La Ruta de la Seda, que se extiende a lo largo de más de 6.400 kilómetros y conecta Oriente con Occidente, fue una de las rutas comerciales más importantes de la historia. No fue solo una ruta para el intercambio de seda, especias y productos, sino también un caldo de cultivo para la innovación y la resolución de problemas.
Los comerciantes de la antigüedad se enfrentaban a desafíos como viajes arriesgados, inestabilidad financiera y comunicación intercultural, y concibieron soluciones que se asemejan mucho a las prácticas que utilizan los fundadores de startups modernas. A continuación, se presentan tres prácticas empleadas por los comerciantes de la "Silk Road" y su relación con la creación y el crecimiento de empresas innovadoras en la actualidad.
1. Intercambio de recursos
Uno de los mayores desafíos para los comerciantes de la Ruta de la Seda era el enorme peligro de viajar a través de vastos desiertos, montañas y territorios sin gobierno. Los robos y los desastres naturales planteaban amenazas constantes. Operar de forma individual habría sido económicamente ruinoso para la mayoría de los comerciantes, ya que cada uno, al ser una pequeña empresa, no tenía los recursos necesarios para financiar un viaje completo.
Para hacer frente a estos riesgos, los comerciantes juntaban sus recursos y viajaban en caravanas. Estos grandes grupos de comerciantes, animales y trabajadores ofrecían seguridad en número, ya que era menos probable que los delincuentes atacaran una caravana bien defendida que a un viajero solitario.
Igualmente importante es que las caravanas también permitían a los comerciantes compartir los costos de guías, traductores y seguridad, lo que las convertía en una forma más rentable de comerciar. Este acuerdo también permitía a los comerciantes concentrarse en su propia área de especialización, donde agregaban el mayor valor: comprar y vender bienes específicos con ganancias, en lugar de adquirir experiencia en todas las demás actividades (generales) necesarias para un viaje exitoso.
De manera similar, es extremadamente improbable que un proyecto de startup en su etapa inicial cuente con todos los recursos necesarios para crear un negocio completo desde cero. Por eso es una gran idea utilizar grupos de recursos compartidos no solo para ahorrar costos, sino también para beneficiarse de la experiencia de especialistas. Por ejemplo:
- Utilice un espacio de coworking en lugar de alquilar (o comprar) su propia oficina.
- Sume al equipo freelancers y colaboradores para cualquier tema que no sea el núcleo de su negocio.
- Utilice software de código abierto o incluso soluciones sin código.
- Participe en incubadoras de empresas emergentes y programas de aceleración para recibir tutoría, en lugar de, por ejemplo, pagar a consultores.
2. Generar confianza: centrarse en las relaciones con los clientes
Para los comerciantes de la Ruta de la Seda, la confianza era la base de su éxito. Con frecuencia, trataban con personas de diferentes culturas, que hablaban diferentes idiomas y practicaban diferentes costumbres. Para tener éxito, los comerciantes invertían en construir relaciones a largo plazo mediante gestos de buena voluntad, comprensión cultural y servicio personalizado. Por ejemplo, los comerciantes sogdianos eran conocidos por sus habilidades lingüísticas y su capacidad para adaptarse a diversas normas culturales, lo que los ayudaba a actuar como intermediarios en el comercio entre Oriente y Occidente.
Esta práctica de construcción de relaciones es muy similar a la que utilizan las empresas emergentes en la actualidad para centrarse en el cliente. Las buenas relaciones con todas las partes interesadas de la empresa pueden resultar cruciales para la supervivencia. Por ejemplo, los inversores y socios pueden mantener vivo su proyecto durante las difíciles fases de validación y eficiencia. Estar cerca de sus proveedores puede ayudarle a superar las crisis de liquidez. Si no está satisfecho con la oferta, sus primeros clientes pueden proporcionar comentarios honestos e invaluables, o convertirse en defensores de la marca e impulsar su crecimiento si están satisfechos, etc.
3. Gestión de inventario
Los comerciantes de la Ruta de la Seda tenían que maximizar sus beneficios y, al mismo tiempo, minimizar el peso y el volumen de las mercancías transportadas. Los comerciantes solían depender de productos de alto valor y bajo volumen, como la seda, lo que les permitía generar importantes beneficios sin sobrecargar sus caravanas. Este enfoque en la eficiencia garantizaba la rentabilidad y, al mismo tiempo, permitía gestionar los desafíos logísticos, y los mayores márgenes brutos que generaban les permitían asumir una mayor parte de los gastos generales necesarios.
Las startups modernas exitosas suelen hacer lo mismo al priorizar las ofertas de alto margen en primer lugar (concentrándose en dónde la empresa emergente agrega el mayor valor posible) antes de perseguir modelos comerciales de alto volumen y bajo margen, donde la fuerza bruta (es decir, el acceso a una gran cantidad de recursos) es más importante.
Además, para optimizar los recursos, las empresas emergentes que fabrican productos físicos utilizan una gestión de inventarios eficiente y la optimización de la cadena de suministro. Las empresas emergentes también pueden adoptar prácticas de inventario justo a tiempo (JIT), lo que reduce el desperdicio y la necesidad de almacenamiento en etapas tempranas, cuando no pueden permitírselo.
*Publicada originalmente en Forbes US