Juan Pablo Rudoni tenía 23 años cuando comenzó a montar los cimientos de lo que hoy es Ecosan, una empresa que fundó en 1996 tras desembolsar una inversión inicial de US$ 10.000. Por entonces, Rudoni estudiaba Ciencias de la Comunicación, pero no tardó en meterse de lleno en el negocio que estaba comenzando dentro del rubro de construcción, infraestructura y mercado inmobiliario. Seguramente no imaginaba que 24 años después, con el objetivo de dar respuesta en medio de un mundo que se paralizaba frente a una pandemia, levantaría 11 hospitales modulares en menos de 30 días.
Desde ese momento, abril de 2020, Ecosan, que hoy emplea a 270 personas, reinventó su negocio al brindar una alternativa dentro del sistema de construcción que respondiera a los requerimientos que imponía la situación sanitaria.
Además de la construcción de hospitales modulares, la firma instaló triage de atención para Covid-19 en 20 hospitales de la Ciudad de Buenos Aires, respondió a la demanda para la asistencia de salud, construyendo hospitales carcelarios y hospitales turísticos. También estuvo a cargo de la construcción del primer banco modular sustentable de la Argentina en la ciudad de Mar del Plata y el nuevo edificio de AySA en Florencio Varela, entre otras grandes obras.
En un mano a mano con Forbes Argentina, Rudoni, presidente de Ecosan, recordó sus inicios como emprendedor y compartió los planes para este año de la empresa con la que espera facturar US$ 50 millones e invertir $ 600 millones en una planta a construirse en Loma Verde.
-¿Cómo definirías el core de Ecosan?
Nuestro fuerte está basado en la construcción industrializada apoyada en metodologías que están transformando la manera en que se percibe a la edificación modular, incorporando innovación en la calidad, la eficiencia y la sostenibilidad de los procesos. El foco de nuestras actividades son el diseño, la producción, la logística, la comercialización, el mantenimiento de habitáculos móviles, sanitarios portátiles, estaciones de reciclado, oficinas, baños químicos y duchas, cabinas de vigilancia, containers, por un lado. Y, además, contamos con un área de construcción que involucra construcciones modulares y viviendas industrializadas, con un sistema integral “llave en mano'', que abarca desde la obra civil, construcción, equipamiento, absolutamente todo, siempre bajo un esquema de construcción industrializada.
Me gustaría destacar que, dentro de la industria nacional, hemos sido pioneros en certificar sustentabilidad, bajo la norma ISO:14001 de medioambiente, y apuntar a procesos con el menor impacto ambiental, a través de la reutilización de los materiales y de trabajar para tener el menor uso de agua en el terreno en el que se hacen nuestras instalaciones. También nos orientamos hacia el control del consumo de los recursos no renovables, los efluentes líquidos y la gestión eficiente de los residuos.
-¿Por qué apostaste por este tipo de negocio?
Vimos una necesidad incipiente. Viajé a Chile para conocer el modelo de negocio que tenían en el país vecino, donde no solo se aplicaba a eventos, sino que se utilizaba en la industria y la construcción. En ese entonces, la Argentina recién se estaba iniciando con el tema de las aseguradoras de riesgo laboral y normativas de seguridad, que hasta el momento no existían. Entonces decidí traer los primeros seis baños químicos de Chile para comenzar con el negocio acá. Si bien los inicios fueron difíciles, con el tiempo fuimos creciendo de forma sostenida, y desde la pandemia, a pasos agigantados.
-Iniciaste Ecosan siendo muy joven. ¿Cuál fue la inversión inicial?
La inversión inicial fue muy baja, solo US$ 10.000, de los cuales la mitad la tenía yo de ahorro y la otra mitad me la prestó mi padre para traer los primeros seis baños químicos y, en ese entonces, con una camioneta Toyota usada, modelo 81, comenzamos el negocio.
A partir de ahí, con lo que fue generando el alquiler de los baños, fui reinvirtiendo las utilidades para hacer crecer ese stock inicial, ya que se iba generando una demanda creciente. Mas tarde, fuimos incorporando módulos para alquiler tanto en eventos como en obras, y luego fuimos desarrollando y produciendo esos baños y módulos con un 100% de fabricación nacional.
El auge de la industria de la minería fue una gran oportunidad, porque recién empezaba a desarrollarse fuertemente, entonces comencé a ir a congresos y exposiciones y encontré que el sector tenía una gran problemática con todo lo relativo a alojamiento y campamento para los trabajadores mineros, y nuestros productos se adaptaban muy bien a esa necesidad. Así que empezamos a desarrollar toda una línea para proveer insumos para esta industria, lo que nos abrió un mercado desde Ushuaia a La Quiaca, literalmente, donde hoy en día seguimos siendo muy fuertes en ese segmento.
-¿Cómo fueron los primeros tiempos?
Cuando inicié con el alquiler de baños químicos que, por aquel entonces, no era considerada una unidad de negocio, estaba lleno de entusiasmo y un constructor italiano me preguntó qué era el artefacto que buscaba comercializar, entonces le expliqué que era un baño químico, que ayudaba a la higiene y a la productividad de la gente. Su respuesta fue que ellos lo solucionaban “con un pozo y cal, que la idea era un fracaso".
Esos primeros baños portátiles estuvieron parados durante tres meses, junto a la camioneta y el chofer, hasta que pude alquilar la primera unidad en una obra que era un sótano. Nos encontramos con que el baño químico no entraba, pero era tal el entusiasmo que teníamos que esto no nos iba a frenar, por lo cual desarmamos el baño en partes y lo volvimos a armar dentro del sótano. Ese espíritu versátil para buscar soluciones a los desafíos es parte de nuestro ADN desde los comienzos.
-¿Recordás las trabas del comienzo y cómo las superaste?
Creo que el aprendizaje es que un éxito no es eterno, no es permanente y no se sostiene en el tiempo sin innovación, sin generar desarrollos nuevos. Tenés que tener el foco en estar pensando qué cosas nuevas se pueden hacer, que nuevos desarrollos son posibles, que se puede mejorar. Tener la visión puesta en eso es importante, y esos cambios llevan a que uno siempre esté pensando en los próximos pasos.
-¿De qué modo te encontró la pandemia?
En 2020 llevamos a cabo el proyecto que nos desafió como empresa y como personas, estuvimos a cargo de la construcción de los primeros 11 hospitales modulares en varios puntos del país y de los triage en Capital Federal para ampliar el sistema de salud y poder hacer frente al Covid 19. Pudimos cumplir con los objetivos planteados en tiempo record en una época compleja por las restricciones que impuso la pandemia, dado que ya contábamos con la estructura y la agilidad de la cultura de Ecosan para poder lograrlo.
-¿Qué impacto tuvo sobre el negocio?
Fue un antes y un después porque fuimos una de las pocas empresas del rubro de la construcción con mucho trabajo. Trabajamos durante toda la pandemia, no hubo momento de corte, sino que, al contrario, se intensificó y multiplicó el trabajo que veníamos teniendo, ya que la construcción modular resultó ser una solución para resolver en menos tiempo, los plazos de una situación inédita como la tuvimos que atravesar debido a la emergencia sanitaria. Trabajamos incluso los fines de semanas y esto, a nivel económico, nos representó que no tuviéramos pérdidas, sino que una mayor actividad.
-¿Cuál sería, si tuviera que elegir uno, aquel momento de inspiración que te ayudó a motorizar el negocio?
Diría que, desde que alquilamos ese primer baño para ser instalado en el sótano de una obra, decidimos que todo ingreso de alquiler de los baños químicos se reinvertía para hacer crecer el stock, con esa reinversión constante, y el crecimiento que empezamos a tener, tomamos la decisión de comenzar a realizar nosotros mismos la fabricación de los baños y los módulos en el país. Históricamente, tenemos muy poco apalancamiento crediticio, y eso nos permite tener una solidez financiera para sobrellevar los malos momentos del mercado.
-¿Qué medidas debieron tomar? ¿De qué modo se reconvirtieron?
Cuando pusimos en marcha la construcción de los hospitales modulares tuvimos que tercerizar muchos puestos y contratar más personal, ya que demandó un plantel de más de 800 trabajadores. Los proyectos demandaban una velocidad sin precedentes hasta ese entonces en toda la región, lo cual requirió de toda nuestra agilidad para poder cumplir con los plazos extraordinarios para construir unos 11.900 metros en 30 días y de forma simultánea en distintas provincias del país.
Para lograrlo, nuestra capacidad técnica se reconvirtió de forma acelerada mediante la incorporación de técnicas y procedimientos para desarrollar productos y servicios innovadores a través de nuevos procesos, software y materiales que respondieran a la creciente demanda de instalaciones sanitarias públicas y privadas, edificios, oficinas, además la nueva demanda de casas y espacios de oficina sostenibles, inteligentes y accesibles.
Por otra parte, la fuerte política de Sustentabilidad y Responsabilidad Social Empresarial que tenemos se acentuó durante la pandemia con donaciones como duchas, sanitarios portátiles y un módulo oficina a los curas villeros para atender a los vecinos y realizarles controles médicos, también les facilitamos triage para el Hospital Dr. Enrique Erill en Escobar, Hospital de Benavidez y Hospital Materno de Tigre, como un aporte a los municipios ante la emergencia sanitaria.
-¿Cómo es la operatoria de Ecosan?
Nuestra operatoria se centraliza en todo el país porque tenemos una cobertura logística que abarca todo el territorio a través de 11 sucursales, a la que se suma una oficina en Chile. Tenemos canales directos e indirectos para comercializar unos 10.000 artículos entre módulos y baños, estaciones de reciclado, habitáculos móviles y oficinas, baños químicos y duchas, cabinas de vigilancia, containers, obras civiles y shelters, entre otros.
-¿Dónde seguirán puestas las fichas para este año?
Nuestro foco está en seguir potenciando las distintas áreas, como hasta ahora. A la vez, una de las apuestas es desarrollar todo el potencial de la construcción modular, y nuestra área de arquitectura, donde trabajamos para los segmentos gubernamental, empresarial y residencial.
En el ámbito residencial, estamos lanzando una línea de casas de alta gama, con un sistema de construcción integral “llave en mano”, donde realizamos todo el proceso que va desde la obra civil, el movimiento del suelo, la construcción y el equipamiento, a la entrega de todos los planos conforme a obra con un manual de mantenimiento preventivo de toda la casa. Este manual contiene absolutamente toda la información de la construcción con todas las garantías y permite que el día de mañana se puedan realizar refacciones o ampliaciones con facilidad, así como tener menores costos en mantenimiento de lo que es habitualmente se tienen con el sistema tradicional.
Permanentemente estamos enfocados y atentos a las demandas que van surgiendo en el mercado para poder movernos de forma ágil y adaptarnos velozmente a las nuevas exigencias. En este sentido, una de las mayores ventajas de este sistema que es muy valorada por los usuarios, son los plazos de ejecución que, en promedio, son un 50% más veloces que en la construcción tradicional. Los resultados son tan buenos que multiplican la demanda porque permite construir en el menor tiempo posible, con la más elevada calidad, generando el menor impacto ambiental.
-¿Qué proyección de crecimiento tiene?
Creemos que la demanda de la construcción industrializada va a seguir en alza. Este tipo de sistema cuenta con cualidades que la hacen muy atractivas para el mercado por la velocidad en la instalación, los costos fijos que no tienen mayores variaciones en el transcurso de la obra, por el cumplimiento del plazo de la obra que es fundamental y por la alta calidad de terminaciones. Nuestra mira está puesta en seguir liderando y expandiéndonos en el mercado de la construcción modular a partir de la alta demanda que está habiendo en los distintos segmentos, debido al cambio en la percepción del público en cuanto a la calidad y durabilidad de este sistema.
-¿Analizás exportar a otros mercados?
Tenemos el proyecto de comenzar a exportar las viviendas modulares a los países del Mercosur en el corto plazo. En primera instancia, Uruguay sería el primer punto donde nos vamos a enfocar. Para ello estamos apuntando a abrir una planta nueva, proyectando nuestra inversión para abastecer a estos nuevos mercados.
-¿Cómo definirías el diferencial de tu negocio? ¿Con quiénes competís?
Uno de los diferenciales más relevantes es que hacemos construcciones bajo la modalidad de “llave en mano'' y, además, entregamos todos los planos conforme a obra con un manual de mantenimiento preventivo de la construcción. Nuestro trabajo se distingue por una manufactura de alta velocidad, estructura metálica, cerramientos con aislación termoacústica y una gama de terminaciones de excelente calidad, los módulos son ensamblados íntegramente en nuestra planta. Tenemos modelos que pueden ser transportados al sitio en una sola pieza, para posicionarlo en el lugar planificado y conectarlo a la red de servicios para su uso el mismo día, esta cualidad técnica permite que nos diferenciemos de los otros players del mercado.