El seleccionado argentino tuvo que sufrir y llegar hasta los penales para clasificar a la semifinal del Mundial Qatar 2022 ya que la magia de Lionel Messi y la productiva línea de cinco defensores no pudo resistir al poderío aéreo de Países Bajos.
El equipo de Lionel Scaloni había hecho un partido completo hasta el 2-0, pero el veterano Louis Van Gaal mandó a la cancha al gigante Wout Weghorst de 1.97 metros y la historia cambió a favor de los neerlandeses.
El entrenador argentino apostó por primera vez en el Mundial a la línea de cinco defensores obligado por la imposibilidad de contar con Ángel Di María desde el inicio.
El plan "espejo" funcionó a la perfección, ya que la Argentina controló el primer tiempo y se fue al descanso con la ventaja, tras una nueva intervención individual fenomenal de Messi.
Sin embargo, el gol no fue una casualidad ya que desde el comienzo del partido, Nahuel Molina había sido uno de los jugadores más participativos del ataque argentino.
De hecho, el cordobés inició la jugada con el pase al capitán argentino y luego fue a buscar la devolución filtrándose por el medio de la defensa rival.
Justo antes, el jugador de Atlético de Madrid había tenido otra buena combinación con Rodrigo De Paul y Alexis Mac Allister que había terminado en un remate sin fuerza del número 7.
Argentina fue más que Países Bajos en la primera parte, sin la necesidad de ser el dueño de la posesión de la pelota.
Incluso, el equipo se sintió cómodo en la postura de esperar y recuperar la pelota en distintos sectores del campo de juego ya que llevó a que la pelota la tenga más Virgil Van Dijk que los mediocampistas o delanteros rivales.
En esta tarea no pudo destacarse mucho Enzo Fernández, quien estuvo bien marcado por Cody Gakpo pero esto hizo crecer a Alexis Mac Allister, con entregas claras y buenos movimientos para desmarcarse.
En el sector izquierdo, Marcos Acuña y Lisandro Martínez estuvieron más contenidos y priorizaron la solidez defensiva.
El bloque de tres centrales también funcionó a la perfección durante los primeros 45 minutos.
Para salir a jugar el segundo tiempo, Van Gaal sacó al extremo Steven Bergwijn y puso a un mediocampista zurdo por la derecha como Steven Beghuis y mandó a la derecha a Gakpo y a Memphis Depay por el centro.
La variante no le resultó porque la "Albiceleste" no bajaba el ritmo e iba en busca del segundo de la mano de un imparable Messi.
La llave del segundo gol vino por la izquierda con la característica trepada del "Huevo" Acuña que recibió la falta del penal.
Messi puso el 2-0 de manera excepcional y la historia parecía encaminarse a una noche tranquila y de fiesta en el estadio Lusail.
Sin embargo, el experimentado Van Gaal no iba a quedarse de brazos cruzados. Con la presencia de dos extremos a pierna cambiada en cada punta apostó por la entrada de dos delanteros con poderío ofensivo.
Scaloni no supo ni pudo contrarrestar esa maniobra de su colega porque Cristian Romero estaba amonestado y lo tuvo que reemplazar con Germán Pezzella.
Luego, salvo un posible ingreso de Juan Foyth, el entrenador no tenía más herramientas para pelear con las torres neerlandesas.
La entrada de Leandro Paredes por De Paul era necesario por un tema físico, pero no resolvió la necesidad del equipo de tener la pelota.
Justo Pezzella y Paredes quedaron marcados por la falta que derivó en el empate 2-2.
Cuando parecía que la Argentina podía caerse anímicamente ahí surgió el amor propio que no entiende de tácticas ni de esquemas y en el segundo tiempo de la prórroga mereció ganar el partido en los 120 minutos.
Ahí apareció nuevamente la mano del DT porque sorprendió el ingreso de Gonzalo Montiel por Molina, pero después puso en los minutos finales a Ángel Di María para que en ese pequeño tramo pueda desnivelar como lo había hecho antes de su fatídica lesión frente a Polonia.
La definición fue a los penales y ahí apareció la figura de Emiliano "Dibu" Martínez, un arquero descomunal que poco había podido hacer en los goles. Pero esa sed de revancha lo llevó a volverse gigante para tapar los dos primeros penales de Países Bajos.
Croacia será un nuevo y complicado desafío, pero la Argentina tiene a Messi y variantes para ilusionarse.