El 2020 trajo un montón de creatividad y deja preparada una cultura para que, con la vuelta a una cierta nueva normalidad, podamos tomar lo mejor y repensarnos, enfatiza Laura Barnator, gerente general de Unilever Argentina y Uruguay. Cuenta que en la angloholandesa se plantearon estratégicamente cómo pasar de una organización que tiene valores y procesos a trabajar en un modelo más ágil.
Es un equilibrio entre tomar lo mejor de los nuevos modelos de negocio, sin perder lo bueno de los tradicionales, destaca la ejecutiva de la firma que tiene seis plantas y dos centros de distribución en el país.
¿Llevó tiempo adaptarse?
Una vez que logramos encarar cómo podíamos trabajar, pusimos quinta. En algún momento, nos planteamos si era momento de hacer las innovaciones disruptivas y dijimos que sí, que era el mejor momento para hacerlo. Tuvimos uno de los lanzamientos más importantes, que fue nuestro jabón para lavar diluible. Tiene mucha tecnología detrás.
La tecnología fue la gran protagonista del año?
Sí, sirvió para acelerar o romper algunos paradigmas. Fue un año de mucha creatividad en tecnología en todas las áreas, desde preparar líneas remotamente, poner sensores en las fábricas para hacer dosificaciones perfectas, investigaciones de mercado remotas y hasta trabajar en estrategias de recursos humanos.
¿Cuáles fueron las principales barreras que encontraron?
Lo más importante es entender que el cambio no es transportar lo que teníamos físico en una imagen digital, sino cómo aprovechar el momento para repensar. La tecnología da la oportunidad de no seguir haciendo algunas cosas de la misma forma. El desafío que tenemos los que lideramos las organizaciones es cómo no perder los valores y las experiencias de los que tienen muchos años ?y conocen el negocio?, pero adaptados a los que vienen sin paradigmas, con un mindset digital. No es ni uno ni lo otro, es anclar los dos para sacar lo mejor.
¿Y eso cómo baja en la filial local?
Lo más interesante en las empresas grandes, donde hay que hacer los business case y todo tiene un repago de dos o cuatro años, es cambiar el pensamiento. Hoy pensar en una implementación de cosas de cuatro años? El mundo te cambió.
Todo eso obliga también a un reskilling de habilidades, ¿no?
Tenemos una historia de mucha escuela. Lo que estuvimos haciendo en el último tiempo es refrescar con talento de afuera. Tener gente que se va formando y generando cultura es buenísimo, pero a veces pensamos todos un poco igual.
¿Hay como un cambio de paradigma en las organizaciones con respecto a atraer nuevos talentos?
Yo entré hace 30 años como JP y era raro traer gente que no hiciera la carrera. En 2020, empezamos con un proyecto de líderes disruptivos: perfiles de 30 años, preparados casi para nivel gerencial, para que ayuden a disrumpir en la media de la organización. El gran desafío es cómo traer aire fresco sin perder las grandes cosas que tiene la organización.
¿Cómo ves la economía para este año y para 2022?
Esperamos que la economía tenga un leve repunte, recuperando un poco de lo perdido en 2020, principalmente impulsado por construcción, industria y tecnología de la información. Para 2022 se esperan consumo e inversión en terreno de recuperación, condicionado por el ritmo de vacunación y el programa macroeconómico. De lograr establecer un programa económico, financiero, monetario y fiscal consistente, podría haber un reacomodamiento. En cuanto al consumo masivo, los nuevos hábitos entrarán a ser parte de la nueva normalidad.