Miembro del Departamento de Política Social de la UIA, Enrique Lew trabaja en el sector textil hace más de 70 años. En 1967, fundó, en el partido de Merlo, Tintorería Industrial Modelo SAIC, conocida en el mercado por la marca registrada Telas Modelo. La firma, que emplea a 190 personas, desarrolla tejidos para camisetas de fútbol y para conjuntos deportivos, polares tanto para la indumentaria como para mantas y frazadas, y forrería elástica para mallas, entre otros productos.
Nacido en Polonia, Lew llegó a la Argentina en 1936, junto a su madre y sus dos hermanos, un par de años antes de que la invasión nazi desplegara todo su terror en el Viejo Continente y se cobrara la vida de su abuelo, tíos y primos, así como de 6 millones de judíos. Aquí, en la "tierra prometida", como Lew la denomina, los esperaba su padre, quien había emigrado dos años antes en busca de un futuro mejor.
Desde los 15 años ayudó a su padre en el pequeño taller de costura que logró montar en Floresta. El negocio creció hasta convertirse en una fábrica con 1300 empleados. Entre 1960 a 1966, impulsaron la marca Perfecta Lew.
A pesar de sus casi 90 años, no se detiene. Autor del libro Pleno empleo: La riqueza de las naciones y desarrollo económico, propone ideas innovadoras para la Argentina y los países en desarrollo, y está convencido de que el país puede retomar un lugar protagónico si se implementan las políticas correctas.
"Tenemos cantidad de proyectos de crecimiento con más personal y fuertes inversiones, para cuando mejore el clima de negocios del país; también estamos desarrollando un nuevo tejido de un mercado diferente, que goza de una importante demanda, donde pensamos participar; continuaremos con el perfeccionamiento industrial, con el aumento de la productividad y la incorporación de más automatización", adelanta.
En un mano a mano con Forbes Argentina, compartió su visión sobre el sector textil y analizó qué tipo de políticas son necesarias para incrementar el empleo y aumentar, así, el PBI.
¿Qué análisis hace de la actualidad pyme en la Argentina?
Para las pymes industriales, las complejas y abrumadoras exigencias de los entes estatales, provinciales y municipales, difíciles de satisfacer y de conocer, han desarrollado un ambiente sumamente complicado, desde décadas. Que se complica aún más por una economía difícil y afectada por una altísima inflación. La gran mayoría de las pymes no están en condiciones de contar con profesionales full time para satisfacer esas exigencias.
Sin desconocer el agravamiento de todas las dificultades por las equivocadas disposiciones gubernamentales del 20 de marzo del año pasado por el Covid-19. Según datos del Ministerio de Trabajo y otros, de 612.000 empresas existentes en 2011, en su mayoría pymes, en marzo del corriente año, solo hay 520.000; una baja del 15% a pesar del crecimiento vegetativo de la población.
Desde hace tiempo, nuestra legislación laboral de espíritu antiempresarial (excepto la de los trabajadores de la industria de la construcción) con fuertes penalizaciones a los empleadores, repito que en su mayoría son pymes, dan lugar a reclamos laborales por dos años, que permitieron el desarrollo de la Mafia de los Juicios Laborales e impidieron el crecimiento de la oferta de empleo, que los salarios aumentaran al nivel de los de los países desarrollados y la creación de nuevos emprendimientos, en especial de las pymes.
¿Qué hace falta para que el país pase de ser una nación en vías de desarrollo a ser una desarrollada?
Nuestros gobiernos, el actual y todos los anteriores, desconocieron la importancia del empleo en el desarrollo económico de las naciones. Y ello sucede porque los economistas y políticos solo conocen la economía que aprendieron en las facultades, desconocen la economía cotidiana; y tampoco relacionan el desarrollo y el subdesarrollo con la creación o no de riqueza, que en los desarrollados se genera porque gran parte de la población trabaja y en los subdesarrollados es escasa porque trabaja solo una pequeña parte de la población debido a que no hay suficiente oferta de empleo.
En los países subdesarrollados se ataca a los emprendedores y con pocos emprendimientos, hay poca creación de empleo, se genera poca riqueza y como consecuencia aumenta la pobreza.
Hoy se conoce qué deben hacer los gobiernos para que sus países se desarrollen, tal como lo manifestó recientemente Mario Vargas Llosa: "Los legisladores y gobernantes por primera vez en la historia de la humanidad pueden elegir que sus países sean pobres o desarrollados".
La Argentina tiene todas las condiciones para ser uno de los países de mayor crecimiento del mundo, como lo fue hace 100 años, cuando empezó a conocerse el "desarrollo económico", entonces, nuestro país era uno de los más desarrollados junto a los Estados Unidos y Gran Bretaña.
Si se mejora la protección a los trabajadores mediante un verdadero seguro de desempleo, en poco tiempo en lugar de los 6 millones de trabajadores, estos serán el doble, por lo menos 12 millones, con un aumento del PBI por Capita de los US$ 10.683 de 2018 a US$ 62.000 en 2030, el 80% del de los Estados Unidos, como era antes del 1930 y los salarios serán entre tres y cinco veces los actuales.
¿Cómo cree que se puede generar más empleo en la Argentina?
Creando un clima más favorable a los negocios, sustituyendo las anticuadas legislaciones que atacan a los empleadores por un verdadero seguro de desempleo que al mismo tiempo protege mejor a los trabajadores y sus familias, permite al aumento de la oferta de empleo y como consecuencia la mejora de los sueldos.
Si no se ataca a los emprendedores, habrá muchas más inversiones externas y del país, creando muchos nuevos emprendimientos que requerirán muchos nuevos trabajadores.
En los países desarrollados, donde se protege a los trabajadores con el seguro de desempleo, al mismo tiempo que el desempleo es mínimo, 3% o 4%, de la PEA trabaja el 60% y en los subdesarrollados no llega al 40%.
¿Cómo ve al sector textil en Argentina?
Trabajo en el sector desde hace 74 años (empecé a los 15). Creyendo que es una industria muy importante, ayudada hoy por la informática, sistemas, electrónica y la automatización, siendo apasionantemente exigente, muy diferente a la de hace no más de 50 años atrás.
La industria textil satisface las necesidades fisiológicas de las personas al mismo tiempo que el gusto de vestir y embellecerse, y también para los hogares y muchos otros usos.
El sector solo precisa para volver a crecer lo mismo que a nivel general: que se genere un ambiente favorable a los emprendimientos, cambiando las actuales legislaciones que con la idea de proteger a los trabajadores atacan a los empleadores e implementando los modernos seguros de desempleo que los protege mejor y sin atacar a quienes los emplean.
Actualmente trabaja en el sector el 50% de quienes lo hacían 50 años atrás, cambiando, seguramente se recuperarán los perdidos y se superará la cantidad anterior, en muy poco tiempo.
Desde hace casi un año se ha verificado un fuerte aumento en el costo de los fletes internacionales, entre un 400 y 500%, que contribuiría notoriamente en favorecer la competitividad de nuestra producción textil y también la de la indumentaria; lamentablemente esta nueva ventaja es ampliamente superada por las políticas contrarias a los emprendimientos entre los cuales se destacan la Ley de Contrato del Trabajo y sus anexas fuertemente penalizantes a la contratación de personal, por lo que como nadie quiere contratar personal, no crecen las dotaciones en las actuales empresas, ni se crean nuevas, con lo cuál no se aprovecha esta nueva ventaja y el sector sigue estancado en lugar de crecer.
¿Cómo afectan a las pymes las medidas como la doble indemnización o la prohibición de despidos?
Estas disposiciones concuerdan con las políticas antiempresariales de nuestro país, por lo cual desde hace más de 70 años entre 200 países Argentina es el que menos creció, según informó el Banco Mundial. Como resultado de esos decretos, nadie toma empleados, hay menos emprendimientos, y se verificó que sólo en abril pasado se perdieron 180.000 puestos de trabajo y desde un año, se perdieron 364.000.
Con estas prohibiciones, en lugar de promover, se desalienta el empleo, con lo cuál crece la pobreza y la desocupación. La excepción es el estatuto que rige para las relaciones laborales de los trabajadores de la industria de la construcción.
¿Cómo afecta la presión impositiva a las inversiones?
La presión impositiva y el impuesto inflacionario no son las principales causas que desalientan la inversión, es el ambiente antiempresarial el que importa. Por ello son escasas las inversiones, tanto del exterior como las locales.