Italia es, sin duda, uno de los grandes países productores y degustadores de helado. Giovanni Angella, un genovés que emigró a la Argentina en 1948 y era “muy fan” de ese postre, les inculcó a sus nietos, Wanda y Gonzalo, un fanatismo y pasión por las cremas y sabores que tanto había disfrutado en su tierra natal.
Con esa herencia en la sangre, los hermanos se aventuraron al mundo de las delicias luego de una necesidad inminente por salir de la “zona de confort” en la que se encontraban. Ese fue el comienzo de Lattō Handmade Ice Cream, una marca disruptiva de helados premium hechos a mano, que propone un nuevo concepto con mirada expansiva y apuesta por la calidad, la autenticidad y la innovación.
Fundada hace tres años, esta empresa argentina con sede en Castelar logró posicionarse como un referente en el sector de helados premium. “Queríamos crear momentos de disfrute con sabores únicos, sin recurrir a pastas industriales ni conservantes, todo hecho a mano. Nos propusimos que nuestra marca no fuera un helado más”, destaca Wanda, CEO de la empresa.
Con una inversión inicial de US$ 40.000 de ahorros personales y ayuda familiar, que facilitó la creación de una fábrica de helados gourmet y un local comercial con un diseño que refleja los valores de la marca, Lattō no solo capturó el paladar de los consumidores locales sino que también planea expandirse internacionalmente.
Durante su primer año, el emprendimiento superó su business plan original en un 20% y, en el segundo año, tuvo un crecimiento mayor al 25%. En 2023, la facturación anual alcanzó los $ 165 millones de pesos, lo cual representó unos 22.000 kilos de helado vendidos. Para fines de este año, la empresa tiene una proyección aún más ambiciosa con una facturación estimada de $ 430 millones y 31.000 kilos de helados por vender, un crecimiento del 40%.
También para este año la empresa se fijó el objetivo de abrir dos nuevos locales en la Ciudad de Buenos Aires mediante la ampliación de su gama de productos, que combina la venta de helado premium en pote con la venta de helado tradicional y convencional. De esta manera, la oferta de nuevos sabores podría convertir a ambos puntos de venta en los nuevos locales insignia de la marca. En paralelo, Lattō está trabajando en su primer piloto de pruebas de local franquiciado con muy buenas expectativas de llevar el formato a diferentes puntos estratégicos de CABA y el GBA.
Con cultura familiar
El primer nombre que los hermanos pensaron para su emprendimiento era Angelato, una combinación de su apellido con la palabra helado en italiano. Pero luego surgió Lattō, como un híbrido entre ambos conceptos. La presentación de sus productos en potes de polipapel de 120cc, 250cc y 500cc. les permitió llegar a un público más amplio y participar en eventos como Bocas Abiertas, Music Wins y Wateke.
Gracias a estas ideas innovadoras, la compañía colaboró con grandes marcas para personalizar sus productos y ser parte de eventos corporativos y lanzamientos de productos, lo que demostró su capacidad de adaptarse y ofrecer soluciones personalizadas. El cantante Bizarrap y Marcelo “Chelo” Weigandt, actual jugador del Inter de Miami, son algunos de sus clientes actuales.
La marca se distingue por su compromiso con la calidad y la autenticidad de sus ingredientes. Cada sabor tiene su receta propia, desarrollada en colaboración con Stefan Ditzend, un maestro heladero de renombre, y está elaborado de manera 100% natural. Entre sus sabores se destacan, por ejemplo, Banana Gondolera, hecho a partir de una receta familiar con banana asada, azúcar mascabo y ron, y Pistacho, elaborado completamente desde cero con pistachos frescos.
La empresa cuenta con una fábrica de elaboración propia en Castelar, donde un equipo de cinco empleados se encarga de la producción bajo la supervisión de un jefe de producción. Además, el departamento administrativo, compuesto por tres personas, maneja las finanzas y la contabilidad, mientras que el área comercial está a cargo de Gonzalo, quien lidera las estrategias de ventas y fortalece los vínculos comerciales con clientes y socios. Actualmente, tiene una fuerte presencia en Castelar, Parque Leloir y Martínez, y diferentes bares y restaurantes de CABA.
Lattō cuenta con cuatro unidades de negocio bien definidas: venta minorista a través de su local comercial; venta para eventos gastronómicos y musicales con su “Lattō Truck”, o eventos corporativos con packaging y merchandising personalizados; “Freezer Lattō As a Service”, donde coloca sus freezer en puntos de venta y locales exclusivos que les permiten llegar a locaciones como shops, tiendas y markets; y venta mayorista a granel a diferentes restaurant exclusivos, donde tienen una relación directa con los chefs. Dentro de esta unidad de negocio la empresa también llega a bares y cervecerías mediante la venta de sus potes de 120cc.
Además de los helados en pote, Lattō diversificó su oferta con productos como los bombones helados Lattone y tortas heladas. Esta estrategia le permitió a la empresa atraer un público más amplio y satisfacer diferentes necesidades y preferencias.
A largo plazo, Lattō tiene la mirada puesta en el mercado internacional con planes de negocio para llevar la marca a España y Miami, destinos donde cree que sus productos pueden tener un gran impacto. Y, si bien no poseen inversión externa, los hermanos Angella no descartan sumar inversionistas en el caso de una futura expansión internacional, siempre y cuando se alineen con su cultura de empresa, valores y objetivos. “Queremos consolidar nuestras bases en la Argentina antes de dar el salto internacional, pero estamos muy entusiasmados con las oportunidades que vemos en esos mercados”, afirman.
Lattō Handmade Ice Cream es un proyecto familiar que trasciende el concepto básico de la heladería y que logró transformar la pasión por el helado en un negocio exitoso y en crecimiento. Así, los fundadores aseguran que la empresa está preparada para seguir conquistando paladares y mercados.