Por qué al CEO de GlobalLogic no le asusta la crisis
Lorena Guarino Forbes Staff
Lorena Guarino Forbes Staff
GlobalLogic, la empresa de servicios y diseño de software, se encuentra en pleno proceso de evolución. Su principal misión para los años venideros es posicionarse como la empresa más grande del sector. Ya es, con 15.000 empleados, la tecnológica privada más grande del mundo. Sus competidores del rubro cuentan en general con una participación pública. Argentina, con casi 500 empleados, no es menor en este proceso y es su director ejecutivo para Latinoamérica, Diego Santillán, quien desde hace dos años se puso al hombro la transformación de la empresa desde la región. Su ambición es ser el principal eje para Estados Unidos, su mercado más importante. “Yo quiero que GlobalLogic Latam tenga una cultura y ADN global que hasta ahora es regional”, dice Santillán en conversación con Forbes. “Tiene que ver con una estrategia de mediano y largo plazo. Hay que hablar el idioma cultural corporativo propio de cada empresa”. Es por eso que su principal desafío es hacer trascender a la Argentina mundialmente y posicionarla como un spot global, atravesando todas las vicisitudes que se presentan como la falta de talento que escasea o migra ante la crisis.
¿Cómo impacta la coyuntura en la relación con los headquarters?
Lo más complejo es acostumbrarlos a la volatibilidad. Una de las partes más complejas de mi trabajo es llevar certidumbre cuando las variables macro no la dan. De alguna manera los obligamos a ejecutar procesos que no están acostumbrados a implementar, porque adaptarse a los cambios es un trabajo fundamental. Una buena parte de mi trabajo es convencerlos de que somos una oferta valiosa con los servicios que damos. También es parte del trabajo ser transparentes para que ni las finanzas ni los servicios que ofrecemos se vean afectados. Eso sí, reconocen el talento de la región.
¿Y a nivel local?
La tecnología no depende tanto de cuestiones físicas. La demanda no se vio afectada dado que los ingresos son en dólares. Esto nos permite incluso acompañar los salarios de nuestro personal y ser competitivos con otros mercados. De hecho hoy somos una fracción del costo de la tecnología de los Estados Unidos. Estamos con un crecimiento de poco más del 25% interanual en nuestra facturación, que en el año fiscal que va de abril de 2018 a abril de 2019 fue de US$ 20 millones en Argentina y Chile. Estamos creciendo hace muchos años. No me asusta la crisis. La tecnología sigue siendo demandada a nivel mundial porque a veces es más un negocio de supplies que de salir a vender. El desafío está en tener la oferta para sostener la demanda del mercado. Sí, estamos lidiando con los talentos que están pensando en irse del país por las cuestiones macro y la incertidumbre que eso genera. Eso nos afecta, pero tratamos de que nuestra política de relocalización pueda bajar esa incertidumbre.
¿Cómo se hace para continuar el crecimiento en plena crisis?
Desde que llegué, uno de los objetivos que me plantearon es hacer crecer Argentina al mismo ritmo que la compañía a nivel mundial. Para eso empezamos con una política de crecimiento distribuido y no detuvimos nuestras inversiones. Hoy tenemos oficinas en Buenos Aires, La Plata, San Juan, Mendoza y Mar del Plata. En esta última plaza en particular es donde estamos invirtiendo. No solo a nivel de infraestructura y oficinas sino también en capacitación. Contamos con un programa muy fuerte en el que contratamos a la gente, tenga poca o nada de experiencia, para después incorporarla, lo que también es un costo para la empresa.
¿De qué inversión hablamos?
Por la volatibilidad es difícil de calcular y también hay diferentes tipos de inversión. Por un lado, estamos pensando contratar entre 80 y 100 personas para formar desde cero con un entrenamiento de tres a seis meses, durante este año. A ello se suman inversiones en infraestructura que contemplan la expansión en Mar del Plata, donde inicialmente comenzamos con un coworking, y ahora estamos desarrollando nuestras oficinas en esa ciudad. Mar del Plata le dio mucho foco a la formación de talento en tecnología y por eso se transformó en una plaza muy importante para nuestro desarrollo.
Hay cierta mirada federal en lo que a expansión refieré
Sí, buscamos integrar diversas ciudades. Hay provincias como San Juan donde encontramos talento capacitado en ciertas tecnologías que se adaptaban muy bien a la evolución de la empresa. Al mismo tiempo, a las ciudades donde ya estamos se sumaron colaboradores trabajando de manera remota en todo el país. Al ser todo digital es más fácil ir a donde está la gente y que elijan dónde quieren vivir.
¿La captación de talento sigue siendo un problemá
El mercado está muy demandado y tenemos que ampliar la base. No podemos competir sacándonos gente entre tecnológicas. Las empresas entendieron también que tienen que capacitar y formar talentos por fuera de los canales tradicionales. Tal es así que casi el 50% de las personas que ponemos a trabajar en proyectos vienen de nuevas alternativas de formación. A su vez, la retención también es importante y nosotros tenemos distintas generaciones, por lo que es clave entender lo que los motiva y moviliza. De alguna manera hay que adaptarse a cada uno para poder darles un marco donde puedan viajar o hacer un equilibrio entre la vida personal y la profesional.
En cuanto a la competencia, ¿cuál es el diferencial de GlobalLogic?
A nivel regional hay distintas especializaciones, tenemos un foco muy fuerte sobre la experiencia del usuario (UX). El público ya está acostumbrado a tener experiencias digitales cotidianas y por eso es muy importante la presentación: qué tan ágil es y cómo se ve o mueve una aplicación. Nuestro equipo da servicios a todas las regiones y hoy el de UX es el servicio de excelencia de todas las regiones. Tenemos también especialización en microservicios, que es el idioma en el que hablan las aplicaciones entre sí, lo cual forma una arquitectura de conocimiento compleja.
¿Cómo recibió la aprobación de la Ley de Promoción de la Economía del Conocimientó
Nosotros ya estábamos inscriptos en la anterior pero la ampliación de la Ley es una buena noticia, porque si bien la volatibilidad del país es real, esta nueva quiere decir que hay una política de Estado que atraviesa varias administraciones y que se proyecta diez años hacia adelante. Nos están demostrando que la tecnología es un área estratégica para la Argentina. Por otro lado, nos ayuda mucho, más allá de los beneficios fiscales, a presentar hacia afuera la industria tecnológica argentina.
¿Teme a que un posible cambio de gobierno afecte estos beneficios?
No lo veo, ya traspasó varias generaciones de distintos cortes políticos. No es una preocupación porque es una de las pocas cosas donde hay una política de Estado. De hecho, fue la única Ley que se sancionó por unanimidad de todas las bancadas, de todos los colores políticos.
¿Impactan en la empresa los intentos de sindicalización de la industria por parte de algunos gremios?
La realidad es que esta es una industria que nació desregulada y que naturalmente es de competencia y reglas globales. Es difícil meterla en un esquema más rígido. Por otro lado, los empleados tienen todos los beneficios que un sindicato podría ofrecer. Es un sector privilegiado porque pueden elegir dónde y cómo trabajar.