Mercado inmobiliario: qué pasa con segmento corporativo
Florencia Radici Forbes Staff
Florencia Radici Forbes Staff
En cuanto a terrenos y lotes para construir, hay una demanda activa motorizada por mejorar la ubicación y obtener mayor seguridad, aprovechando ventanas de oportunidad de bajos costos de construcción dolarizados. Si bien la oferta actual de los terrenos es suficiente para satisfacer las necesidades de la demanda, con un contexto político-económico-productivo más favorable, será necesaria la incorporación de más metros cuadrados. Respecto de naves y depósitos ya construidos, la demanda es cautelosa en pos de obtener oportunidades que lo asemejen al costo de construcción. El segmento de naves y depósitos para alquiler se lleva la mayor parte de la demanda.
El mayor grado de demanda está concentrado en los tres corredores principales del AMBA, Zonas Norte-Oeste y Sur, como también en sus subzonas y caminos adyacentes, por la cercanía y accesos a CABA. Esto es causado por los procesos de reordenamiento urbano que intentan erradicar al transporte pesado y a la industria intensiva de las zonas urbanas con mayor densidad.
El mercado de compra venta del usado presenta una relación a la baja en cuanto a la incidencia de la superficie del m2. La accesibilidad a las principales vías de circulación sigue siendo uno de los factores más relevantes, determinando las zonas de mayor demanda y menor flexibilidad en las negociaciones. La compra de terrenos para desarrollo y de naves premium sigue siendo lo más atractivo para los inversores de espacio para renta, en las locaciones que presentan demanda insatisfecha. Existen rubros de actividad en búsqueda de superficie, como laboratorios, droguerías, y alimenticios, así como inversores para renta de los desarrollos de centros multidépositos. Se generaron altos niveles de demanda en espacios destinados al almacenamiento.
Al ritmo de la incesante inflación, junto con un crecimiento menos vertiginoso del tipo de cambio, el costo de construir en dólares también se aceleró en el primer semestre del año, aunque se mantiene por debajo de los valores históricos promedio. A lo largo de una obra que dura en promedio 3 años, la volatilidad de precios en pesos en contexto inflacionario puede llegar a descalzar el costo medido en dólares, frente a precios de venta dolarizados estables o a la baja como ha sucedido en los últimos 3 años.
El nivel de actividad de la construcción está en niveles históricos, aunque no se correlaciona con el nivel de ventas. El nuevo Código Urbanístico (CUR) que permite que más lotes tengan capacidad constructiva para hacer un desarrollo inmobiliario ha generado una suba exponencial de la oferta. Se consolida la permuta por m2 en obra o terminados como forma de pago. La incidencia teórica es el precio correspondiente a la tierra por m2 vendible en un emprendimiento inmobiliario. Varía de acuerdo con la localización, capacidad constructiva y a la oferta existente. Y la modalidad de pago está determinando un fuerte impacto en el valor final.
Se mantienen los signos de recuperación postpandemia. Muchos negocios se han adaptado a la nueva realidad y han encontrado oportunidades en los barrios, donde la demanda de locales de cercanía ha aumentado por el auge del trabajo híbrido. En consecuencia, se observan nuevos polos, como el boulevard de Ramón Falcón en Villa Luro, la Avenida Pedro Goyena y Villa Devoto. La oferta de locales en las zonas más comerciales sigue siendo escasa y competitiva: las avenidas Santa Fe y Cabildo y Caballito ya están en números prepandémicos.
En el Microcentro, la oferta de locales en alquiler supera ampliamente la demanda, lo que se refleja en una baja ocupación y una caída de los precios. Esta situación contrasta con otras zonas de la ciudad, donde el mercado inmobiliario comercial muestra más dinamismo y estabilidad. El regreso del turismo receptivo impactó positivamente sobre corredores como Puerto Madero y Palermo, y hay lista de espera en las principales arterias comerciales. Algunos de los rubros que más han crecido son las cafeterías, los centros de belleza, indumentaria, restaurantes y puntos de venta online.
El mercado de oficinas de CABA y GBA Norte registró un aumento de su oferta disponible. Las empresas buscaron mejorar la calidad de sus espacios de trabajo, eligiendo ubicaciones más convenientes y edificios con mejores servicios y comodidades para sus colaboradores. Se valoraron especialmente los edificios con buen acceso al transporte público y a las vías rápidas. Se observa un aprovechamiento de excedentes en pesos para la mejora de infraestructura (ante restricciones cambiarias). Si bien los niveles de vacancia están por encima de los promedios históricos, siguen siendo bajos pese a los cambios en la dinámica de presencialidad. Así, se opta por espacios compartidos y salas de reuniones más confortables, resignando la necesidad de despachos, y creció el alquiler de espacios de coworking.