Gianni Infantino, presidente de la FIFA, se viste de lobbista. Es que el próximo diciembre, las propuestas de la FIFA de realizar una Copa del Mundo cada dos años serán sometidas a votación de las 211 asociaciones miembros del organismo rector del fútbol mundial. Por esta razón, el presidente de la organización mundial de fútbol está viajando por todo el mundo para recabar apoyos.
Si buen fuentes cercanas a la FIFA indican que Infantino confía en obtener la mayoría con el apoyo de las federaciones de África, Asia y el Caribe, convertir ese apoyo en un cambio real puede resultar más difícil.
Del lado opuesto, las confederaciones europeas y sudamericanas confían en poder detener el plan, independiente del resultado de una votación que, según dijeron varias fuentes a Reuters, aumenta la probabilidad de una división perjudicial en el fútbol internacional.
La FIFA argumentó que una Copa del Mundo bienal aumentaría las posibilidades de que más países disputen el torneo y que un proceso de clasificación simplificado, con menos interrupciones internacionales, reduciría los viajes de los jugadores.
La UEFA, con lo tapones de punta
La UEFA, asociación europea de fútbol, afirma que una Copa Mundial más frecuente diluiría el prestigio de la competición y que la celebración de grandes torneos cada año aumentaría la carga de los jugadores y abarrotaría el calendario. En un comunicado a Reuters el viernes, la UEFA dijo que las propuestas dañarían todas las formas de fútbol y devaluarían la propia competición.
Este concepto tiene toda la pinta de ser una decisión que la FIFA quiere tomar a toda prisa y dejar que el resto del fútbol se arrepienta amargamente con tranquilidad. Cualquier atractivo que se perciba es superficial, mientras que las trampas están escondidas, dijo la organización.
La UEFA seguirá oponiéndose hasta que prevalezca el sentido común y se abandonen los planes.
De todas formas, Infantino no da señales de retroceder y el viernes mantuvo reuniones con las federaciones sudamericanas. El consejo rector de la FIFA se reunirá el miércoles, cuando se espera que decida si la reunión de diciembre de todas sus federaciones será un Congreso Extraordinario completo o una nueva cumbre global.
Lo cierto es que hay muchas razones por las que el presidente de FIFA difícilmente dé el brazo a torcer. Un análisis realizado por Forbes arrojó que la última Copa del Mundo realizada en Rusia 2018 dejó los siguientes números:
- 1650 millones de dólares: en ingresos por derechos de comercialización para la FIFA para el ciclo 2015-2018. Se proyecta que para el próximo ciclo de cuatro años serán 1,800 millones de dólares.
- 3000 millones de dólares: en ingresos por derechos de transmisión en televisión para la FIFA durante el ciclo 2015-2018. Se espera que alcance los 3.500 millones de dólares para este proceso de cara a la Copa del Mundo de Qatar 2022.
- 6.000 millones de dólares: fueron los ingresos para la FIFA durante el ciclo presupuestario de 2015-2018, 10 por ciento más que las proyecciones previas. Más de 4,000 millones de dólares del total se acumularon durante 2018.
- 10.800 millones de dólares: fue la inversión total para la realización de Rusia 2018, de los cuales Rusia aportó el 55 por ciento; es decir 5,940 millones de dólares.
- 400 millones de dólares: este fue el premio en efectivo total otorgado a los 32 equipos participantes. Cada equipo también recibió 1.5 millones de dólares antes de la competencia por sus costos de preparación.
- 38 millones de dólares: recibió el equipo ganador. Los finalistas se hicieron con 28 millones de dólares, y el tercer lugar se embolsó 24 millones de dólares. Por su parte los 16 equipos eliminados después de la fase de grupos recibieron 8 millones de dólares cada uno.
- 2,4 millones: fueron los boletos vendidos antes del inicio de los partidos. Los fanáticos en Rusia encabezan la lista con 871,797 seguidos de Estados Unidos (88,825) y Brasil (72,512).
Los números de la FIFA
Según un informe al que tuvo acceso la BBC, las eliminatorias y la Copa del Mundo en Brasil significaron para la FIFA un ingreso cercano a los US$ 4.800 millones y, después de los egresos, le quedó una ganancia cercana a los US$ 2.000 millones.
La FIFA reinvierte la mayoría de sus ganancias pero solo lo hace en proporción a que le produzca dinero para el ahorro, explica la BBC. El valor de ese ahorro creció de forma consistente desde US$ 350 millones en 2005 hasta unos US$1.500 millones en 2014.
Durante los cuatro años antes del Mundial de Brasil, cada federación nacional recibió cerca de dos millones de dólares de la FIFA y las confederaciones continentales, como la Concacaf, recibieron US$ 17,5 millones. Así que el total recibido en las organizaciones relacionadas con la FIFA entre 2011 y 2014 fue cercano a los US$137 millones.
El organismo enfrenta acusaciones de corrupción que se refieren a un monto de US$ 150 millones durante un período de 20 años. Eso equivale a cerca del 10% del dinero que la FIFA utiliza para emergencias. Cualquier incertidumbre legal y judicial alrededor de la Copa del Mundo es una gran preocupación para la FIFA.
Aníbal Fernández en el FIFAGATE
La Sala I de la Cámara Federal porteña ordenó investigar al ahora ministro de Seguridad de la Nación y exjefe de gabinete, Aníbal Fernández, por supuestos sobornos pagados para acceder a derechos de televisación, un desprendimiento del escándalo mundial del Fifagate. Son ocho torneos que están bajo la lupa de la justicia y el fiscal Gerardo Pollicita quien había impulsado la denuncia y fue archivada por el juez Daniel Rafecas.
La sospecha es que los empresarios habrían obtenido los derechos económicos exclusivos de diversos eventos futbolísticos en los que había participado el Seleccionado Argentino de Fútbol desde el año 1991 hasta el 2015 mediante el pago de sobornos a las autoridades de la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA) y la Confederación Sudamericana de Fútbol (CONMEBOL). Esos contratos bajo sospecha le permitieron vender a las empresas Full Play International S.A. y Torneos y Competencias S.A. vender tales derechos de televisación, marketing y publicidad en forma ilegal al Estado Nacional obteniendo ganancias millonarias.
El fiscal Pollicita estimó que el pago del Estado Nacional a esas empresas por dos años fue de 33 millones de dólares y sobreprecios pagados por 19 millones de dólares. En los Estados Unidos, el empresario Alejandro Burzaco ventiló detalles como confesor ante la Justicia de ese país, y ahora los jueces Mariano Llorens, Leopoldo Bruglia y Pablo Bertuzzi, aconsejaron que se le tome declaración sobre esos contratos bajo sospecha.
*Con información de la BBC y Forbes US.