Tras la renuncia de Jack Dorsey como CEO de Twitter, la red social ya nombró a un nuevo director ejecutivo. Se trata del que fuera director de tecnología de la red social, Parag Agrawal. Y su nombramiento no está exento de críticas.
Nacido en Bobay, en la India, se mudó a Estados Unidos a estudiar un doctorado en ciencias informáticas por la Universidad de Stanford, que no acabó. Luego de trabajar en compañías como Microsoft, AT&T y Yahoo!, Agrawal se unió al equipo de Twitter en 2011, y unos años más tarde, en octubre de 2017, fue nombrado CTO de la compañía, donde estuvo a cargo de la estrategia técnica que involucra el aprendizaje automático de la red social. En la red social, Agrawal se convirtió en el primer ingeniero distinguido de Twitter por su impacto en la aceleración del crecimiento de la audiencia en 2016 y 2017, según un comunicado de prensa de la compañía.
Elegido por Dorsey
El pasado lunes, tras anunciar su dimisión, el anterior CEO de la red social publicó un correo electrónico en el que se despedía de su puesto y aseguraba que Agrawal era la mejor opción para sustituirlo en el cargo: "Ha estado detrás de todas las decisiones críticas que ayudaron a cambiar esta empresa", dijo.
"La Junta llevó a cabo un riguroso proceso considerando todas las opciones y designó a Parag por unanimidad. Fue mi elección durante algún tiempo dado lo profundamente que comprende la empresa y sus necesidades", dijo Dorsey en un correo electrónico de toda la compañía anunciando su partida. "Él lidera con corazón y alma, y es alguien de quien aprendo a diario. Mi confianza en él como nuestro CEO es profunda".
Ahora, le corresponde la difícil tarea de cumplir los agresivos objetivos de Twitter, incluida la duplicación de los ingresos anuales este año y alcanzar 315 millones de usuarios activos diarios monetizables para fines de 2023. Según declaró, "el mundo nos está observando en este momento", y está "lleno de energía" por las oportunidades que se avecinan para la empresa, ya que "reformará el futuro de la conversación pública".
Después de ser nombrado nuevo director ejecutivo de Twitter, Agrawal no tardó en recibir críticas de los sectores más conservadores en los Estados Unidos, que lo acusan de ser de izquierda. Los comentarios señalan directamente a antiguos tuits y entrevistas de Agrawal, y se plantean cómo manejará la libertad de expresión en la plataforma, especialmente de los sectores de ultraderecha.
Uno de los ejemplos fue el del Comité Judicial de la Cámara Republicana, que retuiteó una publicación de 2010 en la que Agrawal aseguraba que "si no se hacía una distinción entre musulmanes y extremistas, ¿por qué habría que hacerla entre blancos y racistas?". En su momento Agrawal se defendió asegurando que no se trataba de una cita suya, sino del corresponsal del The Daily Show, Aasif Mandvi. Sin embargo, el comité republicano respondió con un "no pensábamos que se pudiera ser mucho peor que Jack Dorsey. Pero vaya".
Más allá de los representantes republicanos, la red social se llenó de comentarios del mismo estilo por parte de diversos usuarios. La activista y seguidora de Trump Renee Lynn, que se define como patriota que salvará a los Estados Unidos de la izquierda radical, asegura que "Agrawal es un izquierdista puesto de esteroides".
Algunos comentarios también señalan que, en una entrevista con MIT Technology Review, Agrawal aseguró que Twitter, al igual que otras empresas privadas, no está "sujeto a la Primera Enmienda" [que defiende la libertad de religión, expresión y prensa, pero no aplica a las compañías privadas]. Lo que lleva a muchos a especular con una posible censura de la derecha en la red social.
Jason Miller, director ejecutivo de la conservadora plataforma de redes sociales GETTR, tuiteó el lunes que Agrawal puede ser una amenaza mayor para la "libertad de expresión" que su predecesor, considerando que dijo en un comunicado del lunes que Dorsey dedicó su mandato como CEO para encontrar "nuevas formas de pisotear la libertad de expresión".
Sin duda, uno de los retos que afronta Agrawal será cómo manejar este tipo de problemas. Su antecesor, Jack Dorsey, ya fue criticado por diversos sectores políticos por tomar controvertidas decisiones como el cierre de la cuenta del expresidente Donald Trump, tras su papel en el asalto al Capitolio el 6 de enero de 2021. Para muchos, esto sentaba un peligroso precedente en la red social. Para otros, la decisión había llegado demasiado tarde. En opinión del nuevo CEO de Twitter, el papel de la plataforma es "servir a una conversación pública saludable y nuestros movimientos son un reflejo de las cosas que creemos que conducen a una conversación pública más saludable".
La última medida de Twitter
Por otro lado, Twitter lanzó nuevas reglas para impedir que sus usuarios compartan imágenes privadas de otras personas sin su consentimiento, endureciendo las políticas de la red social apenas un día después de que cambiara de CEO.
De ahora en más, las personas que usan la red y que no son figuras públicas pueden pedir a Twitter que elimine fotos o videos de ellas que hayan sido publicadas sin su permiso. Twitter aclaró que esta medida no se aplica a "figuras públicas o individuos cuando los medios y el texto del tuit que los acompaña se comparten con interés público o agregan valor al discurso público".
"Siempre intentaremos evaluar el contexto en el que se comparte el contenido y, en esos casos, podemos permitir que las imágenes o videos permanezcan en el servicio", agregó la empresa.
El derecho de quienes usan Internet a apelar a las plataformas cuando terceras personas publican imágenes o datos, especialmente con fines maliciosos, se debatió durante años. Twitter ya prohibió la publicación de información privada como los números de teléfono o la dirección de una persona, pero hay "preocupaciones crecientes" sobre el uso de contenido para "acosar, intimidar y revelar las identidades", reconoció la red.
La empresa notó un "efecto desproporcionado sobre las mujeres, activistas, disidentes y miembros de comunidades minoritarias". Ejemplos de acoso en línea muy reconocidos incluyen a víctimas de abuso racista, sexista y homofóbico en Twitch, el sitio de transmisión de videojuegos más grande del mundo. Sin embargo, los casos de acoso abundan y las víctimas a menudo deben librar largas batallas para que se eliminen de las plataformas virtuales imágenes hirientes, insultantes o producidas ilegalmente.
*Nota publicada en Forbes España.