Representa la cuarta generación de joyeros y busca seguir expandiendo la herencia de la orfebrería
Florencia Radici Forbes Staff
Florencia Radici Forbes Staff
El rubro de la alta joyería suele estar rodeado de un halo de glamour y estética que esconde, detrás, habilidad y artesanía para engarzar piedras preciosas y diamantes que se transforman en objetos casi eternos. Rubi Rubi es una de las marcas de este segmento, está liderada por Edith Miroznik, directora ejecutiva y diseñadora, y fue elegida por celebrities como Susana Giménez, Pampita y Valeria Mazza, quien tuvo también una colección cápsula de gafas.
Miroznik, que estudió Bellas Artes y se graduó como profesora de Inglés e Italiano, creció rodeada de metales y piedras preciosas, que su padre José, joyero orfebre, transformaba en joyas con diseños propios. La historia de la familia se remonta a la Polonia de fines del siglo XIX. Fue José quien, llegado a Argentina desde Europa en 1915, abrió su propio taller en 1945, siguiendo su pasión. La empresa, hoy, está en manos de la cuarta y quinta generación de la familia, con un directorio formado por profesionales y expertos. Edith lidera el área de Diseño y actúa en conjunto con el área de producción.
"La marca se caracteriza por el diseño exclusivo, la alta calidad y la vasta experiencia de los orfebres. Son joyas que pasarán de generación en generación evocando aquellos momentos únicos vividos, eternizándose en el tiempo. Sus diseños se adaptan a todos los tiempos y gustos del consumidor, ya que en su atemporalidad se transforman en clásicos que se adaptan a cada época con la versatilidad del buen diseño", asegura Miroznik.
La marca tiene sus boutiques: una en Avenida Alvear, en Buenos Aires, y otra en Punta del Este. Además, tiene agentes oficiales en la mayoría de las capitales de provincias de la Argentina. "Es siempre proyecto de nuestra empresa desembarcar con nuevos puntos de venta, por lo que estamos en constante estudio de opciones tanto en América como en Europa para seguir instalando la marca", dice Miroznik.
El proceso de fabricación de una pieza de alta joyería comienza con el diseño, inspirado por formas, colores y lo cautivante de las gemas. Miroznik plasma primero en una hoja de papel una idea, un boceto. A esto le sigue un cuidado y complejo proceso de fabricación, desde el fundido del oro, moldería y pulido hasta el minucioso engarce de las piedras y acabado final. "Son infinidad de procesos y de maestros joyeros involucrados en la creación de una pieza. Rubi Rubi cuenta con talleres propios en los cuales los diseños toman forma y se convierten en parte de las diferentes colecciones de la marca", cuenta Miroznik.
Los metales y las gemas son protagonistas. Así, según explica Miroznik, oro 18 kilates y platino son componentes "indispensables" para una pieza de alta joyería. Y las piedras preciosas son el complemento "perfecto" que aporta brillo, luz y color a una pieza: diamantes, zafiros, esmeraldas y rubíes. Rubi Rubi hace colecciones. "Magia", por ejemplo, está inspirada en los paisajes del norte argentino, mientras que "Energía" evoca a las Cataratas del Iguazú y "Fortaleza" está inspirada en el bosque de arrayanes de Bariloche. Cada colección tiene un promedio de 500 piezas, y al año se producen alrededor de 2.000.
"El negocio de la alta joyería, si bien no desconoce los contextos y coyunturas de las economías regionales, trasciende la cotidianeidad para instalarse en un sector con relativa estabilidad y que se proyecta siempre hacia mercados internacionales. No olvidemos que el oro es un activo de ahorro, porque es un activo líquido, estable y que tiende a mantener su valor a lo largo del tiempo. A esto se le suma el valor agregado que tienen las piezas de alta joyería por su exquisita selección de gemas y trabajo de orfebrería artesanal, lo que hace que el rubro conserve su estabilidad y pueda proyectar siempre crecimiento. El 2025 se presenta con horizontes más claros, lo que permitirá continuar con el constante crecimiento de la marca", asegura Miroznik sobre la compañía que factura $ 1.100 millones.