El CEO de OpenAI, Sam Altman, está recaudando fondos para una red de fábricas de semiconductores, según un nuevo informe, en medio de una carrera multimillonaria por la producción de chips, una tecnología fundamental para la fabricación de bienes de consumo y productos de inteligencia artificial.
Datos clave
Estuve hablando con grandes inversores potenciales que ayudarían a financiar la red de fábricas de chips, informó Bloomberg citando a personas anónimas familiarizadas con las conversaciones.
Firmas de inversión como el grupo tecnológico G42, con sede en Abu Dhabi, y SoftBank Group, con sede en Tokio, son algunas de las que están en comunicación con Altman sobre el proyecto, añadió Bloomberg, señalando que involucraría a los principales fabricantes de chips.
No hay más detalles sobre los objetivos de Altman con este proyecto en fase inicial, aunque su posible éxito podría desempeñar un papel en la actual guerra de chips entre Estados Unidos y China, que buscan reforzar su producción de chips para aplicaciones en los sectores de la inteligencia artificial, militar y de bienes de consumo.
No está claro dónde se ubicarían las plantas de chips, pero situarlas en Estados Unidos podría ayudar al poder manufacturero del país, ya que actualmente fabrica alrededor del 12% de los chips del mundo a nivel nacional y depende en gran medida de la subcontratación como medida de ahorro de costes.
Según S&P Global, el proyecto de Altman probablemente se materializaría en un futuro próximo o a medio plazo en el que la demanda de chips irá en aumento, al incrementarse el uso de semiconductores en los vehículos y persistir los riesgos geopolíticos en el comercio.
OpenAI, G42 y SoftBank no respondieron de inmediato a la solicitud de comentarios de Forbes.
48.000 millones de dólares. Esa es la cifra de ingresos por semiconductores que se registró en noviembre, según Bloomberg, lo que supone un aumento del 5,3% respecto al año anterior.
Antecedentes
Los semiconductores son diminutos módulos, procesadores y otros tipos de chips que se encuentran en componentes electrónicos como automóviles, dispositivos médicos, ordenadores, armamento, teléfonos y sistemas de energía limpia. Estados Unidos invirtió miles de millones en la industria de los semiconductores, y docenas de empresas, entre ellas Intel y Qualcomm, se comprometieron a destinar casi 200.000 millones de dólares a proyectos de fabricación de chips entre 2020 y 2023, según informó el New York Times. El presidente Joe Biden firmó la ley bipartidista CHIPS and Science Act en 2022, que destinaba 280.000 millones de dólares en gastos durante los próximos diez años para investigación y desarrollo de semiconductores, fabricación y compromisos con la cadena de suministro.
La administración Biden también impuso restricciones a la exportación de chips y herramientas de fabricación de chips a China, a medida que aumenta la preocupación gubernamental en torno a los desarrollos militares y de inteligencia artificial de Pekín. China, que cuenta con la ventaja de poseer abundantes recursos naturales necesarios para producir chips, podría enfrentarse a nuevas restricciones este año, según NBC News, que citó a Dan Hutcheson, vicepresidente e investigador senior de la empresa de inteligencia de semiconductores TechInsight.
