Los grandes protagonistas del sistema financiero internacional, los bancos, transaccionan día tras día miles de millones de dólares. Este impactante volumen de operaciones no solo requiere de una sólida base tecnológica, sino también de un fuerte respaldo legal.
Como consecuencia, las corporaciones bancarias cuentan con departamentos enteros centrados exclusivamente en el apartado legal, burocrático y normativo para no cometer errores que podrían costar millones de dólares.
Para ahorrar tiempo y dinero y facilitar la operatoria, Morgan Stanley comenzó a implementar un sistema de inteligencia artificial que, según cálculos de la propia compañía, logró ahorrar más de 50.000 horas de trabajo y alrededor de USD 10 millones en horarios de abogados.
Todo inició cuando se anunció que el 31 de diciembre de 2021 desaparecerá la tasa interbancaria de Londres (LIBOR, por sus siglas en inglés), la tasa de referencia en el mundo para realizar operatorias de préstamos y créditos financieros.
A medida que se acercaba la fecha límite, las grandes empresas bancarias comenzaron a buscar alternativas para agilizar el proceso. Y encontraron la ideal. Según Goldman Sachs, otro de los participantes del sector que decidió actualizarse mediante la aplicación de sistemas informáticos, los algoritmos de esta clase permitieron acelerar las cosas "drásticamente".
Por su parte, Eigen Technologies, consultora tecnológica que ayudó a Goldman Sachs con el nuevo sistema de inteligencia artificial, declaró: "Teníamos un cliente que tenía 15 millones de consultas y pudieron obtener todas las respuestas en un trimestre".
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Como se puede observar, la efectividad de este avance es sorprendente, ya que "la alternativa habría sido, literalmente, un ejército de abogados y asistentes legales durante un año, tal vez dos", de acuerdo a los comentarios de la desarrolladora.
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