el último año, pero aún posee US$ 1300 millones, según está edición del Ranking Forbes. Dueño de un sexto del Banco Macro, casi la totalidad de la ganadera Inversora Juramento, la desarrolladora Vizora y una porción de la energética Genneia, Brito supo diversificar su portafolio.
El coleccionista y desarrollador Eduardo Costantini (71) acapara US$ 1200 millones, sin contar los al menos US$ 270 millones que lleva donados a la colección del mismo nombre, que atesora más de 400 obras en el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (MALBA).
Las novedades y los que aún no ingresan en el radar
Dos banqueros engrosan el número de argentinos este año. Jorge Ezequiel Delfín Carballo (65) socio de Brito en el Banco Macro, y Julio Patricio Supervielle (61), propietario del 36,2% del grupo financiero del mismo apellido, figuran por primera vez con US$ 1100 millones, cada uno.
Muchas de estas cifras y apariciones se deben al raid alcista que experimentaron los papeles de las principales firmas cotizantes, tanto en el mercado bursátil local como internacional en los últimos dos años y medio, desde que la opción Macri se presentó como una alternativa en el sillón de Rivadavia.
Los que quedaron afuera
Sin embargo, el álbum con nuevas caras en el listado internacional de Forbes sigue pasando por alto algunos apellidos que bien podían pertenecer al selecto club de los mil millones desde mucho antes que Mauricio Macri llegase a la presidencia.
Javier Madanes Quintanilla con su participación en el único productor de aluminio primario del país, Aluar, suma US$ 1400 millones. A su vez, controla el gigante Fate.
Algo similar ocurre con Héctor Horacio Magnetto y su porción de la torta en el naciente conglomerado Telecom-Cablevision tras la escisión del Grupo Clarín, donde aún conserva una porción importante, superior al 28%.
Sin presencia bursátil, pero con porciones de empresas que medidas por sus equivalentes en la Bolsa suman varios miles de millones de dólares de valuación, apellidos como Eskenazi (Banco de San Juan, Nueva Banco de Santa Fe, Nueva Banco de Entre Ríos, Banco de Santa Cruz y la constructora Petersen, entre otros activos), Sigman (Grupo Chemo), Rodríguez Rey (Pluspetrol), Román (Magna Capital), y Coto se encuentran ausentes en el firmamento internacional de mil millonarios. Aunque, solo por ahora.