Dentro de la industria argentina de los parques de diversiones se dice que existe una “maldición de los 30 años”. Ninguno pudo superar este aniversario por diversos motivos. El Parque de la Costa lleva abierto más de 23 y recientemente cobró notoriedad su situación económica que podría poner en riesgo que vuelva a levantar la persiana. Sin embargo, su actualidad dista de las creencias y supersticiones y más bien está anclada en el rojo que acumula en los últimos cuatro ejercicios.
Según consignó BAE Negocios, Sociedad Comercial del Plata (SCP), dueña del parque ubicado en Tigre, extendió el retiro voluntario al total de su plantilla compuesta por más de 500 trabajadores. Asimismo, anunció una reducción de los salarios al 60% debido a su imposibilidad para abonarlos, ya que se encuentra cerrado desde marzo y sin perspectiva de una próxima apertura. A esto se le sumó, indica el medio, que el propietario del 50% del predio decidió no renovar el convenio de uso.
Si se mantienen los números exhibidos durante el primer semestre del 2020, Parque de la Costa SA va rumbo a su quinto año consecutivo con pérdidas. De acuerdo a sus últimos estados contables, correspondientes al período enero-junio, registró un rojo de $ 82,6 millones. Con solo dos meses y medio de atención real, reportó ingresos por $196,9 millones versus los $ 210 millones de costos por explotación.
La venta de entradas explica entre un 60 y 70% de la facturación de la compañía, seguido por los ingresos por gastronomía que representan un 20 por ciento. Los ingresos provenientes del Teatro Niní Marshall, inaugurado en 2011, suelen ser la unidad que completa el podio, no obstante, con la prohibición de realizar eventos culturales, se ubicó por debajo de 'Merchandising' y 'Alquileres y derechos'.
La sociedad encargada de administrar el parque de diversiones no registra ganancias desde 2015 cuando pintó de azul su resultado neto por $ 15,4 millones. En aquel ejercicio, los ingresos fueron de $ 220,3 millones lo que representó un alza del 54% respecto de los estados contables de 2014. En parte, estas cifras se explican porque ese año la empresa inauguró su parque de agua, Aquafan, en enero; y China Town, en noviembre.
Para amortizar la inversión del parque acuático, el cual solo rendía durante el período estival, en 2019 habían abierto un circuito de aventuras (ubicado en el mismo espacio de Aquafan), un área de realidad virtual y una arena gamer. A pesar de los esfuerzos, el año pasado la firma mostró un rojo de $ 270,7 millones, casi $ 100 millones más que en 2018. A su vez, los ingresos por servicios cayeron un 4,6 por ciento.