Ricardo Rodríguez, de Shell: "Argentina se puede convertir en una potencia energética"
El Country Chair de la compañía en el país desde principios de agosto explica los desafíos de la industria. Su experiencia en la cuenta de no convencionales de Permian y los próximos pasos en Vaca Muerta.

Desde el 1° de agosto, Ricardo Rodríguez tiene una nueva responsabilidad: es el Country Chair de Shell para la Argentina, Chile y Uruguay. Al poco tiempo de aterrizar, y en su primera entrevista con un medio local, Rodríguez parece conocer el negocio como si llevara años en el país. Es que tiene más de 20 años de experiencia en Shell, donde ocupó posiciones en diferentes proyectos de upstream onshore y offshore.

También lideró la ingeniería petrolera y planificación de desarrollo para el portfolio Shell Deepwater en América. Y en su última responsabilidad antes de la actual, desempeñó tareas en la cuenca de no convencionales de Permian, en Estados Unidos, responsable de cambiar el mapa energético del mundo y un buen roadmap de qué se podría hacer en Vaca Muerta.

El ejecutivo venezolano, que estudió Ingeniería Química en la Universidad Central de Venezuela y tiene un Máster en Ingeniería Química por la University of Southern California, supervisará una operación que, asegura, es estratégica para Shell, con una fuerte presencia en Vaca Muerta. “Vengo directamente de trabajar en el Permian. Mi última posición fue como gerente general, a cargo del desarrollo del activo.

Tenemos un gran nivel de actividades, de 5 a 7 taladros, una producción de más de 100.000 barriles en el operado y casi lo mismo en el no operado”, cuenta a Forbes Argentina. Y agrega: “Empecé en 2019. En ese momento no teníamos los rendimientos que esperábamos, iniciamos un proyecto de mejoramiento y en los últimos dos años triplicamos el flujo de caja, disminuimos costos en un 30% y aumentamos la producción más de un 15%”, asegura.

 

-A pesar de la pandemia…

-Fue bastante retador en ese sentido, porque de un día para el otro tuvimos que irnos a trabajar remotamente, con un equipo que era muy nuevo. Pero estaba muy emocionado de moverme desde aguas profundas, que fue mi antigua responsabilidad. Empecé hace 20 años como ingeniero de yacimientos y después trabajé en aguas profundas en muchos proyectos. empezando como ingeniero de yacimientos. Estaba buscando moverme de un negocio de upstream como el de aguas profundas, que es intensivo desde el punto de vista de capital, de largos tiempos de espera y con retornos que toman mucho tiempo, a uno mucho más ágil y activo que es el negocio de petróleo no convencional, que transformó la industria.

-Para EE.UU. significó la independencia energética… 

-Correcto. Y me llamaba mucho la atención porque la existencia de los no convencionales transformó a toda la industria a nivel global. Los precios del petróleo colapsaron en 2014 y el Permian logró producir prácticamente lo que produce el 4° o 5° exportador de petróleo del mundo solamente desde ese sitio. Después, por ese nivel de producción, había más oferta que demanda y colapsaron los precios. Me llamaba mucho la atención porque es un negocio que fue capaz, en menos de 10 años, de transformar la industria y convertir a EE.UU. en un exportador, prácticamente.

-¿Arrancaste tu carrera en Venezuela?

-Soy de Venezuela y estudié allí, pero después me fui a estudiar a EE.UU. con una beca. Volví a trabajar seis años en Shell Venezuela, en el lago del Maracaibo, hasta 2008, que me mudé a EE.UU. de nuevo, estuve en New Orleans y en Houston. Y desde ahí vine a Argentina.

 

-¿Qué sentiste cuando surgió la oportunidad de venir a Argentina?

-La oportunidad es fantástica por múltiples razones. Desde el punto de vista del activo, tiene una capacidad de crecimiento que tienen muy pocos activos en upstream; primero por la calidad del recurso, segundo por lo inmaduro que está y las oportunidades de mejora que hay, y tercero por el equipo. El testamento es que en 10 años tomamos un activo desde cero producción hasta en este momento, que estamos produciendo alrededor de 45.000 barriles. Somos el segundo productor de Vaca Muerta después de YPF, tenemos muchos proyectos de ampliación de nuestras inversiones. Tenemos la gente y los recursos para seguir creciendo en Argentina y potencialmente diversificarnos. Estamos viendo también otros negocios como el offshore y cómo seguir creciendo.

-¿Cómo es la operación de Shell hoy en Argentina?

-En este momento, fundamentalmente nuestro negocio está en Vaca Muerta y aguas arriba. Tenemos un poquito de químico y hay una presencia con Raízen en las estaciones de servicio y les vendemos crudo que ellos refinan. Nuestro negocio principal es en upstream, en producción de gas y petróleo. Tenemos múltiples bloques que operamos en Vaca Muerta (Cruz de Lorena, Sierras Blancas, Coiron Amargo y Bajada de Añelo), otros que no operamos (con diferentes socios), y tenemos muchos bloques en Neuquén, en el área de Sierras Blancas. Tenemos plantas de producción y de procesamiento, y estamos armando una planta nueva que pensamos estrenar el año que viene en Bajada de Añelo que va a añadir a esa producción que tenemos ya existente en Sierras Blancas. Tenemos una producción de 40 a 45.000 barriles, pero estamos limitados en este momento.

-¿Por la evacuación?

-Hay problemas de evacuación de crudo desde Vaca Muerta. El impulso de la industria durante los últimos dos o tres años y la riqueza del recurso hizo que llenáramos ese caño, que es la conexión que tenemos desde Puerto Rosales hasta Allen. Ese caño, el terminal que hay en Puerto Rosales (que no es nuestro, pero participamos en él), ha llenado su capacidad y hay un proyecto de expansión, que es un proyecto fundamental para Argentina.

El Country Chair de Shell para la Argentina, Chile y Uruguay, Ricardo Rodríguez, viene de trabajar en la cuenca de no convencionales de Permian, en EE.UU., responsable de cambiar el mapa energético del mundo.

-¿Qué se necesita?

-Se necesita añadir otro caño a ese caño. Hay un par de proyectos que la industria está discutiendo. Uno tiene que ver con la expansión de ese caño que va en ese intervalo junto con una expansión de los terminales para duplicar la producción de la cuenca, y hay otro proyecto que es junto con YPF para reactivar la interconexión que hay hacia Chile. Esos son los dos proyectos grandes que podrían ayudar significativamente a la cuenca y estamos viendo de participar en ambos proyectos.

-¿Y en offshore?

-Tenemos tres bloques. En uno no somos operadores (es Equinor) y somos socios con YPF, y está el potencial de perforar un pozo en los próximos años para tratar de hacer el derisking para ver si tenemos un descubrimiento que sea comercial e impulsar el desarrollo de offshore. Pero en estos momentos estamos focalizados en tratar de eliminar los cuellos de botella que tenemos en la evacuación para seguir creciendo en Vaca Muerta. Tenemos un recurso de verdad comparable con los mejores intervalos que había en el Permian y hay mucho potencial para Argentina, para terminar de convertirse en una potencia petrolífera que pueda exportar volúmenes interesantes de crudo y generar divisas para el país.

-¿Cómo está hoy Vaca Muerta comparado con el Permian? ¿En qué estadio se encuentra?

-Vaca Muerta está en sus inicios comparado con el Permian. Tenemos la fortuna de que pudimos aprender mucho de lo que se hizo en EE.UU., no tenemos que empezar desde cero. Pero todavía queda mucho recurso por desarrollar tanto crudo como gas. Hay un portafolio gigantesco de gas en Vaca Muerta que va a requerir inversiones importantes y ver otras maneras de monetizar. Estamos dándonos cuenta de cuál es el potencial como industria de esta zona y de la cuenca.

 

-¿Cómo se logró en el Permian?

-La razón por la cual el Permian pudo desarrollarse a la velocidad que se desarrolló no fue solo por las inversiones de los operadores, sino porque existía una industria para apoyar ese crecimiento en términos de manufactura, materiales, mano de obra. Esa industria no existe en estos momentos en Argentina. Uno de los mayores límites es que tenemos un número limitado de taladros, de equipos de completación, de compañías de servicios. Es una industria que apenas se está formando, y para que se desarrolle tiene que existir una mejora de esa infraestructura. Para eso hace falta que haya condiciones no solo de competitividad, sino favorables a la inversión.

-¿Un plan?

-Exactamente. Y tiene que tener cierto nivel de competitividad porque tiene que ser un negocio. Nosotros tenemos un portafolio global, no tenemos recursos infinitos, y tengo que competir por recursos con el resto del mundo.

-¿Cómo es esa competencia teniendo en cuenta los recursos naturales del país pero también los desafíos?

-Todas las inversiones son a largo plazo, Shell tiene muchos años en Argentina y pensamos estar muchos más. Las coyunturas políticas del momento entendemos que pasan no solo en esta parte de la región, sino en todo el mundo. Tenemos portafolio en áreas muy complejas del mundo, probablemente más complejas que Argentina en muchos aspectos. Estamos comprometidos con seguir nuestro plan de desarrollo. Hay algunos elementos técnicos desde el punto de vista de evacuación que, como industria, estamos tratando para poder seguir creciendo en la cuenca.

 

-¿Qué es lo que más afecta de la macro coyuntural?

-El mayor problema que vamos a tener como industria es el acceso a divisas, porque muchos de los equipos y los bienes son importados. Al mismo tiempo, hay elementos positivos porque como industria hay proyectos que se están discutiendo para tratar de resolver los problemas técnicos. Hay mucha colaboración, muy buenas relaciones con YPF y con nuestros competidores. Los elementos fundamentales de las cosas que no podemos cambiar (que son los elementos del recurso y la mantener la estrategia y la constancia de esas inversiones para lograr retornos. Por supuesto que nos adaptamos también según los ciclos económicos del mundo. La belleza del recurso que tenemos en Vaca Muerta es que el capital puede ser modulado, se puede aumentar la producción muy rápido.

-Crecer o disminuir…

-Exactamente, porque la mayoría del capital va a pozo, que es lo que te hace producir. Eso es diferente de otros negocios. En aguas profundas, por ejemplo, hay que poner muchísimo y gran parte del capital para construir la plataforma, las tuberías, etc., y es más difícil regular esa inversión. El no convencional cambia completamente la ventana para lograr un retorno, y esa es una fortaleza en países donde la geopolítica es complicada. Por eso creo que en el largo plazo vamos a desarrollar Vaca Muerta como industria, porque tiene todos los elementos de las cosas que no podríamos cambiar, y para muchas de las cosas que pueden cambiar está la voluntad desde el punto de vista político, económico y de la industria.

-¿Cuál es el plan de inversión de Shell en Argentina?

-Estamos construyendo una planta por otros 15.000 barriles que vamos a inaugurar a fines del año que viene. Estamos construyendo un caño que también va a estar disponible esperamos que a fines del año que viene para una interconexión (con PAE y Pluspetrol como socios), y tenemos planes de crecimiento en los próximos 5 a 10 años para llegar a los niveles que creemos que debemos tener dado nuestro portafolio. Si las condiciones económicas son correctas, podríamos sumar otros bloques que sean atractivos y aumentar ese nivel de inversiones