El panorama energético global atraviesa una transformación impulsada por metas climáticas más ambiciosas, avances tecnológicos y cambios en las dinámicas geopolíticas. El informe 2025 Energy Outlook de Energy Intelligence analiza las tendencias que moldearán el futuro cercano de la industria, ofreciendo claves sobre cómo los gobiernos, las empresas y los consumidores están adaptándose a un paradigma energético en rápida evolución.

Los principales temas e ideas del informe, junto con un análisis de sus implicancias más amplias.

1. La descarbonización impulsa las políticas y las inversiones

A medida que los países refuerzan su compromiso con las metas de emisiones netas cero, la descarbonización se convierte en la fuerza dominante que impulsa las políticas energéticas. Según Energy Intelligence, una ola significativa de inversiones fluye hacia energías renovables, electrificación y eficiencia energética. Los gobiernos fijan objetivos ambiciosos, con más de ochenta países que asumen metas de carbono neutro. Estas políticas transforman los mercados energéticos tradicionales y aumentan la competencia por el liderazgo en tecnologías verdes.

Para las empresas, la oportunidad está en alinearse con los incentivos gubernamentales y ampliar sus portafolios en energía renovable, hidrógeno verde y tecnologías de captura de carbono. Las compañías que se adaptan rápido a este nuevo entorno pueden obtener una ventaja como pioneras.

2. Las energías renovables aumentan, pero los combustibles fósiles se mantienen

Las fuentes de energía renovable, como la solar y la eólica, crecerán a ritmos récord hasta 2025, y se proyecta que la capacidad solar global se duplique para ese año. Sin embargo, los combustibles fósiles siguen profundamente arraigados en la matriz energética mundial, representando más del 75 % del consumo de energía primaria en la actualidad. A pesar de la disminución de su participación de mercado, Energy Intelligence prevé que el petróleo y el gas natural seguirán cubriendo la mayor parte de la demanda energética global en 2025, principalmente por su papel clave en los sectores del transporte y la industria.

El camino hacia la descarbonización no implica simplemente reemplazar los combustibles fósiles, sino lograr un equilibrio. En el futuro cercano, la industria deberá enfrentar el doble desafío de expandir las energías de bajas emisiones mientras asegura la seguridad energética y la accesibilidad mediante los combustibles tradicionales.

3. El auge del almacenamiento de energía y la innovación en la red

A medida que aumenta la participación de las energías renovables, las soluciones de almacenamiento de energía y la modernización de las redes eléctricas se vuelven esenciales. El informe resalta la creciente importancia de los sistemas de almacenamiento con baterías para equilibrar la oferta y la demanda, especialmente ante las fluctuaciones en la generación solar y eólica. Se proyecta que las inversiones en redes inteligentes y tecnologías de almacenamiento superarán a las destinadas a nuevas capacidades de combustibles fósiles en los próximos años.

Este cambio resalta una enorme oportunidad de mercado para los fabricantes de baterías y los proveedores de tecnología para redes eléctricas. Además, las empresas de servicios públicos que adopten estos avances estarán mejor preparadas para enfrentar los desafíos de intermitencia y garantizar un suministro de energía confiable.

4. Los mercados emergentes condicionan la demanda energética

Mientras la demanda de energía en las economías desarrolladas se desacelera por los avances en eficiencia y la transición hacia renovables, los mercados emergentes siguen impulsando el consumo global. Países como India y algunas regiones del sudeste asiático representarán la mayor parte de la nueva demanda energética hasta 2025. Estas zonas enfrentan el doble desafío de satisfacer necesidades energéticas crecientes y reducir la intensidad de carbono.

Las empresas energéticas que buscan oportunidades de crecimiento deben mirar hacia los mercados emergentes. Sin embargo, la clave para acceder a estos mercados será ofrecer soluciones escalables, accesibles y de bajas emisiones que aborden tanto la pobreza energética como las preocupaciones climáticas.

5. Geopolítica y resiliencia de la cadena de suministro

El informe destaca la creciente influencia de la geopolítica en los mercados energéticos. El rol de Rusia en el comercio global de energía sigue cambiando en medio de sanciones, mientras Estados Unidos y China compiten por el liderazgo en minerales clave y tecnologías de energía limpia. Al mismo tiempo, las interrupciones en las cadenas de suministro, agravadas por la pandemia de COVID-19 y conflictos geopolíticos recientes, están modificando las estrategias de seguridad energética en todo el mundo.

Para la industria energética, diversificar las cadenas de suministro y establecer alianzas estratégicas ya no es opcional. Las empresas deben gestionar riesgos de manera proactiva para garantizar resiliencia frente a shocks geopolíticos y escasez de materiales, especialmente en el sector de energía limpia en rápida expansión.

6. La tecnología como catalizador del cambio

Desde la inteligencia artificial hasta los materiales avanzados, la tecnología acelera cada vez más la transición energética. El informe destaca el potencial transformador de innovaciones como el hidrógeno verde, la captura y almacenamiento de carbono (CCS) y la energía nuclear de nueva generación. Estas tecnologías se perfilan como piezas clave para descarbonizar sectores difíciles de abordar, como la industria pesada y la aviación.

Las inversiones estratégicas en tecnologías emergentes podrían determinar a los protagonistas del panorama energético del futuro. Aquellos que adopten temprano estas innovaciones y logren escalarlas de manera efectiva tendrán el potencial de transformar las estructuras de mercado tradicionales y generar nuevas fuentes de ingresos.

Conclusión: Un camino dinámico por delante

El informe 2025 Energy Outlook de Energy Intelligence describe una industria en plena transformación. Aunque las energías renovables avanzan rápidamente y los esfuerzos de descarbonización se intensifican, los combustibles fósiles y los factores geopolíticos siguen siendo componentes centrales de la ecuación energética global. En este contexto, el éxito demandará agilidad, innovación y apertura al cambio.

El informe destaca tanto las oportunidades como los desafíos que enfrenta el sector. De cara a 2025, empresas y responsables políticos deberán abordar este panorama complejo con un enfoque claro en la sostenibilidad, la resiliencia y el crecimiento.

Nota publicada por Forbes US