Los bancos que operan en la Argentina están sólidos, líquidos y solventes, según aseguran sus principales representantes. En un contexto doméstico e internacional volátil, marcado por la deuda en Argentina y la guerra en Ucrania, el sector apoya el acuerdo que alcanzó el Gobierno con el FMI, al tiempo que pide estabilidad macroeconómica para que crezca la demanda de préstamos. Además, señalan que la banca digital, las finanzas sostenibles y la masificación de los medios de pagos electrónicos son tendencias que continuarán creciendo.
Tanto la Asociación de Bancos Argentinos (Adeba), que nuclea a las entidades de capital nacional, como la Asociación de Bancos de la Argentina (ABA, de capital extranjero) destacan la solidez del sistema financiero. El nivel de depósitos representa entre el 12% y el 14% del PBI, mientras que el ratio de créditos está entre el 8% y el 10% del Producto. “Los depósitos en pesos crecen muy alineados con la inflación. Y los depósitos en dólares están en un nivel de US$ 15.000 millones, de los cuales un poco menos del 100% está encajado en el Banco Central”, explica a Forbes Argentina Claudio Cesario, presidente de ABA.
No obstante, Cesario asevera que el problema del sistema bancario es su tamaño. “No termina de crecer por las crisis repetitivas. La gente no confía en su moneda porque la inflación se come sus ahorros. Es un sistema básicamente transaccional”, asegura.
El presidente de Adeba, Javier Bolzico, señala otra cuestión que el sector considera prioritaria: “Se requiere que haya una mayor demanda de crédito para así poder dinamizar la actividad del sistema. Los bancos tienen capacidad y disposición de prestar, tienen los fondos. Se espera que este año vuelva a crecer la economía y de esa forma haya una mayor demanda de créditos”.
Acuerdo con el FMI
Culminando un primer trimestre marcado por la negociación del Gobierno con el FMI, los bancos de la Argentina consideran que evitar un default, algo así como un “accidente nuclear” para la economía argentina, según Bolzico, es una condición necesaria pero no suficiente para que crezcan las operaciones financieras en el país.
Según Eduardo Hecker, presidente del Banco Nación, el acuerdo despeja la incertidumbre respecto de la deuda y, por lo tanto, reduce la volatilidad macroeconómica, lo que implica “un horizonte de decisión más claro tanto para personas como para empresas”.
“Es positivo porque abre el espacio para políticas que permiten reducir desequilibrios, ordenar precios relativos y alejar el fantasma del incumplimiento en el servicio de la deuda”, afirma, por su parte, Juan Carlos Barboza, economista jefe de Itaú Argentina, que estima que la economía crecerá este año un 2,5% y la inflación rondará el 60%.
La abultada suba del IPC es destacada por el sector como uno de los retos que enfrentará en el corto plazo la economía. “Los desafíos resultan significativos y requieren que el país aumente su capacidad exportadora, de manera de recomponer las reservas del BCRA, y de una consolidación fiscal que sea consistente con una reducción sostenible de la inflación”, asegura Facundo Gómez Minujín, presidente de J.P. Morgan para Argentina, Uruguay, Paraguay y Bolivia.
“El 2022 continuará siendo un año de inflación elevada, lo que dificultará la recuperación de los salarios reales y el consumo. Otro elemento a seguir de cerca será la dinámica de la deuda en pesos del Tesoro”, advierte Gastón Rossi, director del Banco Ciudad.
Como el acuerdo con el FMI contempla que el Banco Central emita menos pesos para financiar al Tesoro, el ministro de Economía Martín Guzmán tendrá que convencer a los inversores del sector privado para obtener dinero fresco. Con relación a la compra de Leliqs y Notaliqs, Bolzico asegura que “el sistema financiero no puede ser la fuente de financiamiento del Tesoro, pero sí el mecanismo de transmisión para colocar títulos a través del sistema financiero a otros sectores de la economía que lo requieran”. Y agrega: “Por una cuestión de tamaños, el sector no está en capacidad de financiar lo que tiene que obtener el Ministerio o el Tesoro en los mercados de capitales”, agrega.
Otro dato es que ninguna de las casas matrices de los bancos de capital extranjero expresó deseos de dejar la Argentina. “Todos nuestros bancos siguen invirtiendo y apostando a un país que en algún momento será mejor en términos macroeconómicos”, asegura Cesario, aunque admite que las compañías del sector “valen mucho menos por el solo hecho de estar asentadas acá”.
Negocios, innovación y finanzas sustentables
Los dos principales negocios apuntados este año por los bancos en la Argentina son la adopción de medios de pagos digitales y la intermediación financiera, que implica, entre otras cosas, captar depósitos y otorgar préstamos. El primero recibió un fuerte espaldarazo durante la pandemia y tras la implementación en noviembre pasado del programa Transferencias 3.0, impulsado por el BCRA. En el segundo segmento, el sector busca expandir las carteras crediticias tanto en volumen como en cantidad de clientes.
El Banco Nación, la entidad pública más grande del país, otorgó en 2021 el 16% de los préstamos del sistema financiero y el 25% del financiamiento a pymes. En 2022 tiene como objetivo apuntalar el apoyo a los sectores productivos. “El BNA es líder en préstamos al sector industrial, con el 20,3% de los préstamos totales del sistema financiero. Nuestra apuesta es profundizar este camino”, confía Hecker.
En Banco Ciudad, esperan seguir ganando participación en préstamos personales y asistencia a Mipymes, además del financiamiento de emprendimientos comerciales para impulsar los distritos.
La innovación tecnológica y la expansión de las carteras son centrales en las estrategias del sector y tienen puntos en común. Guillermo Jejcic, director de Banca Minorista y TI del Banco Itaú, afirma que este año seguirán “con una estrategia de crecimiento apalancado por el desarrollo de negocios con clientes de la banca mayorista y por el aumento de la cartera de clientes de la banca minorista”. “Las palancas de actuación estarán centradas en la mejora de la experiencia de nuestros clientes y en la transformación digital”, agrega, al destacar nuevas soluciones digitales, como la plataforma CuentaChat, que cada vez más brindan servicios remotos y en horarios más extendidos que los tradicionales. Otras entidades, como J.P. Morgan, apuestan por el crecimiento de su Centro de Servicios, “impulsando las áreas de desarrollo, ciberseguridad, tecnología, finanzas, operaciones y legales, dando soporte a EE.UU., Europa.
Los bancos también apuestan por jerarquizar las finanzas sostenibles, que financian proyectos económicos y productivos que respetan pautas ambientales, sociales y de gobernanza. Los instrumentos que se están utilizando en el sistema financiero y el mercado de capitales de la Argentina son líneas de crédito verdes, inversiones responsables, fondos verdes, los índices de acciones sostenibles y los bonos verdes. “Es lo que el mundo está pidiendo. La energía limpia es lo que hoy manda”, revela Cesario.
Fraudes y competencia
Recurrentemente, los bancos limitan las transferencias de fondos desde cuentas bancarias a cuentas virtuales. Desde el sector argumentan que lo hacen para prevenir el fraude y las estafas. “Cuando se empezaron a dar los casos de robos de claves vía phishing de usuarios, veíamos que de una CBU los fondos migraban a una CVU u otra cuenta virtual y se terminaban yendo. La manera de proteger a nuestros clientes fue establecer controles y límites”, asegura Cesario”.
En ese sentido, las asociaciones de bancos están trabajando junto al BCRA en la creación de una Central de Prevención de Estafas y Fraudes, que actúe como un reservorio donde se registren los datos de los estafadores y las cuentas desde donde operan. De concretarse ese proyecto, participarán todos los actores del sistema financiero, entre ellos las fintech. El objetivo de mínima sería que funcione como un banco de datos de quiénes son los estafadores. El de máxima, registrar en tiempo real una transferencia sospechosa y congelar los fondos de manera automática.