Sergio Rotondo decidió emprender en un rubro en el que no es común (ni fácil) hacerlo sin experiencia previa: el de la minería. Economista de la Universidad del CEMA y con un MBA, ocupó diferentes posiciones en distintos sectores e industrias. Por ejemplo, trabajó con algunos de los diseñadores más importantes del mundo, como Pininfarina o Dezer Development (el creador de la torre de Porsche en Miami).
En 2017 decidió alejarse del mundo del real estate y se cruzó con un proyecto minero en la provincia de San Juan: Hualilan, que data del año 1850. Fue, explica Rotondo, el yacimiento de oro que Sarmiento eligió, todavía siendo gobernador de San Juan, como la próxima gran mina de la Argentina.
Me encontré, cuando fui, con las ruinas de lo que no pudo ser, recuerda. Así, entonces, en 2018 creó la empresa Golden Mining y se quedó con el paquete accionario de Hualilan. Era un proyecto conocido mundialmente, pero que todo el mundo sabía que estaba trabado desde lo legal. Mi trabajo fue destrabarlo, asegura Rotondo.
Su ingreso a la minería
Asesorado por una experta en minería, comenzó la búsqueda de inversores y ahí fue cuando apareció Challenger Exploration, empresa de exploración de oro y cobre que cuenta, además, con los proyectos El Guayabo, en Ecuador, y Karoo Basin Gas, en Sudáfrica.
Pasaron menos de 24 meses entre que firmamos y empezamos a trabajar. Hicimos una campaña chica, de 2.000 metros (son los metros que se perfora para ver qué hay debajo de la superficie, en las entrañas de la tierra). El resultado es un testigo que le sirve al geólogo para entender la mineralización existente, y la otra mitad va a un laboratorio certificado para análisis geoquímico que entregue la cantidad de oro por tonelada de roca, cuenta Rotondo.
El proyecto de San Juan fue el puntapié para el IPO de Challenger en la bolsa australiana, donde cotiza desde 2019, firma de la cual ahora Rotondo es director ejecutivo y uno de sus accionistas mayoritarios. Sus inversores, asegura, son todos corporativos, entre los que se incluye, por ejemplo, el fondo BlackRock.
Cómo es la industria de la minería
La minería es un negocio con muchas particularidades. Acá, según explica Rotondo, la industria se divide en empresas exploradoras y empresas productoras (Challenger no es productora, sino exploradora). En San Juan, entonces, la firma está invirtiendo a razón de US$ 2 millones por mes.
Esta es una industria de super largo plazo donde, como empresa exploradora, vos invertís en un proyecto que siempre es de alto riesgo, el cual baja a medida que se conoce la mineralización y los resultados. Si encontrás el resultado, buenísimo. Si no, perdiste absolutamente todo, sentencia.
Según sus datos, de cada 1.000 proyectos mineros, 100 entran en exploración, 10 entran en exploración avanzada y solamente uno pasa a producción. Como exploradora, la facturación es cero, lo que lo hace más interesante. No vendés nada porque no hay nada para vender, es todo riesgo. Empezás a recuperar recién cuando empezás a producir. Todo el dinero de la campaña se financia en la bolsa con grandes fondos de inversión que ganan a medida que sube el precio de la acción, explica Rotondo.
Cifras de la actividad
Una mina, en líneas generales, consta de alrededor de 10 etapas. Dentro de las principales está la prospección, es decir, se busca una propiedad minera en un determinado territorio. Suele demandar alrededor de US$ 100.000 de inversión para tener los indicios de que hay algo.
Luego viene la etapa de exploración inicial y luego la avanzada. De ahí surge un informe de viabilidad final que, en resumen, dice si la mina es económicamente viable o no. Si la mira resulta viable, comienza la producción, que puede demandar inversiones de US$ 1.500 millones o US$ 2.000 millones (en general las empresas exploradoras no son productoras).
Entonces, ¿cómo es el exit? Una empresa productora compra la mina en cifras que suelen estar atadas al potencial o cantidad de onzas del proyecto. En ese momento es cuando se da la toma de ganancia de nuestros inversores. De todas formas, estamos seguros de poder poner en producción Hualilan, asegura Rotondo.
Ahora Hualilan está en exploración avanzada. Nuestro objetivo final es llegar a la fase de factibilidad y puesta en producción del Proyecto Hualilán. Estamos seguros de que vamos a generar cambios profundos en la forma de trabajar en la industria minera, lo que nos permitirá posicionarnos como referente, para ser replicado en otros sectores y geografías, asegura Rotondo.
Así, el año pasado perforaron 90.000 metros, lo que asegura que fue la campaña número uno en perforación en la Argentina, e invierte entre US$ 24 y US$ 36 millones al año. Los indicios para la siguiente etapa, aclara Rotondo, son positivos, aunque no puede dar más información por una cuestión de confidencialidad.
La inversión local
Hacer este tipo de proyectos no está exento de desafíos en un contexto como el argentino. Es un reto cómo captar dinero en un país al que nadie le quiere prestar. Pero la minería es federal y depende de las provincias.
San Juan es uno de los distritos mineros más importantes del mundo, así que decimos: 'No es Argentina, es San Juan'. Asegura tener una excelente relación con Sergio Uñac, el gobernador de la provincia, forjada, según explica, a partir de que es la única empresa exploradora radicada en la provincia con una integración 100% local, exclusivamente sanjuanina, que va desde sus trabajadores, los contratistas y los consultores.
Así, trabajan con numerosas pymes argentinas, incluidas las que hacen el trabajo de perforación. En Hualilan hoy hay 70 empleados directos y 200 contratados de empresas perforistas, a los que se suman los proveedores, unas 400 personas.
La minería y el medio ambiente
La minería tiene un impacto medioambiental sobre el que cada vez se pone más la lupa. En la etapa de exploración, aclara Rotondo, el impacto medioambiental es bajo, porque solo se perfora, no hay voladuras ni explosivos. Pero añade: Hoy la industria trabaja bajo estándares de calidad medioambientales muy altos. Es una nueva etapa de la minería. Por este motivo, dice que en muchos casos se trabaja en remediar problemas heredados, de gestiones anteriores de los proyectos; les sucedió, por ejemplo, en Ecuador.
Muchos dicen: 'La minera es para mineros'. No sé si es para mineros, pero sí tiene una curva de aprendizaje muy alta y hay que estar dispuesto a entenderla. Mi mirada fue de empresario: cómo hacer para agregarle valor a este yacimiento. Es realmente ponerlo en valor. Cuando entre en producción, hablamos de miles de puestos de trabajo y cientos de millones de dólares de regalías. Las externalidades de un proyecto así son enormes, y se necesitaba una mirada más desde lo empresarial, concluye Rotondo.