La supremacía del fútbol brasilero en Sudamérica durante los últimos años es innegable. Siete de las últimas ocho ediciones de Copa Libertadores tuvieron a un equipo de Brasil como campeón. Con la llegada de inversiones privadas, la profesionalización de la gestión y una agresiva política de contrataciones, los clubes brasileños se convirtieron en los dueños del fútbol continental.
La incorporación de Sociedades Anónimas de Fútbol (SAF) revolucionó el fútbol en Brasil. Históricos como Botafogo, Cruzeiro y Vasco da Gama cambiaron radicalmente su modelo de gestión al permitir la entrada de inversores privados que aportan capital fresco. Esto les permitió sanear deudas y también competir con las potencias europeas en el mercado de fichajes.
El caso del Botafogo es emblemático. Bajo la dirección del magnate estadounidense John Textor, el club invirtió 70 millones de euros en refuerzos en 2024, incorporando figuras de nivel internacional como Luiz Henrique y Thiago Almada. El resto es historia: ganó el Brasileirao y también su primera Copa Libertadores.
Una de las diferencias más notorias entre Brasil y Argentina es el volumen de dinero destinado a la contratación de jugadores. En 2024, los clubes del Brasileirao gastaron 315 millones de euros en refuerzos, una cifra récord en Sudamérica. Palmeiras, por ejemplo, desembolsó cifras astronómicas tanto contratar jugadores luego de vender al zaguero Vitor Reis, transferido al Manchester City por 35 millones de euros, mientras que el club paulista invirtió montos similares en las incorporaciones de Paulinho y Facundo Torres.
En la otra vereda, el mercado argentino, aunque más activo en los últimos años, sigue estando lejos de estas cifras. En este mercado de pases -quizás el mejor de la última década- los clubes argentinos gastaron una cifra cercana a los 100 millones de dólares, todavía una fracción de lo que gastan los equipos brasileños.
Boca Juniors lideró las inversiones, con US$ 25,2 millones , seguido por Estudiantes, con US$ 25 millones tras concretar la compra del tan codiciado Valentín Gómez, el joven central zurdo que había sido tentado para desembarcar en el fútbol de Brasil. La transferencia más cara fue la de Cristian Medina a Estudiantes por US$ 15 millones, un monto que, aunque es importante para el mercado local, es apenas competitivo frente a las operaciones en el país vecino.
El riesgo del sobreendeudamiento: ¿es sostenible el modelo brasileño?
A pesar de los avances logrados, el fútbol brasileño enfrenta un desafío importante: el sobreendeudamiento de los clubes y la inflación en el mercado de pases. Uno de los casos más paradigmáticos es el del Corinthians. El club, a pesar de ser el equipo más endeudado del país .con un pasivo de 409 millones de euros- gastó cerca de 30 millones en refuerzos durante la temporada 2024. Este nivel de endeudamiento plantea serias dudas sobre la sostenibilidad del modelo.
La dependencia de capitales externos, como los aportados por las SAF, también genera tensiones. Aunque estos recursos impulsaron a los clubes en el corto plazo, algunos dirigentes advierten sobre la posibilidad de una "burbuja financiera" similar a la que afectó a clubes europeos en el pasado. La falta de regulaciones claras para controlar el gasto y evitar el endeudamiento excesivo agrava el problema.
Producto de esta realidad, el fútbol brasilero vive una "inflación" en los números que se manejan en cada traspaso. "La entrada de los inversores de las SAF los ha inflado, porque es un dinero de fuera y eso no representó un crecimiento en los ingresos de los equipos, solo un aporte", dijo Marcelo Paz, director ejecutivo del Fortaleza, al portal UOL.
Lo mismo esbozó el entrenador del 'Verdão', el portugués Abel Ferreira: "Palmeiras vende caro y va a tener que comprar más caro".
En este contexto, la implementación de un "fair play financiero" fue propuesta por varios dirigentes brasileños. La medida busca limitar los gastos de los clubes según sus ingresos y fomentar la sostenibilidad. Sin embargo, el consenso para aplicarlo es aún lejano, ya que algunos inversores temen que estas restricciones puedan afectar la competitividad de los equipos con mayor capacidad económica.
Casos argentinos: modelos alternativos en desarrollo
En Argentina, la entrada de capital privado aún es vista con escepticismo. Sin embargo, algunos clubes, como Estudiantes de La Plata, comenzaron a explorar modelos híbridos. Bajo la presidencia de Juan Sebastián Verón, el club buscó equilibrar su identidad histórica con la necesidad de modernizarse para competir. La llegada del inversor estadounidense Foster Gillet marcó un punto de inflexión, permitiendo al club iniciar una serie de proyectos ambiciosos.
El acuerdo con Gillet incluye una inversión inicial de 150 millones de dólares, destinada a reforzar el plantel y también a mejorar la infraestructura del club. Entre los proyectos más destacados se encuentra la modernización del Estadio UNO, que se transformó en uno de los estadios más modernos del país, y la construcción de nuevas instalaciones en el predio de City Bell. Estos avances posicionan a Estudiantes como un ejemplo de cómo un club puede atraer capital privado sin perder su esencia como asociación civil.
El caso de Deportivo Riestra es quizás uno de los más controvertidos en el fútbol argentino en los últimos años. Su ascenso desde la Primera D hasta la Liga Profesional en apenas una década no puede entenderse sin el apoyo financiero y estratégico de Víctor Stinfale, abogado y empresario.
La incursión de Stinfale en Riestra también implicó la llegada de Speed, de Energy Group, como sponsor oficial del club. Desde que asumió el control operativo del club en 2013, Stinfale implementó un modelo que, si bien no se encuadra oficialmente dentro una SAD, funciona de manera muy similar.
La inyección de recursos externos permitió a Riestra ofrecer condiciones atípicas para las divisiones bajas, como sueldos al día, infraestructura mejorada y un plantel competitivo. Esto le dio una ventaja considerable frente a otros clubes históricos que dependen exclusivamente de ingresos tradicionales, como socios y derechos televisivos.
Además, el vínculo entre Riestra y Speed no se limita al patrocinio en la camiseta; la marca está integrada a la identidad del club: desde eventos promocionales con DJ en las inmediaciones del estadio hasta su presencia en momentos clave, como la final del ascenso a Primera, donde los jugadores salieron al campo con latas de la bebida energizante.
El caso de San Miguel representa un enfoque distinto, pero igualmente innovador, para financiar un club de ascenso. Su presidente, Federico Almada, aprovehcó los ingresos de su empresa Jano's, dedicada a la organización de eventos y con más de 70 salones en todo el país, para sostener y fortalecer al equipo. Este modelo, basado en la inversión directa de un dirigente con recursos propios, permite al club competir en mejores condiciones que otros equipos que dependen únicamente de ingresos tradicionales. Gracias a este respaldo, San Miguel logró mantener un equipo competitivo y mejorar algunos aspectos de su infraestructura.
En diálogo con The Sporting News, Almada se refirió al cuestionamiento sobre ser una SAD: "Pongámoslo así: vos trabajás y tenés un sueldo, por ahí vivís y te queda un margen para ir al cine, comprarte una remera, un auto, una bicicleta, lo que sea. Vos decidís qué hacés con esa plata que te sobra. Le ganaste en buena ley y estás en tu derecho en gastarla en lo que vos quieras", argumentó.
"Bueno, a mí me gusta mucho, en vez de comprarme una remera y una bicicleta, invertirla en el club. La plata está ganada en buena ley. De hecho, los que dicen que lavamos plata son verdaderos ignorantes de la economía, porque esto es todo lo contrario", expresó.
En busca del equilibrio
El fútbol brasileño ha demostrado que las inversiones masivas pueden transformar la competitividad de una liga. Sin embargo, el riesgo de sobreendeudamiento y la inflación en los fichajes plantean preguntas sobre la sostenibilidad del modelo a largo plazo. Argentina, aunque enfrenta limitaciones en su estructura tradicional, puede aprender de los aciertos y errores de Brasil para encontrar un modelo que combine inversión, sostenibilidad y tradición.
La clave está en adoptar un enfoque equilibrado, que permita a los clubes crecer sin comprometer su futuro financiero. Regulaciones claras, inversiones estratégicas y un compromiso con la formación de talentos pueden ser la fórmula para asegurar el éxito del fútbol argentino y de manera sostenible en el tiempo.