Después de unos meses de tira y afloje, la fusión entre la joyería Tiffany & Co y el conglomerado de lujo francés LVMH podría destrabarse. Según consigna Reuters, dos fuentes cercanas a las negociaciones aseguran que ambas compañías habrían llegado a un acuerdo para reducir el precio de la operación.
La compra por parte del grupo conducido por el magnate Bernard Arnault había sido anunciada a fines de noviembre de 2019 por alrededor de US$ 16.000 millones, sin embargo, el holding acudió a la Justicia de los Estados Unidos para ponerle un freno a la transacción en septiembre pasado.
De acuerdo a lo detallado por la firma ante el Tribunal de Justicia de Delaware, existe una clausula que autoriza a las partes a renunciar al acuerdo si se produce “una situación significativamente desfavorables”. En este caso, LVMH indica que esto sucedió con la crisis del coronavirus. A su vez, detalló que Tiffany no había sido gestionada tal como habían acordado ya que había pagado “el dividendo más elevado posible” durante un momento de caída de la liquidez.
Sin embargo, pareciera que la operación más importante en la historia de la industria del lujo todavía podría realizarse. Las fuentes consultadas por el medio apuntan que las compañías habrían acordado una reducción del valor de las acciones de US$ 135 a US$ 131,50 por papel. Los nuevos términos fijarían un descuento de US$ 425 millones al valor inicial pactado.
Para que estas cifras pueda oficializarse aun faltaría la aprobación de los accionistas de la joyería, aunque, según las fuentes, la firma estadounidense espera que esto se realice sin inconvenientes. La fecha límite para cerrar la transacción, por el momento, está fijada para el próximo 24 de noviembre.
Un día antes de este nuevo acuerdo, la operación había recibido luz verde por parte de Bruselas, a pesar de la disputa. La Comisión Europea publicó que no existen conflictos de competencia para que ambas empresas se fusionen, ya que la entidad resultante tendrá una participación de mercado “moderada”. El organismo justificó su decisión alegando que en los últimos años surgieron nuevos competidores en el rubro y que existe un importante número de proveedores.