Calm fue presentada al mercado en noviembre de 2019. Desde el primer día fue concebida como una empresa digital sin tiendas físicas, aún cuando todos los allegados a su fundador le decían que era imposible que una persona comprara un colchón o una almohada de forma online sin haberlos probado antes.
La propuesta de valor de Calm fue pensada por Matías Burstein, CEO (32), y Patricio Fiaschi, COO (34), y consta de dos partes. Por un lado, incluir el envío en el precio final y, por el otro, ser los únicos en ofrecer 30 noches de prueba gratis en la casa de los clientes. Si la persona no está conforme, se le devuelve el dinero y el producto, ya sea un colchón o una almohada, se dona.
“Calm es una empresa que vino a revolucionar la industria del sueño. Con el foco puesto en nuestros clientes, ofrecemos productos que están diseñados y pensados para mejorar el descanso de las personas”, señala Burstein.
Cómo nace Calm
Calm surgió a partir de encontrar una industria que hace años que no se renueva, que no mejora sus servicios y que ofrece una experiencia caótica y difícil. “Comprar un colchón requiere un trabajo de investigación exhaustivo: hay una infinidad de modelos y nunca sabemos si lo que cambia es la estructura, el tamaño o apenas el nombre. La gran cantidad de ofertas y descuentos que se superponen no hacen más que agregar confusión a los precios”, comenta el fundador de Calm.
En esa línea, Burstein también indica que “en los negocios a los productos solo se los puede probar un ratito”. “Tenemos que elegir en minutos (o segundos) el colchón en el que vamos a descansar los próximos 10 años. Y una vez que logramos elegir el colchón, lo que viene después también es complicado. Hay que coordinar el transporte y la logística de la entrega para un producto muy difícil de transportar. Así, a muchos nos pasó de quedarnos en casa un día entero esperando un colchón que nunca llegó”, sentencia.
Colchones y sommiers, los secretos del mercado del sueño
En ese marco, los emprendedores vieron cómo funcionaba el sector en otros países y encontraron que había una gran oportunidad para mejorar el rubro, ofrecer un producto de calidad y una mejor experiencia de compra. Desde su mirada, hay varias cosas que los caracterizan o que hacen de Calm una marca diferente.
“Sin dudas que el hecho de ofrecer 30 días de prueba del producto, en tu hogar, le ofrece a nuestro cliente la oportunidad real de conocer el colchón, de saber si es lo que busca. En ese sentido, por suerte, hemos tenido un alto grado de aprobación ya que tenemos menos del 1% de devolución. En esos casos puntuales, nos ocupamos de ir a buscar el colchón y lo donamos a una ONG para que pueda ser usado por alguien que lo necesita”, afirman.
Por otro lado, buscan innovar en todo el proceso de fabricación, compra y entrega de productos para generar la mejor experiencia posible. “La experiencia del usuario es fundamental y eso se ve reflejado en que hoy somos la empresa mejor puntuada del rubro. Siempre estamos escuchando e intercambiando comentarios con la comunidad Calm para conocer cómo les parece que podríamos mejorar”, añaden.
Cuánto cuestan los productos de Calm
Como argumentos de venta, los colchones Calm vienen sellados al vacío dentro de una caja relativamente chica y se expanden una vez abiertos, lo que permite no depender de un amigo o un familiar para poder cargar el producto. Entra en cualquier ascensor y la marca hace entregas coordinadas dentro de las 24 hs en CABA y en 96 hs en el resto del país. Los precios arrancan desde alrededor de $ 29.000 para un colchón de una plaza y hasta más de $ 71.000 para un Superking.
“Tenemos un modelo de negocio, y una forma de pensar, en el que, a diferencia de muchas startups, alcanzamos la autonomía y rentabilidad desde los primeros meses, reinvirtiendo todo en hacer crecer la compañía. Este modelo nos da la confianza de saber que estamos creando una empresa que da resultados y que nuestros pasos son sólidos. Nuestra visión de mejorar el descanso de la mayor cantidad de argentinos posible nos lleva a reinvertir constantemente, para que cada vez nos conozcan más, siempre con el mejor servicio y al mejor precio que podamos”, apunta Burstein.
En líneas generales el financiamiento no fue un gran problema: lograron recaudar cerca de US$ 50.000 entre amigos y familiares, el capital necesario para la compra de los primeros lotes de colchones, y para dar a conocer la marca. Luego de un par de meses pudieron hacer girar la rueda y generaron un flujo disponible para reinvertir en el crecimiento.
El futuro para Calm
La empresa tiene muchos desafíos por delante. El colchón representa solo el 24% del mercado dentro de la economía del descanso, por lo que los fundadores quieren seguir acompañando a quienes los eligen con nuevos productos que completen la experiencia. Para esto, crearon un equipo de desarrollo de productos innovadores que mejoren el sueño. En cuanto a la expansión geográfica, es algo que están evaluando y definiendo si es el momento o no, y de qué manera es conveniente avanzar.
*La nota fue escrita por Marysol Antón y Leandro Africano