Hace varios años, Gonzalo Agüero tenía una startup en etapa de crecimiento. Junto a su socia Angelina Vigliocco necesitaban resolver varias cuestiones, entre ellas las oficinas donde el equipo iba a trabajar. “No queríamos algo gigante ni monstruoso pero sí que sea cómoda, así que le pusimos una mesa de ping pong y muchas otras cosas para que la gente quiera ir”, recuerda Agüero. “Cuando lanzamos, la primera semana era todo novedad y vinieron todos pero a partir de la segunda semana, venían solo dos veces por semana, que eran los días establecidos para la presencialidad”, agrega sobre aquél momento. 

Como esto era antes de la pandemia, cuando la modalidad presencial estaba más establecida, a los fundadores de la startup les pareció raro. No por querer que los empleados estuvieran allí todo el tiempo sino porque era un equipo de casi 30 personas y tenían miedo de que no estuviesen cómodos y optaran por dejar la empresa. “Pensamos un montón para incentivar a que vengan pero no venían. Hasta que en un momento decidimos preguntarles por qué y entendimos que estaban contentos pero básicamente vivían lejos y no tenían ganas de viajar cuando su trabajo lo podían hacer desde la casa ya que la mayoría eran desarrolladores y programadores”, relata Agüero. 

Tanto él como Vigliocco, al notar que la compañía seguía con su curso decidieron mantener el sistema híbrido pero tenían una nueva situación que resolver. ¿Qué iban a hacer con todo ese espacio que solo usaban dos veces por semana?. “La oficina estaba prácticamente vacía tres días a la semana así que terminamos trabajando con seis o siete empresas distintas con las que compartíamos la oficina y los costos. Eran compañías de distintos tamaños y cada uno pagaba por lo que usaba. Nos permitió conocer mucha gente y ahorrar costos y recuerdo que con Angie nos miramos y entendimos que ahí había algo pero como estábamos con el otro proyecto, lo dejamos ahí”, cuenta Agüero. 

Finalmente, con la pandemia la startup de Agüero y Vigliocco sufrió un golpe fuerte y dejó de existir. Sin embargo, ellos seguían con la historia de la oficina en mente y decidieron intentar un nuevo proyecto que se relacionara con esos espacios. Además, tras el covid muchas compañía cambiaron sus dinámicas laborales, no solo permitiendo una mayor flexibilidad laboral sino también contratando empleados en distintas partes de la región e incluso en otros continentes. Y en todos los casos tenían una problemática: cada tanto algún espacio para trabajar necesitaban en esos lugares pero no de forma permanente. Fue así como surgió la idea de WorknMates, una startup que desde 2022 ofrece distintos servicios personalizados de coworking tanto a los dueños de los espacios como a las compañías que los requieren. Mientras Agüero tiene el rol de CEO, Vigliocco es COO y a ellos se sumaron Iván Gauna como Chief Growth Officer e Iván Addolorato como CTO. 

- ¿Cómo definirías a WorknMates?

- Diría que arrancamos de una manera y después entendimos que había una oportunidad paralela que hoy la estamos explotando mucho. Iniciamos como un marketplace donde ponemos coworkings y los ofrecemos a las empresas para que sus empleados pudieran ir. Se podían sumar todos los coworkings que quisieran y se podían contratar desde un día hasta lo que sea necesario. Eso hacía que todos los empleados de una compañía tuvieran acceso a una oficina sin importar dónde estuvieran viviendo. Con el tiempo, nos dimos cuenta que había una posibilidad de realizar la oferta nosotros porque hay una vacancia de real estate muy grande. En América Latina es del 23% y ahora estamos en San Francisco y es del 30%, para dar ejemplos. Además, las empresas tienen espacio ocioso porque muchos empleados hacen trabajo remoto, lo que genera compañías con vacancia dentro de sus oficinas. Por otro lado, las empresas hoy tienen muchos empleados distribuídos y necesitan un lugar para que puedan ir y salir de sus casas y también quieren oficinas centrales pero no para todos los días. Quizás solo para una o dos veces por semana. Ahí unimos las puntas porque están los dueños que tienen miles de m2 vacíos y empresas que los requieren pero de forma flexible. Lo que hicimos fue sentarnos con los dueños y ofrecerles armar y gestionar espacios para desarrollar oficinas eficientes para cualquier empresa. Y luego nos dimos vuelta y hablamos con las compañías para ofrecerles estos espacios. 

- ¿Qué es lo más distintivo?

- Hay una gran personalización. Por ejemplo, si una empresa va a una oficina los lunes y los jueves, esos días está brandeada para ellos. Y si hay otra que va martes y viernes, operamos para cambiar el branding para que esos días sea de ellos. Además, hay servicios flexibles para empleados distribuidos por todo el país o en otros países de América Latina. 

- ¿Cómo es gestionar tantos espacios a nivel regional?

- Empezamos en Argentina pero nos dimos cuenta que las empresas tienen empleados a nivel internacional. Entonces había que expandir la solución de la mano de nuestros clientes. Así, fuimos a coworkings de otros países y les mostramos todos los clientes nuestros que requerían oficinas en esos lugares. Encima era un momento en el cual los coworkings se estaban recuperando de la pandemia así que necesitaban de estas conexiones. De hecho, la relación con ellos siempre fue buena porque era un win-win para ambas partes. Eso nos permitió crecer aceleradamente, tanto en locaciones como en revenue. Hoy contamos con una red de más de tres mil coworkings distribuidos en más de 30 países. 

La caída de WeWork, el gigante de los coworkings

Recientemente, WeWork, la empresa de coworkings que supo ser la más grande del mundo valuada en US$ 47 mil millones, anunció su bancarrota en Estados Unidos y Canadá. Eso generó un terremoto en el sector aunque, según explica Agüero, la industria sigue teniendo un gran potencial de acá en adelante. 

- ¿Cómo analizas lo que pasó con WeWork?

- Para mi hizo algo fantástico que fue posicionar a las oficinas flexibles a nivel global. Tanto, que antes empresas de gran tamaño y de operaciones internacionales nunca pensaron estar en un coworking y hoy lo están. Eso se lo debemos a WeWork y más allá de que hay otros tan grandes como ellos, la marca que establecieron fue única. Pero creo que de acá en adelante falta otro tipo de innovación y quizás ellos no supieron manejar los costos e ingresos. Cuando negociaron leasings tan agresivos e imposibles de cumplir, pusieron en riesgo el largo plazo de una compañía y hoy deben 100 millones en renta que no pagaron. Y eso es porque los costos no dan. Más todavía con las renovaciones que hicieron que a uno le puede gustar mucho como quedó una oficina pero si tienen cosas muy costosas que después las empresas no están dispuestas a pagar, es un problema. Hay que entender el negocio en el que uno está y cómo puede ser fructífero a fin de año. 

- ¿Es rentable la industria del cowork? 

- El 40% de los coworkings son rentables. Actualmente en el mundo hay unos 18 mil y se esperan tener para fines de 2024 más de 40 mil. Significa que el mercado crece y la apuesta es grande. Pero no podes dejar de ver cuál es el mejor modelo para llevarlo a cabo y que genere rédito a todos los actores que forman parte. WeWork trajo una innovación y nosotros estamos tratando de llevarlo a otro nivel, con más flexibilidad y dando valor a los dueños de los espacios y a las compañías que necesitan de estos lugares. Pagan por lo que usan y obtienen lo que necesitan.

Las operaciones de WeWork 

Según un informe de la consultora internacional Research and Market, la industria global de espacios de cowork valdrá alrededor de US$ 20 mil millones en 2023 y se estima que crezca hasta los US$ 35 mil millones en 2027. 

- ¿A qué apuntan en este mercado? 

- Nos enfocamos en todo tipo de empresas. Tenemos multinacionales con 10 mil empleados hasta algunas con menos de 100. Ofrecemos una solución muy flexible que permite desde un espacio una vez por semana para algún empleado que lo necesita en cualquier lugar hasta oficinas más grandes. Además, todos los espacios tienen un estándar para todos. Tienen lugares de recreación, espacios distintos y lo que vemos es que las personas quieren tener experiencias variadas en el mismo día. Tanto para los lugares donde se sientan hasta los espacios donde realizan reuniones o videollamadas. La cuestión de luz natural y los espacios verdes también son muy importantes. Son fundamentales también las experiencias semanales con instructores de mindfulness, a veces 15 minutos de algún ejercicio, y tenemos una alianza global con gympass para tener acceso a los gimnasios de la plataforma. Son cuestiones valoradas por las empresas porque ofrecen más posibilidades a los trabajadores. Eso recae mucho en las empresas porque algunas quieren darlos y otras no. Nosotros tenemos todos disponibles y ellos van seleccionando. Muchos tienen experiencias y las van rotando para generar sorpresas y espacios lúdicos con los trabajadores.

Para poder crear la startup, los fundadores comenzaron con una primera ronda de inversores ángeles por US$ 40, y en febrero 2022 realizaron su ronda pre-seed, en la que levantaron US$ 960 mil de importantes fondos como 500 Startups, Graphene Ventures, Plug&Play, Newtopia VC, Enlaces y Century Oak Capital. Este año lograron la rentabilidad, facturando un millón de dólares y creciendo 300%. 

- ¿Qué esperan para el 2024?

- Ahora estamos con una ronda abierta en San Francisco. El foco tiene que ver con el crecimiento y para el año que viene es poder ayudar a reconvertir de 250 a 300 oficinas que hoy están vacías en toda América Latina. Estamos con clientes grandes y eso nos genera tener que expandirnos. El objetivo es cuadruplicar el crecimiento para el año que viene, que es lo que venimos sosteniendo. También tenemos nuevos lanzamientos en nuevas geografías que aún no tenemos cerradas pero que son por fuera de América Latina.  Por último hoy somos 35 personas en el equipo y estamos con 15 posiciones abiertas por toda esta expansión.