Eduardo Bastitta, CEO de Plaza Logística, siempre fue emprendedor. En su historial, tiene proyectos que van desde pooles de siembra hasta un delivery de bebidas. Pero hace 10 años desembarcó en un sector que, admite, le aburría: la logística. Con un amigo empezamos a pensar cómo innovar desde los activos reales y empezamos a analizar los sectores que tenían capacidades para innovar. Mirando oficinas, porque uno empezaba a imaginarse conceptos como el coworking, descubrimos que en Zona Norte había galpones, recuerda Bastitta.
Después de navegar la crisis financiera internacional de 2008, que frenó las inversiones, finalmente en 2009 nació Plaza Logística. La primera operación fue la compra de un parque logístico. Hoy son seis en la provincia de Buenos Aires, en locaciones como Pacheco, Pilar, Tortugas y el Mercado Central. Cada uno es como un cowork de operaciones logísticas, donde conviven varias empresas que comparten servicios e infraestructura, lo que hace más eficientes las operaciones y da flexibilidad y escala, explica Bastitta el modelo de negocios.
Plaza Logística compra la tierra, construye el parque y alquila y da los servicios centrales, no realiza operación logística ni de transporte. En sus seis parques, que suman 410.000 metros cuadrados (con la capacidad para desarrollar 240.000 metros adicionales), los clientes son las empresas dueñas de la mercadería, como Bridgestone o Natura, y operadores logísticos que les dan servicios a terceros, como Tasa o DHL.
Hoy, factura alrededor de US$ 35 millones y tiene 45 empleados, más 200 empleos indirectos a partir de los servicios que se brindan en los parques. La firma comenzó con capital propio pero luego fue sumando fondos a través de rondas de inversión y préstamos de organismos multilaterales como el BID. En los últimos tres años invirtió US$ 350 millones y además emitió dos bonos, uno en dólares y otro en pesos UVA.
La pandemia y la situación macro afectan a la compañía de diferentes formas. Por un lado, cuenta Bastitta, algunos de sus clientes estuvieron en sus mínimos históricos de actividad, mientras que otros, los vinculados a ecommerce, estuvieron en sus máximos. Vamos a seguir invirtiendo. El desafío de hacerlo en contextos tan volátiles e inciertos es grande, pero los últimos 11 años tampoco fueron fáciles. Obviamente, la estabilidad es fundamental para nuestro negocio, dice el emprendedor. Uno de sus últimos proyectos fue Plaza Mercado, ubicado en el Mercado Central, cuyo cliente es Mercado Libre: Cuando empezamos, era una obra de 20.000 metros. Después pasaron a ser más de 30.000 y para cuando la terminamos, eran 73.000. Y seguramente seguiremos incorporando más metros cuadrados.
Para Bastitta, la mayor complejidad a la hora de hacer negocios en la Argentina es la falta de moneda. Y amplía: Es absolutamente destructiva porque no podés firmar contratos de largo plazo ni conseguir buen financiamiento. Es el peor de todos los males. De ahí para abajo hay muchas cuestiones importantes, como la presión fiscal y la falta de previsibilidad en las reglas, pero esa es la que se destaca. Su próximo paso es expandirse tanto al interior del país como en la región.