Con sello local
En la última década, la producción promedio de limón rondó los 1,75 millones de toneladas. En 2021, experimentó una caída cercana al 30%, debido a las condiciones climáticas adversas, según datos de la Asociación Citrícola del Noroeste Argentino. Sin embargo, a nivel global, Argentina es un jugador de renombre. En 2020, aportó cerca del 20% de la producción mundial que el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) estimó en cerca de 6,5 millones de toneladas.
Supo ser el principal exportador contra-estación de fruta fresca, pero en los últimos años fue desplazado por Sudáfrica. Sin embargo, tiene mucho protagonismo (es la principal productora y exportadora) en derivados industriales del limón.
En la Argentina, más del 70% de la cosecha se destina a la producción de jugo concentrado y aceites esenciales con el fin de abastecer la demanda de otras industrias. Así, controla cerca del 65% del mercado, ya que tiene el cluster de molienda más importante del globo.
En 2021, las exportaciones cayeron 11,3% y quedaron en US$ 463 millones, según datos del Indec. Las ventas externas se distribuyeron casi equitativamente entre limones frescos (37,4%), aceite esencial (32,8%) y jugos (29,8%). En tanto, los principales destinos fueron: Unión Europea (US$ 212 millones), Nafta (US$ 173 millones, con una participación de Estados Unidos del 91,9%) y Comunidad de Estados Independientes/CEI (US$ 24 millones).
US$ 500 millones al año por exportaciones
Quiénes son
La citricultura argentina es una de las actividades económicas y productivas más importantes del país. El limón es la de mayor relevancia. La meca de la producción de limones es la región del NOA, con la provincia de Tucumán a la cabeza, que cuenta con unas 50.000 hectáreas destinadas a la actividad. También se desarrolla en Salta, Corrientes y Jujuy.
En cuanto a empresas, los 10 actores más grandes explican al menos un 80% de la capacidad instalada y replican esa participación en exportaciones. Miguens Bemberg, Otero Monsegur y Blaquier Arrieta son algunos de los apellidos que juegan en este mercado. También familias tucumanas (como Lucci, Bulacio, Padilla y Trapani) que tienen un rol central en el desarrollo de su infraestructura, desde las plantaciones pasando por las empaquetadoras y las plantas de procesamiento.