Las cafeterías, y las casas, en la Argentina hoy encierran riquezas de muchos destinos. Acaso no probamos sabores de Honduras, de Lisboa, de Turquía y más lugares internacionales. Es que el mundo del café nos permite conocer el mundo en cada taza. 

La tendencia de conocer el origen del café “refleja un cambio hacia un consumo más consciente y educado. Los consumidores no solo buscan una bebida de calidad, sino también una conexión más profunda con el producto, los productores y el entorno donde se cultiva”, afirma David Ledesma, Coffee Master de Café Martínez. 

Este modo de consumo tiene beneficios que no solo aplican a deleitar los paladares. “Fomenta prácticas agrícolas más responsables y sostenibles, e incentiva la mejora en los hábitos de consumo, beneficiando a todos los actores involucrados en la cadena de suministro del café”, detalla Ledesma.

“La cultura del café en Argentina se fue desarrollando lentamente y las cafeterías modernas junto a los baristas nos presentaron una moda que aceptamos y celebramos. Hoy en nuestro país se da un mayor interés por explorar el inmenso mundo que hay detrás de una taza de café, nos enseñaron que en la innovación de preparar el café de siempre en presentaciones nuevas se abren las puertas a explorar sus orígenes”, reflexiona Maurizio Romagnoli, creador del Café Romagnoli, propietario de Il Giardino Romagnoli.

“El café está transitando un camino similar al de la cerveza artesanal y el vino boutique. El consumidor está refinando su paladar. Comienza a probar cafés de origen y aprende a percibir notas de cata diferentes. Por otro lado, para muchos consumidores, la hora de preparar el café en su casa se ha vuelto un ritual, en el que se disfrutan los aromas y sabores que cada método de preparación te puede dar”, describe Christian Faraoni, socio de Caffettino.

Y este experto aporta otro punto importante: “No podemos olvidar que los argentinos están cambiando hábitos de consumo a productos más saludables y el café de origen es un café 100% arábiga tostado, de alta calidad y tostado sin azúcar, libre de octógonos”.

En casa también

“En Nespresso notamos un marcado interés en conocer el origen de nuestro café. Nuestros consumidores son muy conscientes y eligen consumir un café 100% de especialidad, con credenciales que avalan nuestro compromiso con la circularidad, el clima y las comunidades a través de numerosos programas, iniciativas y estructuras como el Programa Nespresso AAA de Calidad Sustentable, Certificación como Empresa B, entre otros”, explica Camila Carpanetti, Coffee Ambassador de Nespresso Argentina.

Esta marca conocida por sus cápsulas posee la gama Master Origins, creada por maestros artesanos que son quienes “poseen métodos de procesamiento únicos, elaborados artesanalmente con técnicas poco comunes según su terroir, brindando un café hecho con cuidado y sustentable”, detalla Carpanetti.

Y hay más, la marca tiene también su gama World Explorations, de cafés inspirados en las culturas del café de algunas de las ciudades más vibrantes del mundo, como Ciudad del Cabo, Estocolmo, Tokio, Viena, Shanghái, Lisboa y Buenos Aires, entre otros.

“A través de esta gama invitamos a descubrir las distintas formas de beber café de todo el mundo e inspira a vivir la diversidad de culturas y rituales locales del café, para la cual implementan su amplia experiencia en los procesos de mezcla y tueste, y recrean los perfiles de café locales de todo el mundo. De esta manera, los Coffee Lovers pueden vivir un viaje de sabor en cada taza y experimentar el ritual del café que ofrece cada destino”, relata Carpanetti.

Los orígenes

Otro punto importante es la trazabilidad del grano de café. “Esta nos permite conocer todo el proceso: del grano a la taza, y así obtener información interesante acerca de sus valores nutritivos, garantizar la calidad y su sostenibilidad, maximizando sus beneficios”, cuenta el Coffee Master. 

“Como empresa se establece una diferencia sustancial, ya que demuestra nuestro compromiso con la transparencia y respalda los esfuerzos para obtener certificaciones que cumplan con los estándares internacionales, lo que puede abrir nuevas oportunidades de mercado y reforzar la reputación de la empresa tanto a nivel local como internacional. De cara al consumidor, la trazabilidad del producto fortalece la confianza, ya que es una información valiosa de su origen, las características de esa plantación y sus procesos de producción y cosecha”, refuerza Ledesma.

Esta tendencia va de la mano del crecimiento del café de especialidad y de la sofisticación del consumidor. “Saber de dónde viene el grano de café es parte de lo que define a un café de especialidad, su trazabilidad desde la planta hasta la taza. Un café de especialidad se define por un montón de detalles de cómo se planta, se cosecha, se extrae el grano, se almacena, se tuesta y se prepara, y es crucial la comunicación entre tostador y productor de café en el origen para conocer mejor el grano y poder extraer sus mejores cualidades”, cuenta Emmanuel Paglayan, socio propietario de Ninina.

En promedio, en Argentina, se consume un kilo de café per cápita por año.  “Si bien la mayor parte que se consume en el país sigue siendo de origen brasilero, cada vez es más la participación de cafés de distintos orígenes en el mix de categorías Premium. Esta tendencia es notoria y cada vez vemos mayor crecimiento”, indica Manuel Cabrales, gerente de Operaciones de Cabrales.

“Algo importante para resaltar es que el café de origen es aquel que proviene de un único productor original y que posee el aval del país productor. En este sentido, nuestro portafolio de cafés de origen tiene Denominaciones de Origen que permiten garantizar a clientes y consumidores que el producto cumple con los procesos y los requisitos de calidad asociados con dicha denominación. En el caso de Colombia, tenemos el aval de la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia, en Brasil CECAFE y en Perú Promperú”, observa Cabrales.

Por último, Sol Fernández Ballart, directora de café de Nestlé Argentina, indica que según las investigaciones realizadas por la compañía “los orígenes preferidos de los argentinos en cuanto a café son Colombia, Brasil y Etiopía, entre otros. Estos cafés se caracterizan por tener perfiles sensoriales distintivos”.

“El café colombiano se destaca por su suavidad y acidez equilibrada, con notas de caramelo y frutas. El café brasileño se caracteriza por su cuerpo y dulzura, con sabores a nueces y chocolate. Por otro lado, el café etíope es conocido por su intensidad y complejidad, con notas florales y afrutadas”, concluye Ballart.