Johnson & Johnson sorprendió al mundo al anunciar que se dividirá en dos empresas en un proyecto que llevará entre 18 y 24 meses. Posteriormente, existirán dos compañías: una centrada en la industria farmacéutica y la otra enfocada en los productos de consumo masivo.
A través de un comunicado de prensa, se informó que el objetivo de la división es crear “dos líderes mundiales que estén mejor posicionados para ofrecer mejores resultados sanitarios a los pacientes y consumidores a través de la innovación”.
A día de hoy, no se conocen detalles con respecto a las valuaciones y las diferentes unidades de negocios, pero se sabe que ambas nuevas empresas nacidas de Johnson & Johnson cotizarán en bolsa, por lo que se podrán comprar sus acciones de la misma forma que en la actualidad.
De acuerdo a Alex Gorsky, consejero delegado de la compañía, los cambios son la mejor manera de acelerar los esfuerzos para servir a los pacientes, los consumidores y los profesionales de la salud, así como también de crear oportunidades para todo el equipo internacional, impulsar el crecimiento rentable y mejorar los resultados de la atención sanitaria para todo el mundo.
Es importante tener en cuenta que, tal como afirmó el ejecutivo, la división de Johnson & Johnson no tiene absolutamente nada que ver con los juicios vinculados al talco para bebés, sino que se trata de una decisión estratégica pensando en la rentabilidad y el crecimiento de la compañía.
Tras la noticia, el mercado reaccionó de forma positiva e incrementó el precio de las acciones. Con respecto al último cierre, el conglomerado se revalorizó cerca de un 1,25%, por lo que actualmente tiene una capitalización bursátil de más de USD 434.760 millones.
Una tendencia en crecimiento
Lo curioso del asunto es que Johnson & Johnson no fue la única compañía en anunciar una división. El pasado martes, General Electric, compañía que logró ser un verdadero titán de la industria tecnológica hace algunas décadas, dio a conocer que se separará en tres empresas independientes.
Mientras que la más importante, y la que mantendrá el nombre, se enfocará en la industria aeronáutica, las otras dos se centrarán en el sector de la salud y la energía. Una decisión que fue meditada durante mucho tiempo y que tuvo como disparador los altos niveles de deuda y las malas decisiones tomadas en el pasado.
Lo mismo sucederá con Toshiba: la empresa japonesa se dividirá en otras tres centradas en energía, infraestructura y construcción; almacenamiento y dispositivos electrónicos y demás negocios.