La Cámara de Diputados aprobó la reforma laboral acotada incluida dentro de la Ley Bases bajo el título de "Modernización laboral", la cual propone cambios en las relaciones laborales y un nuevo blanqueo laboral, entre otras consideraciones.

En este contexto, Leo Piccioli, quien se define como "execonomista y ex-CEO" y dialoga en conferencias y redes sociales sobre el presente y futuro de los negocios, las empresas y el mercado laboral, comentó que tal "modernización" debería ser realmente mucho más profunda de lo que se cree para que las relaciones laborales en Argentina finalmente prosperen.

"La realidad laboral siempre va un paso adelante de la ley: hoy a 300.000 personas trabajando para el exterior, fuera del sistema, porque los legisladores no lo previeron. En algún momento del futuro, tendrá mucho sentido eliminar la justicia laboral y que todo contrato de trabajo sea un contrato entre dos partes, ya que la parte trabajadora tiene cada vez más poder. ¿Por qué? Porque a medida que dejamos de hacer tareas repetitivas (a manos de las máquinas) cada uno dará un valor distinto, emparejando la relación de poder empleado-empleador", detalló el emprendedor, consultor y escritor.

"Está claro que los legisladores no se van a animar a ir a fondo, a pesar de ver los datos de que desde hace más de una década la cantidad de empleados privados en blanco está clavada en 6 millones. Al menos podrían estimar cuántos más habrá con cada cambio que hacen. Son cosas en donde la realidad le gana a la ley", agregó.

De acuerdo a Piccioli, además de los cambios tecnológicos en el mundo, existe una "enorme deuda de inversión en Argentina" tras décadas de incertidumbre en las que los empresarios optaron por utilizar su dinero para el corto plazo, sacrificando el largo. "Esta falta de inversión explica, al mismo tiempo, la baja de salarios reales comparados con otros países y los precios altos de los productos", resumió.

El especialista sostuvo que, en el momento en que las compañías empiecen a invertir, se necesitarán personas con más capacitación que ganarán más, pero serán menos. "Habrá despidos, sin duda, a medida que aumente la productividad. Por eso es clave también hacer un esfuerzo sobrehumano por simplificar el inicio de nuevos negocios, sean emprendimientos de alto vuelo o pequeños comercios o unidades de servicio. Necesitamos muchos más creadores de empleo", indicó.

No obstante, estos creadores de empleo tendrán el mismo problema de siempre: una oferta laboral no adecuada a sus necesidades. Es por esta razón que resulta esencial invertir ya en capacitación. Si bien algunos lo harán de manera individual, para Piccioli "es responsabilidad del Estado y los sindicatos entender estos cambios y encaminar a quienes no están mirando al largo plazo para estar listos para las nuevas demandas".

Por último, Leo Piccioli enfatizó en que el cambio de empresa, que antes era visto como una falla, se está volviendo la norma, por lo que “tiene que ser mucho más simple, casi promovido por el Estado”. "Hace poco, un joven me preguntó: '¿Cómo hago para conseguir un puesto en un banco, que es estable?'. Y le tuve que explicar que los bancos, como el Estado, ya no pueden ofrecer esa estabilidad que creíamos, todo va a cambiar más seguido. Tal vez el resumen de todo esto es que hace falta una reforma laboral que tenga el cambio como lo natural y la estabilidad como el error”, relató.