Desde tiempos remotos, el pan fue uno de los alimentos más valorados en la historia de la humanidad, y es parte de la alimentación básica de muchas culturas. Los argentinos no escapan a su sabor y lo utilizan en distintos momentos del día, desde el desayuno hasta la cena.
Es por este motivo que, según datos de la industria, el consumo per cápita en el país es el segundo más alto de la región, con 72 kilos anuales, después de Chile. Esto ubica a la Argentina entre los mayores consumidores a nivel mundial, aun por encima de Francia y otros países europeos.