El pasado 12 de agosto, los hermanos Juan, Agustín y Santiago López festejaron un hito para su historia como emprendedores: los 10 años de su librería Woopy. Cuando arrancaron con el proyecto en 2013, la idea de finalizar la primera década con cinco locales, más de 400 mil seguidores en redes sociales y venta a todo el país e incluso el exterior, ni siquiera pasaba por su cabeza. Pero el trabajo en familia, el impulso de las redes sociales y la venta online lo hicieron posible.
Woopy nace en el entrepiso del comercio que tenía nuestro padre. Durante más de 30 años él tuvo una librería/quiosco bien de barrio. En ese entrepiso, mis dos hermanos arrancaron con un depósito de mercadería para luego salir a la calle a vender figuritas, pilas y otros objetos. Eso fue en 2010, ellos tendrían entre 19 y 20 años, y yo trabajaba en Clarín como periodista así que no estaba con ellos, recuerda Juan.
Por su parte, Agustín señala que en esa primera etapa empezaron a trabajar con Santiago sobre todo por las figuritas del Mundial de Sudáfrica 2010. Durante dos o tres años hicimos eso. Luego se dio la posibilidad de abrir un local a la vuelta del comercio de nuestro papá y empezaron con una juguetería chiquita y simple que se llamó 'El recreo'. Pusimos unas placas ranuradas, juguetes y un mostrador. Era simple y se le vendía a las personas del barrio. Duró un año más o menos ese proyecto, explica Agustín. A lo que Santiago agrega: En medio de todo ese proceso surge la posibilidad de alquilar un local en Palermo que terminó siendo el primer Woopy. Ya era un local más grande y nos entusiasmó porque es una zona de muchos colegios y universidades. Ahí la idea era impulsar más la parte de la librería.
Todos los años de vender en la calle generaron mucha información para los hermanos, que sabían reconocer en toda la Capital las zonas que podrían funcionar en relación a la falta de locales. Sin embargo, a toda esa experiencia le faltaba una pata: la financiación. Un punto para el cual siempre fueron encontrando alguna respuesta.
Con la distribuidora arrancamos sin un peso. Salíamos a vender y según las ventas reponíamos stock. Para la primera juguetería la inversión también fue mínima. Ya cuando abrimos el primer Woopy invertimos un poco más, conseguimos un crédito que habrá sido de US$ 3 mil dólares y fue a nombre de nuestra madre porque no teníamos ningún tipo de historial bancario para demostrar nuestra solvencia, indica Agustín. Y Juan suma entre risas: Hoy por suerte vamos al banco y la gente nos reconoce.
- ¿En qué momento Woopy empieza a crecer?
- Agustín: Siempre nos fue bien y el negocio funcionó medio de entrada. Ya para 2015 abrimos la segunda sucursal y a finales del 2018 la tercera. Creo que la explosión empieza a darse un poco ese año porque ese tercer local, que está en el centro, llevó mucho laburo en redes y el crecimiento se dio más rápido.
- Por los años que mencionan imagino que pronto sufrieron el golpe de la pandemia…
- Juan: Con la pandemia lo que pasó fue que nosotros ya teníamos armada una Tiendanube. Todos los días uno de los vendedores se fijaba si había ventas pero antes de la pandemia no superaban las dos o tres por día. De hecho, armábamos los envíos en el momento porque no teníamos stock específico de venta online. Pero más allá de eso, la página estaba armada y anexada a Instagram. Entonces, cuando arranca la pandemia la única vía de supervivencia fue la venta online y nosotros ya teníamos todo armado. Lo mejoramos mucho y realmente crecimos muchísimo en ese segmento. De hecho a los tres meses de la pandemia tuvimos que abrir un depósito separado del local con stock propio para la venta online. Eso nos permitió sobrevivir porque los locales estuvieron cerrados durante todo el 2020.
- ¿Qué ventajas encontraron en Tiendanube?
- Agustín: A nosotros nos solucionó un montón de cuestiones. La plataforma es muy práctica y nos vino excelente sobre todo por su facilidad. Ninguno tiene mucha idea de programación ni cuestiones similares, ni siquiera tuvimos que contratar un diseñador para hacer la página y cualquiera que la vea dice que le gusta mucho. Además permite comprar con facilidad y eso es una gran ventaja. Es muy simple tanto para el comerciante como para el cliente.
- ¿Debatieron en ese momento sobre seguir solo con los negocios?
- Juan: En medio de la pandemia, cuando los locales no funcionaban porque la venta incluso con protocolos era muy fría y nosotros nos caracterizamos siempre por la personalización, nos juntáramos en un momento para analizar si cerrábamos los locales y nos quedamos con la venta online. Teníamos 15 empleados e iba todo a pérdida. Pero Santiago quería bancar la estructura porque creía que cuando volviera lo presencial, los locales iban a explotar. Discutimos mucho pero lo escuchamos y, si bien tardó bastante, cuando volvió la presencialidad a principios de 2022 explotaron los tres locales. El inicio de clases de ese año superó las expectativas y durante ese primer semestre la gente se volcó a la venta presencial.
- ¿Cuál fue la estrategia de ese momento?
- Santiago: Volvimos a repensar Woopy para que sea una marca que ofrezca más experiencias a los clientes. La atención es muy personalizada, se pueden probar los productos y apuntamos a esa relación con los clientes. En ese proceso abrimos un local más y en medio de todo eso surge la oportunidad de abrir otro en Florida y Tucumán. Realmente fue una oportunidad que antes de la pandemia era imposible por los costos y sabíamos que era un desafío muy grande abrir dos locales en paralelo pero realmente ese local es un suceso dentro de nuestro rubro. Tiene 400 mts cuadrados y es totalmente distinto. Es un local armado para ir a pasear más que a comprar pero con la idea de que en ese paseo uno se tiente y compre. Las personas a veces se pasan horas allí. Tratamos de que todos los locales sean de esa manera pero el de Florida tiene esa importuna más marcada. Incluso hay un primer piso que aún no está habilitado y está la opción de poner un café para continuar ese camino. Siempre estamos pensando en oportunidades para mejorar la experiencia del cliente. No sé bien para dónde iremos pero nuestra cabeza comercial está ligada a la experiencia del cliente.
- En las redes sociales tiene muchísimos seguidores. ¿Cómo las manejan?
- Juan: Las redes sociales desde el primer día que las implementamos, que fue en julio del 2018, las hago yo. El contenido lo hacemos nosotros y me parece que tiene algo a favor eso porque genera que la marca sea muy cálida. Los clientes me ven en las redes y después me ven en los locales y eso genera una conexión, una comunidad y una relación muy fluida. En el festejo por los 10 años, hemos tenido gente de Neuquén, de Rosario, de Córdoba y de varios otros lugares más que nos conocieron por las redes Y eso se logra trabajando con calidez y honestidad hacia la comunidad que después se ve reflejado en el negocio. De hecho, el sábado fue el día de mayor venta histórica de la marca.
- ¿Tienen ventas a todo el país ya?
- Juan: No solo a otras provincias sino que hay productos como agendas de licencias de Disney y Harry Potter que tienen alcance mundial y que nos generan ventas mundiales. Son esporádicas pero llegamos a vender hasta en Arabia Saudita. Eso en parte es por las redes sociales pero también por la venta online, que no solo es local en todas las provincias sino también a países limítrofes, a Estados Unidos, España y varios más.
- ¿Cuántas ventas online registran?
- Juan: En lo que va del 2023 llevamos casi 18 mil mientras que en todo 2022 hicimos 22 mil ventas online, lo que nos indica que vamos a superar ampliamente al año anterior. El crecimiento interanual de julio 2022 a julio 2023 es del 526%. Hay varias cuestiones que responden a eso. Por un lado agregamos dos puntos de venta más y después hay un crecimiento de la marca que se ve reflejado en la venta online.
- ¿Cuántas personas trabajan en la empresa?
- Agustín: En Woopy trabajan alrededor de 40 empleados y si a eso se suman fletes, mensajería, etc, capaz que de forma indirecta llegan a 100 en total.
- ¿De cuánto es el ticket promedio?
- Agustín: El ticket promedio en general de los locales es de 7 mil pesos. Hay locales con fotocopias y ahí baja un poco pero también están los nuevos, que están pensados como regalería, y ahí aumenta a 10 mil. Es un ticket promedio muy alto para la media de nuestro rubro.
- Su caso es particular porque además de emprender, son familia. ¿Cómo trabajan para que un aspecto no se imponga sobre el otro?
- Juan: Creo que lo principal y lo que hace que funcione es que nos respetamos mucho y cada uno en lo que hace es el mejor. Respetamos mucho las decisiones de cada uno en ese sentido. Eso no significa que no nos hayamos peleado miles de veces pero sabemos internamente que cada uno es el más adecuado para las tareas que tiene a cargo. Woopy está pensado estratégicamente con mucho amor y por eso creo que funciona.
- Santiago: Se nota mucho que somos hermanos y que está la familia detrás nuestro y eso lo ampliamos a los clientes. No digo que sean parte de nuestra familia pero si una comunidad que si lo hubiésemos hecho con socios, solo con un vínculo comercial, no se hubiese dado de esa manera.
- Agustín: Todo lo que hicimos también fue un aprendizaje de cómo tratarnos. Nuestra relación mejoró mucho con el crecimiento del negocio porque entendimos que hay formas para charlar y tratarnos y eso nos hizo crecer a nosotros como hermanos.
- ¿Qué objetivos se plantean para adelante?
- Santiago: Siempre estamos con alguna meta para seguir creciendo. No nos cerramos a ninguna posibilidad. En lo inmediato queremos inaugurar el segundo piso del local de Florida, algo que esperamos lograr antes de fin de año. Después, hay ideas de entrar en algún shopping, ya sea de Capital como del interior, porque le vemos mucho potencial a la marca y el objetivo es seguir creciendo.
- ¿Van a volver a las figuritas?
- Juan: El año pasado no nos metimos (risas). Las figuritas fueron un arranque y algo que impulsó mucho la marca pero hoy Woopy pasa por otro tipo de productos. Queremos dar un diferencial y ofrecer productos que no son conseguibles en todos lados. Tenemos una suerte de curaduría y vamos más por ese lado.