Hijo de un inmigrante alemán, supo desarrollar el imperio en torno a la salud que fundó su padre en Argentina hace 97 años, hasta acaparar más del 13% del mercado local como dueño de cinco de los diez medicamentos más vendidos.
Al cierre de nuestra última edición, FORBES le atribuye una fortuna de US$ 1.500 millones a Alberto Werner Heinz Roemmers (91). Sin embargo, llegó a ostentar los US$ 2.000 millones en marzo del año pasado. Más allá de las cifras, lo cierto es que se ubica entre los cinco argentinos más ricos en el ranking internacional y es portador del apellido más resonante en la industria farmacéutica de toda América Latina.
Low profile
Las cálidas costas de Ixtapa, en México, fueron el meeting point de lo que fue la primera cumbre de "Padres e Hijos" que craneó y ejecutó el magnate mexicano Carlos Slim, allá por 2003. El convite, en teoría secreto, reunió a los hombres más acaudalados de Latinoamérica y sus respectivos herederos para trazar una visión no solo de sus negocios en el subcontinente, sino también de la lucha contra la pobreza. Entre los primeros escuetos embajadores argentinos de la iniciativa ?en la que pudieron disfrutar de los paseos en yate y las amplias comodidades dispuestas? estuvo el propio Alberto Roemmers. Cultor de un estricto bajo perfil, es la cabeza de un tándem familiar que completan los hermanos Alberto (h), Alfredo Pablo y Alejandro Guillermo Roemmers, todos fruto del matrimonio del magnate nonagenario con su esposa, Hebe Colman (en 1998, la familia perdió a Christian Andreas, el menor de los herederos, cuando se arrojó con un parapente en Mendoza). Ya son cinco los integrantes de la próxima generación de este clan farmacéutico con alcance regional.
Una máquina de generar dinero
El laboratorio Roemmers, principal bastión de la familia, es el fabricante de Lotrial, Optamox, Amoxidal, Sertal Compuesto y Losacor, entre otros reconocidos medicamentos con los que, solo en el primer año de gobierno de Mauricio Macri, facturó $ 6.167 millones. Sin embargo, no es el único activo ligado a la familia. Son socios de las hermanas Balla en el laboratorio Gador, uno de los cinco primeros en facturación, con ingresos por $ 4.930 millones, donde tienen el 44% de las acciones. A su vez, son propietarios de Investi Farma, otra compañía farmacéutica con ingresos por $ 1.586 millones anuales. Del mismo modo, en el rubro en el que se mueven como pez en el agua, los Roemmers son propietarios de una de las mayores distribuidoras del mercado: Rofina. En el exterior, operan en México, Colombia, Ecuador y Perú, a través de la firma Siegfried, y conservan un negocio en el gigante sudamericano Brasil.
La fortuna no queda resumida solo al negocio de los medicamentos. Arenas de Garzón, en Uruguay, es su mega emprendimiento de real estate de 400 hectáreas. Hasta hace poco también supieron ser importantes productores de olivares en San Juan y, según diversas fuentes del mercado, el apellido Roemmers está emparentado a la compañía Haciendas San Eugenio, propietaria de 11 establecimientos que suman 91.000 hectáreas y más de 33.000 cabezas de ganado en las provincias de Corrientes, Chaco y Formosa. Los rumores no son vanos: el administrador de la firma ganadera es Eduardo Macchiavello, CEO de Laboratorios Roemmers.
Mega Pharma: ¿la venta del añó
Uno de los vehículos industriales de los Roemmers fronteras afuera fue, hasta abril de este año, el conglomerado Mega Pharma, con presencia en 20 países. La familia argentina era socia de la alemana Struengmann, con la cual montó una plataforma de exportación desde Uruguay en 2002. La última gran inversión del grupo ascendió a US$ 110 millones, en 2016, y consistió en construir la mayor planta industrial de medicamentos de Uruguay. Sin embargo, según el portal especializado Pharmabiz, hace unos meses Roemmers habría embolsado la friolera de US$ 1.100 millones a cambio de ceder su participación (50%) a sus socios. El primer interrogante que surge tras la operación es: ¿dónde invertirá todo ese dineró