¿Cómo ves el 2024?
Este es un año complejo y creemos que lo seguirá siendo en términos de demanda a nivel global y en términos de rentabilidad de las operaciones. En Argentina, particularmente, cole - gas de otras industrias coinciden en que no es un año de altos márgenes, todo lo contrario. Creo que hay un tema también que es alinear un poco la visión de largo plazo con todos nuestros equipos, pero también con casa matriz.
No debemos olvidar el largo plazo, por qué decidimos hacer lo que decidimos hacer para los próximos 10 o 15 años. Somos seres humanos y cuando estamos pasando por un momento difícil tendemos a cuestionar el futuro. Las empresas tienen que ser ambidiestras, con una mano tienen que poder manejar el corto plazo y con el otro seguir trabajando en el largo.
¿Qué proyecciones tienen para este año?
En el caso de Renault estamos en un proceso de transformación del negocio muy importante hacia un perfil más exportador. Comenzamos a exportar a mercados que hacía tiempo que no se exportaba, ninguna otra marca tampoco. Y estamos trabajando en un proyecto –que todavía no lo puedo anunciar– muy importante que va a completar ese proceso, para lograr que un 70% de la capacidad de producción argentina esté destinada al mercado de exportación.
Se puso en tela de juicio la competitividad de la industria automotriz…
Argentina tiene un tema de generación de dólares o de retención de dólares, depende de quién cuente la historia. La industria automotriz es el segundo exportador (después de lo que son los granos y los cereales) y el primer exportador industrial. Si no tuviéramos industria automotriz en Argentina el mercado de autos sería el mismo, los clientes seguirían consumiendo autos, eso representaría un déficit de balanza comercial para Argentina de US$ 20.000 millones. Además, la industria genera 650.000 puestos de trabajo, innovación y tecnología y exportaciones, porque todos estamos trabajando en este cambio de perfil.
¿Qué necesitan hoy las empresas?
No voy a pedir estabilidad porque creo que el mundo se ha argentinizado. A nivel global todo está mucho más volátil y, por lo tanto, no depende solamente de nuestros gobernantes. Lo que sí tenemos que trabajar es en mejorar la competitividad de la Argentina y hacerla más atractiva a las inversiones. Con eso vamos a arreglar varios problemas; no todos, pero varios. Entre los colegas de la industria automotriz siempre decimos: competimos en el mercado argentino, pero en realidad cada uno de nosotros competimos con otras fábricas que también se quieren llevar las inversiones que nosotros queremos traer a Argentina.