Al frente de Be Influencers, una de las primeras agencias especializadas en trabajo con influencers, Juan Marenco define a los influencers como personas que surgen de las redes sociales, que crean comunidad y cuyo engagement es superior al promedio, independientemente de la plataforma y la cantidad de seguidores.
Dentro de los desafíos que cuenta sobre el trabajo con la industria está, primero, la relación con las empresas y la monetización. Está bastante maduro, con un crecimiento exponencial durante la pandemia, y con una gran necesidad de aprender e investigar del lado de las marcas, asegura Marenco, para quien el primer paso antes de desarrollar una estrategia es pensar en el porqué, la necesidad de la compañía, y entender y buscar objetivos reales.
Un like no genera compra, explica sobre la importancia de las métricas y la necesidad de que los análisis sean tanto cuali como cuantitativos. Desde analizar y entender los comentarios que reciben los influencers hasta cómo esa persona responde o interactúa con su comunidad.
Más allá de los influencers masivos, el desarrollo de los micro y nano influencers también es clave para la estrategia. Estamos en una cultura de la influencia donde todo está mediatizado e influenciado, explica. Estos influencers tienen una audiencia más intensa, que juega a favor del trabajo con las marcas. Es una buena manera de entrar a nichos, agrega.
Siempre se subestimó el trabajo del influencer, dice sobre las polémicas con respecto a cuánto cobran por su trabajo. Crecen y tienen sus comunidades. Muchos no trabajan solos, tienen equipos. Y además está la tensión de que esto puede terminarse. Tanto a nivel personal por dejar de interesar como porque trabajan sobre plataformas que no son propias y sobre cuyo futuro no tienen control.