Mariana Stange: "El mercado inmobiliario corporativo está entrando en un ciclo positivo"
Dueña de una agencia inmobiliaria e ingeniera civil, pone sus múltiples capas de formación (también es coach) a disposición de las negociaciones. Innovación y mirada centrada en la persona, los diferenciales que aporta al mercado.

Hace 25 años ingresó como vendedora a un gran player del rubro inmobiliario, sin saber hacer un contrato. Aprendió y creció profesionalmente hasta ser nombrada directora de esa compañía. 

En 2017 decidió que era momento de abrir su propia empresa, y desde entonces la hizo evolucionar constantemente. Este año, Mariana Stange, ingeniera civil con especialización en energías renovables, dio otro paso al brindar una charla TEDx en la que dijo que "innovar es un compromiso".

Desde las oficinas de la empresa que lleva su nombre, explica que su mirada integral sobre los espacios de trabajo, unida a su capacitación en "escucha activa", le dan un posicionamiento distintivo en el mercado. 

Cofundadora de MRE - Mujeres en Real Estate y Consejera Titular en el Consejo Profesional de Ingeniería Civil, Stange brinda detalles de su presente laboral y sus proyectos. 

 

Ecosistemas funcionales

¿Por qué define a su empresa como una "agencia inmobiliaria"? 

Nuestro concepto es el de ser una agencia inmobiliaria porque creo que tenemos muchos puntos de contacto con el trabajo de las agencias de comunicación, algo que para nosotros es clave: nos permite conectar con nuestros clientes, diseñar estrategias que amplifican el valor de sus propiedades o proyectos y también posicionarnos como referente en el sector. Al buscar constantemente nuevas formas de innovar en este campo, desde la revista digital que editamos hasta los eventos de networking que organizamos y el programa de TV de arquitectura que conduzco, logramos proyectar una visión integral y creativa del real estate. Estas plataformas difunden masivamente el mensaje de nuestra agencia y además nos permiten informar y crear comunidad.

¿Qué servicios ofrecen?

Brindamos asesoramiento y búsqueda de espacios para habitar, con fines de trabajo o para vivir, y también el alquiler o venta de esas unidades.

Si bien abrí mi empresa con foco en lo comercial, las oficinas, muchos clientes me pedían que les vendiera su departamento o que les buscara uno para comprar. Así que este año incorporé a una persona con gran experiencia y empezamos con lo residencial. Tener un plan es tan importante como reevaluar el camino todo el tiempo.

 

¿Qué perspectivas de crecimiento tiene para su compañía en 2025? 

Creo que el mercado está entrando en un ciclo positivo, y nos encuentra como agencia inmobiliaria preparados para empezar a firmar contratos más grandes. El sector se estuvo moviendo mucho a nivel pymes, con propiedades en alquiler de 200 o 300 m2, pero en 2025 va a ser el turno de las operaciones en espacios de más de 1000 m2. El grueso de nuestra facturación se da por alquileres, y venimos hasta ahora creciendo a un 15% anual, pero podemos dar un salto del 20% en moneda constante por sobre este 2024, y un 10% de expansión en cantidad de propiedades a comercializar.

¿Qué desafíos presenta esta etapa de hibridez del trabajo, la post pandemia, para el rubro inmobiliario?

Todos nos hemos dado cuenta de que muchas tareas se pueden hacer desde casa, y que hay colaboradores que no quieren volver a la oficina. Pero en paralelo descubrimos que la presencialidad es más rica, más productiva y profundiza los vínculos. El secreto es hacer que los colaboradores sientan que si no van a la oficina se pierden algo importante, y que eso importante realmente pase. Ahí entramos nosotros, junto con arquitectos e interioristas, para diseñar espacios y ecosistemas funcionales que incluyan, por ejemplo, dónde tomar una cerveza cerca a la salida del trabajo. Antes me costaba mucho convencer de que había que tener esa mirada; hoy los resultados están a la vista.

¿Observa diferencias generacionales en el modo de vivir la arquitectura corporativa?

Soy de la generación en la cual si un jefe pedía que nos quedáramos hasta las 22, aunque tuviéramos hijos chicos lo hacíamos sin dudar. Las nuevas generaciones trabajan sin apegos y en una búsqueda constante de equilibrio entre la vida personal y la laboral. Desde lo inmobiliario hay que acompañar la evolución de los modos de trabajo. Por algo hace 20 años mi contacto en cada empresa era el Gerente de Compras, y hoy es el de RR.HH.

 

Arquitectura centrada en las personas
 

Propone "recuperar la humanidad" en el segmento inmobiliario. ¿Cómo se articula esto con una disciplina por definición rígida como la ingeniería?

Ser ingeniera es parte de mi ADN, pero hace 20 años incorporé el trabajo de meditación y luego el de coach, que aplico a las negociaciones para guiar los diálogos. Encaro mi tarea en real estate con tres ejes: autoconocimiento, capacitación continua y ecosistema de trabajo.

 

¿De qué otra forma innova en Real Estate? 

En general se asocia innovación con tecnología o ciencia, pero innovar es más que eso: es introducir mejoras y novedades en la creación de bienes y servicios; es hacer más eficiente un proceso; es aplicar técnicas disruptivas o sustentables. Y también innovar aplica en relación con uno mismo, en la gestión del talento humano y en liderazgo. Innovar es un compromiso y debemos afrontarlo en red, no solos. Por eso hablo de un ecosistema de trabajo.

¿De qué modo pueden innovar específicamente las mujeres en una industria donde no son mayoría?

Complementándose con los varones, ganando espacios no por cupos sino por ser vanguardia, estando atentas y presentes para no perder foco, poniendo en duda lo que escuchan, buscando información propia y hablando con el que piensa distinto. Eso es innovar bien.