Tim Holt es miembro del Directorio Ejecutivo de Siemens Energy y está a cargo de las operaciones del sector energético de la multinacional en América Latina. Con 27 años en la compañía, cuenta con una amplia experiencia en el negocio y en los desafíos que plantea la transición energética.
En una conferencia de prensa con periodistas de la región, en la que Forbes fue el único medio de comunicación de la Argentina presente, Holt aseguró que América Latina puede aprovechar el actual contexto internacional para insertarse más en las cadenas de suministro y para exportar energía limpia.
“En Argentina hay mucha incertidumbre en la fase de implementación de los proyectos. Encontrar a los socios locales adecuados para concretar esos proyectos ha sido en los últimos años el desafío más grande”, aseguró a Forbes Argentina.
-¿Cuánto puede beneficiarse en el corto plazo América Latina en el nuevo contexto internacional en el mercado energético?
-Tenía una respuesta hasta que dijiste en el corto plazo. Si miro el corto plazo, las cadenas de suministro son un aspecto importante donde América Latina puede participar. No se trata tanto del sector energético, sino de las cadenas de suministro. Te daré un ejemplo: para nuestro negocio de transmisión, cuando construimos transformadores utilizamos un papel especial para envolver el cobre para el aislamiento. La compañía que las produce es originaria de Suiza, relocalizada en Ucrania. En las dos primeras semanas de la guerra, un misil destruyó la fábrica. Nosotros obteníamos entre el 90 y 95% de ese material de esa fábrica. Por suerte, Brasil siempre tuvo estos requerimientos especiales de utilizar productos locales y teníamos un proveedor de este papel en Brasil. Fuimos y le pedimos: ¿pueden ustedes escalar la producción y exportar ese papel así lo usamos en el resto del mundo? Este es un ejemplo de con la guerra y las sanciones, muchas empresas están buscando alternativas para sus cadenas de suministros. En la región hay cobre y otros materiales que usamos en grandes cantidades para nuestros productos. Hay un nuevo foco ahora de mirar a América Latina para las cadenas de suministro.
Creo que en el largo plazo hay discusiones en Europa y también con el gobierno alemán sobre el suministro seguro de gas y carbón. Alemania le pidió al gobierno colombiano si puede suministrar carbón para superar una potencial escasez de gas ruso. En el largo plazo, habrá dos aspectos de la transición energética donde América Latina tiene potencial: una es renovables, es decir, energía eólica, solar, etc; y el otro es Hidrógeno Verde. Europa no puede producir suficiente Hidrógeno Verde por sí sola. Por eso, vemos esfuerzos en Colombia, en Chile, para usar la abundancia de energía renovable y convertirla en hidrógeno verde o combustibles para después exportarlos a Europa. Ahí es donde vemos una aceleración. Esto pondrá a América Latina en el mapa para ser un jugador importante en hidrógeno verde. El interrogante es cuáles serán los plazos, cuán rápido eso pasará. En colombia y en Chile está siendo impulsado muy fuertemente, con préstamos del gobierno alemán para desarrollar esa industria.
-¿Cuáles son los proyectos de Siemens en hidrógeno verde en Argentina?
-Por ahora, en América Latina los que están en una etapa más avanzada son Colombia y Chile. Tenemos charlas preliminares en Argentina, proyectos pilotos. El problema o desafío que ustedes tienen siempre está en las salidas. ¿Qué haces con el hidrógeno, a menos que tengas cantidades enormes que puedas poner en un barco y exportar? Los envíos siempre es la parte que hace difícil lograr un proyecto con escala comercial. Creo que dependerá de cómo Argentina defina el plan o hoja de ruta del Hidrógeno y también de cómo Argentina se vea a sí mismo como jugador o potencialmente exportador de hidrógeno verde. Ese es el gran interrogante sobre Argentina.
-¿Por qué tardó Argentina tanto tiempo en construir un gasoducto para transportar gas desde Vaca Muerta?
-Tienen esta gran reserva de shale gas y durante años se ha debatido cómo lo exportan. Siempre hemos visto actividad pero ahora se ha hecho realmente el plan. Construir ese gasoducto realmente pone a Argentina en camino de convertirse en menos dependiente de las importaciones de gas. Eso cambiará la situación en Argentina en términos de no quemar más combustibles fósiles en el invierno. Eso ya es de por sí un paso adelante. Los grandes proyectos de infraestructura, independientemente de si son en Argentina u otro lado, siempre toman tiempo. La pregunta es cuán rápido podrán implementarlo.
-¿Cuáles son los principales desafíos que ustedes enfrentan cuando intentan invertir en el mercado energético en Argentina?
-Hay mucha incertidumbre en la fase de implementación de los proyectos. En nuestros proyectos siempre tenemos un cronograma bastante apremiante. Los clientes nos suelen otorgar proyectos llave en mano, lo que en Argentina puede ser a veces un desafío. Para nosotros es clave encontrar a los socios locales adecuados para concretar esos proyectos. Ese ha sido en los últimos años el desafío más grande. Pero como estamos en el país hace mucho, sabemos en qué ámbito somos buenos, qué podemos controlar y cómo entregar un producto de calidad en el plazo que necesitamos. La segunda parte que también es muy importante es estar seguros que tenemos la especialización local en nuestra organización. Siemens Argentina siempre fue una organización muy fuerte. Es importante mantener ese talento local, asegurarnos que los utilizamos al máximo y que no tratamos de hacer los proyectos desde Estados Unidos y Alemania, sino desde el terreno.
-Recientemente el presidente Alberto Fernández fue a Europa para buscar inversiones para construir una planta de Gas Natural Licuado (GNL) en Argentina. ¿Está Siemens interesado en ese proyecto?
-Definitivamente. Hay una gran cantidad de equipos que se utilizan en una planta de GNL y nosotros proveemos. Siempre estamos interesados en el negocio de la energía en Argentina. Tenemos una larga relación con los clientes y sabemos cómo implementar los proyectos. Estaríamos interesados en el proyecto. No construiríamos toda la planta de GNL, sí algunas piezas, equipamientos y productos, dependiendo a quién elijan como el contratista general y cómo sea la estructura. Pero siempre estamos abiertos a esos tipos de proyectos.
-La energía es estratégica para muchos países, particularmente para China, por su gigantesca población y economía. China es un jugador de peso en el mercado energético en la región. ¿Es un duro competidor para Siemens?
-Definitivamente. Argentina es un buen ejemplo. Lo vemos en Chile y en algunos otros países también. No es un secreto que en muchos de los proyectos vienen con un financiamiento muy favorable. Hay un poco de preferencia por los proyectos chinos o, al menos, son invitados a participar. Nosotros siempre decimos que somos una empresa tecnológica. Si buscas el precio más bajo, no creo que Siemens Energy esté siempre en la pole position, pero en términos de tecnología, alta eficiencia, implementación a tiempo y con calidad, esas son ventajas que tenemos y nos diferencian. Si competimos con los chinos sólo en base al precio y su financiamiento será muy muy difícil. Por otro lado, los competidores chinos tienen un bajo gasto en bienes de capital. Nosotros estamos en América Latina hace 150 años, tenemos una red de servicio muy amplia, técnicos entrenados en el terreno en cada país. Si el cliente tiene un problema, tiene atención en la misma zona y en su lengua. Levantás el teléfono y a la mañana siguiente tenemos empleados en el lugar. Esta es también una de las ventajas donde podemos diferenciarnos. El cliente valora eso.
Los números de Siemens Energy
- TIene 91.000 empleados.
- Está presente en más de 91 países.
- En América Latina opera en trece países.
- Generó ingresos de alrededor de 28.500 millones de euros en 2021.
- El 50% de su portafolio está descarbonizado.