Tienda Dólar, la agencia digital de cambio, se para frente al cepo y con un promedio de 10.000 usuarios transacciona más de US$ 200.000 diarios.
Adaptarse e innovar parecen ser las premisas de Tienda Dólar. Sus fundadores saben que están jugando un partido en el que el árbitro que pone las reglas suele estar siempre dispuesto a cambiarlas, y a inclinar la cancha para distintos lados. Sobre todo para el lado de la restricción.
Ese árbitro es el Estado, de la mano de su asistente principal, el Banco Central de la República Argentina (BCRA), que recientemente volvió a intervenir, en esta oportunidad con un viejo conocido por los argentinos: el cepo.
A principios de septiembre, y por la incertidumbre económica y cambiaria que arrastra el país, se dispuso un tope a la compra mensual de dólares de hasta US$ 10.000 para personas físicas. Ese rango se achicó recientemente a US$ 200 para atesoramiento sin autorización previa del Central. También se estableció que las personas humanas no puedan realizar transferencias de fondos de cuentas al exterior de más de US$ 10.000 por mes. Mientras que las personas jurídicas no sufrieron restricciones para la importación o el pago de deudas a su vencimiento, para las empresas se restringió la compra de dólares para atesorar. También a los exportadores se les exigió vender las divisas fruto de exportaciones en el mercado local dentro de un máximo de 5 días hábiles después del cobro o 180 días después del permiso de embarque. No se puede decir que estas medidas tomaron de sorpresa a Martín Nagelberg y Nicolás D?Onofrio, fundadores de la plataforma Tienda Dólar, pero sí les asestaron un duro golpe. “El cepo afectó sobre todo a las empresas, un rubro en el que teníamos más de 60 registradas. Antes no había límites. Este país depende mucho de la incertidumbre, por eso la idea es también expandirnos por el resto de América Latina, principalmente a países bimonetarios como Paraguay o Brasil”, afirma Nagelberg, que con sus 26 años ya tiene vasta experiencia en este tipo de intervenciones y jugadas. “No confiamos mucho en lo que pueda pasar con la economía, por lo que estamos buscando ir más lejos y agregar más herramientas como pueden ser soluciones de inversión”, cuenta.
Ante la posibilidad de un cepo más fuerte y mayores restricciones en el corto plazo, algo que ya se perfila como posible, confía en que por lo menos los usuarios minoristas seguirán comprando, teniendo en cuenta el poco valor del peso, arrastrado por la inflación, y la penetración que están comenzando a ganar las plataformas fintech en el mercado. Ante este escenario, remarca que la intención también pasa por expandirse a nuevos mercados.
Actualmente, la plataforma está destinada específicamente a la compra-venta de dólares, al modo de una agencia de cambio. Claro que aggiornada a las ventajas de una plataforma digital, cuyo diferencial pasa por la simpleza y su atención. “Estamos todo el tiempo detrás de los usuarios y cerca de ellos, pidiéndoles opiniones acerca de las mejoras que se les ocurran y qué beneficios sumar”.
El espíritu de la agencia viene del fanatismo de los dos fundadores por el sistema Amazon, donde el diferencial está justamente en la atención que reciben los usuarios, y en la facilidad de su uso. “Queríamos ofrecer un servicio con nuestro propio estilo y estar cerca de los usuarios. No es el primer emprendimiento que tenemos. Empezamos con una software factory para criptomonedas y con un proyecto de Prode para el mundo del fútbol. Decidimos ir a algo más terrenal, pero manteniendo el funcionamiento del estilo de un mercado descentralizado. Nunca hicimos otra cosa que intentar emprender”, resalta Nagelberg, que se conoció con su socio en la Facultad de Ingeniería del ITBA.
Entre esos “intentos” también estuvo la idea de una aplicación para organizar partidos y torneos de fútbol entre amigos, y la de una plataforma de comidas caseras. Finalmente llegó Tienda Dólar, con una inversión inicial relativamente baja, de US$ 2.500, y un plantel que hoy ya abarca casi una decena de empleados, la mayoría especialistas informáticos, y dedicados a los sistemas. Como resultado, su capacidad de respuesta ante un cambio de escenario regulatorio siempre será más rápida y efectiva que, por ejemplo, la banca tradicional, más estructurada y compleja.
El emprendimiento está online desde fines de mayo de este año, y tan solo por el boca a boca llegó a tener más de 10.000 usuarios, y un volumen de transacción diario por arriba de los US$ 200.000. “El 65% de los clientes que tenemos son usuarios activos, que operan en la plataforma”, sostiene el emprendedor.
La plataforma se basa en tres pilares: el mejor precio del mercado, principalmente contra la banca tradicional, por una mejor diferencia entre la compra y la venta; la inmediatez, con relación a las transferencias bancarias y la facilidad para poder retirar lo operado en un lapso de 10 minutos; y la atención personalizada a cada uno de los usuarios. La operatoria promete 0% de comisión y 0% de gastos, además de ser 100% digital, bancarizado y transparente.
Si bien la acción principal pasa por la compra-venta de dólares, los usuarios también pueden optar por la herramienta de cambio avanzado, donde un cliente puede ofrecer un valor propio de la divisa a otro posible comprador y acordar un precio intermedio (como un libre mercado). “Todavía no tiene tanto volumen operado pero está en aumento. Ya tenemos más de US$ 150.000 operados, y hace un mes que salió”, sostiene Nagelberg.
La ganancia pasa justamente por la diferencia entre la compra y la venta, “como cualquier banco”, siendo que el 70% de los usuarios utilizan la plataforma para comprar divisas, contra un 30% que la utiliza para vender.
Al mirar hacia adelante, la visión no solo pasa por ofrecer nuevas oportunidades que lleguen a toda la región, sino también por impulsar la educación financiera de la población. “A América Latina le falta crecer mucho en educación y acceso a herramientas financieras; el conocimiento es muy pobre aún. Nuestro objetivo sería ayudar a ese crecimiento y poder expandir las herramientas que brindamos como plataforma”, concluye.