Las compañías de bebidas alcohólicas invierten en el sponsoreo de celebridades desde hace muchos años para aumentar sus ventas. Pero, en los últimos años, son las estrellas las que ponen dinero de su bolsillo en estas empresas. Se involucran no solo en el marketing, sino también en el proceso de producción. Siempre, claro, asociados a expertos. Los nombres van de Metallica y su whiskey Blackened (producido por Sweet Amber Distilling Company, un joint venture entre la banda y el destilador Dave Pickerell) a George Clooney (que le vendió su marca de tequila Casamigos a Diageo por US$ 1.000 millones en 2017), pero también incluyen a, entre otros, Jay-Z (que acaba de cerrar un acuerdo con Louis Vuitton para su Ace of Spades Champagne), Ryan Reynolds, Post Malone, Aaron Paul y Bryan Cranston (de Breaking Bad), Kate Hudson, Dan Aykroyd, AC/DC y Drake.
George Clooney
El reconocido actor se convirtió en el golden estándar de la industria cuando, en 2017, Diageo compró Casamigos, la empresa de tequila que fundó junto a Rande Gerber (emprendedor y marido de Cindy Crawford) y Mike Meldman (magnate del real estate), en la que habían invertido US$ 600.000 cada uno. La transacción valuó en US$ 1.000 millones la marca fundada en 2013, que registró tasas de crecimiento superiores al 50% en sus primeros años. Con el impulso de la adquisición, la marca se internacionalizó.
Jay-Z
Protagonizó el último deal: en febrero LVMH anunció la adquisición del 50% de Armand de Brignac, la marca de champagne del rapero, conocida como Ace of Spades. también estará a cargo de un acuerdo global de distribución. Jay-Z había adquirido una participación en la marca en 2014, después de un boicot a Cristal cuando un ejecutivo hizo comentarios negativos sobre sus consumidores raperos. En 2019, el champagne tuvo su séptimo año consecutivo de ventas récord en EE.UU.
209% CRECIÓ EL VOLUMEN DE TEQUILA DESDE 2002, SEGÚN EL DISTILLED SPIRITS COUNCIL OF AMERICA.
Bob Dylan
Músico, ganador del Premio Nobel y destilador. En 2018, Bob Dylan lanzó Heaven's Door, su whisky en asociación con Marc Bushala, emprendedor del rubro al frente de Spirits Investment Partners (SIP), que invirtió US$ 35 millones. Además del nombre referencia a su canción, la botella tiene un diseño realizado en el estudio de arte de Dylan, Black Buffalo Ironworks. Y para este año el plan incluye el proyecto de abrir su propia destilería y centro de artes en Nashville. Se vende en Inglaterra, Canadá y Alemania.
Kendall Jenner
La modelo del clan Kardashian fue una de las últimas en sumarse a esta movida con el lanzamiento de su tequila 818. Si bien recibió muchas críticas de apropiación cultural por lanzar el producto mexicano, su bebida ya ganó varios premios y promete ser un éxito de ventas.
Ryan Reynolds
En 2008, el actor compró una participación en Aviation Gin a través de su compañía Maximum Effort Marketing. El año pasado Diageo anunció la compra de Davos Brands por US$ 610 millones, que incluye, además del gin de Reynolds, a Astral Tequila, Sombra Mezcal y TYKU Sake. Aviation representa el 40% del segmento de gin super premium en los Estados Unidos y crece al 100% en ese mercado.
Dan Aykroyd
El humorista es veterano en la categoría: en 2013 lanzó Crystal Head Vodka, una espirituosa premium que se volvió de culto gracias al diseño de la botella con forma de calavera, que lleva la firma de John Alexander, un reconocido pintor estadounidense. Se vende en más de 30 países y ganó numerosos premios en el segmento de alta calidad.
Kate Hudson
A fines de 2019, fundó King St. Vodka, una de las pocas espirituosas en manos de una mujer (uno de los factores que la motivaron a ingresar al segmento). Su bebida, destilada siete veces, tiene agua alcalina y está hecha a partir de maíz gluten free y sin GMO. Lo hizo en alianza con David Kanbar, empresario que ya había creado espirituosas con otras celebridades. También ayudó a diseñar el packaging.
Aaron Paul y Bryan Cranston
Los protagonistas de Breaking Bad, que además son amigos, lanzaron en 2019 Dos Hombres Mezcal, a partir de un mezcal de San Luis del Río, una ciudad a unas cuatro horas del centro de Oaxaca de alrededor de 400 habitantes.