Ómicron pone en jaque la logística de las grandes tecnológicas. El gobierno chino ha impuesto esta semana importantes restricciones para tratar de frenar el avance de esta variante de covid-19, decretando el confinamiento sobre ciudades como Shenzhen, Shanghái y Changchum, afectando a alrededor de 30 millones de personas.
El cierre de estos grandes centros de comercio chinos ha encendido las alarmas de las grandes tecnológicas. Shanghái y Shenzhen son dos de los puntos calientes de la economía china, siendo esta última el centro tecnológico del gigante asiático y la ciudad con más peso económico para el país.
"La provincia de Guangdong, de la que Shenzhen es una de las principales ciudades, representa entre el 10% y el 12% del PIB de China, y Shanghái, alrededor del 4%", explica Ben Sheehan, Senior Investment Specialist de Abrdn.
Para el analista de Abrdn, las medidas aplicadas están en línea con las que se han tomado en los últimos meses, y China ha sido capaz de equilibrar la necesidad de frenar el avance del covid-19 mediante confinamientos con mantener la actividad económica. En principio, el confinamiento de estas ciudades se extenderá hasta el próximo 20 de marzo
Aun así, el cierre en estas ciudades afecta a decenas de fábricas de proveedores de tecnológicas como Apple o fabricantes de coches como Volkswagen y Toyota, sumando presión a la escasez de componentes que desde hace meses lastra la distribución global de bienes de consumo.
Entre los grandes proveedores de Apple está Foxconn, cuya operación en Shenzhen se suspendió el pasado 14 de marzo. Se trata del mayor proveedor del gigante de Cupertino, encargándose de ensamblar sus terminales iPhone, iPad y Mac.
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Desde la firma china lanzan un mensaje de calma: no toda su producción está en Shenzhen, la mitad recae en su fábrica en Henan, lo que permitirá diversificar y reducir el impacto de las medidas contra el covid. Por suerte para Apple, el punto de producción más grande en el país está en la ciudad de Zhengzhou, que de momento no se ha visto afectada por restricciones.
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El gigante estadounidense no es el único que produce en Shenzhen. Huawei, OPPO, ZTE, Tencent y otras grandes firmas chinas también tienen sus sedes y fábricas en esta ciudad de casi 17 millones de habitantes.
Los esperables retrasos en la producción derivados de estos cierres suman presión al ya atascado comercio global. Las autoridades han subrayado que los puertos siguen en funcionamiento, pero otras partes de la cadena logística sí se verán afectados: desde los almacenes a los servicios logísticos.
