La industria empezó el 2021 con buenas noticias. Algunos indicadores demostraron que los últimos meses del 2020 fueron de recuperación para un sector que, al igual que el resto, sintió el impacto de la pandemia. Ya con el primer mes del nuevo año sobre el lomo, los números encienden una luz de esperanza aunque la recuperación todavía no es suficiente.
Las industrias pymes trabajaron en enero con una capacidad instalada de 67,5%, casi 4 puntos arriba de enero 2020. De esta forma, se dio una continuidad de la tendencia alcista que se había manifestado de manera constante desde algunos meses atrás. El Centro de Estudios para la Producción (CEP XXI) indicó que los principales sectores fabriles cerraron el año pasado operando entre un 10 y 20% por encima del promedio de 2019.
Los primeros datos de la industria en el 2021 arrojaron que el consumo de energía se expandió 7,9% interanual y 4,6% en la medición desestacionalizada. Paralelamente, la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) informó que la producción de las pequeñas y medianas industrias manufactureras creció 0,3% en enero en comparación con igual período de 2020, con lo que marcó su segunda mejora consecutiva tras nueve meses de caída.
Los primeros datos de la industria en el 2021 arrojaron que el consumo de energía se expandió 7,9% interanual y 4,6% en la medición desestacionalizada.
"Si bien la recuperación viene siendo muy lenta, es positivo que al menos en el promedio general haya dejado de caer", indicó el documento de CAME. De los 11 grandes sectores relevados, seis registraron incrementos en el cotejo interanual, uno se mantuvo y seis finalizaron con bajas. El rubro de mayor progreso anual fue equipos eléctricos, aparatos e instrumentos, con un incremento de 10,7%.
De acuerdo con el trabajo de CEP XXI, el crecimiento verificado en enero fue traccionado ramas de la industria manufacturera, que en el último bimestre del año pasado no solo habían recuperado lo perdido por la pandemia sino que también habían logrado ubicarse entre 4 y 5% por encima de los últimos meses de 2019.
De acuerdo con el índice adelantado de actividad industrial del CEP XXI -que toma como insumo el consumo de energía en las principales plantas industriales-, el sector fabril tuvo una expansión empujado por ramas como la automotriz (+17,5% interanual), materiales para la construcción (los despachos de cemento subieron 19,2% interanual en enero.
Respecto a esto último se consignó que las grandes empresas de la construcción nucleadas en el Grupo Construya registraron un incremento del 24%. También mostraron una mejora en su desempeño la industria de caucho y plástico -con una expansión interanual del 14% en el consumo de energía y -particularmente- la siderurgia.
El uso de la energía también arrojó el dato de que el 53% de las más de 1.000 plantas industriales relevadas consumieron más energía en enero de 2021 que en el mismo mes de 2020.
La UIA, al difundir el último relevamiento realizado por la Centro de Estudios Económicos de la entidad, precisó que el nivel de actividad industrial registró en diciembre un crecimiento de 4,8% respecto a igual mes de 2019, con lo que mantuvo la tendencia positiva de noviembre y finalizó 1,1 puntos por encima de los niveles prepandemia registrado en febrero de 2020.
La demanda aún deprimida
A lo largo del año pasado, la industria acumuló una caída de 6,3%, similar a la registrada en 2019. Según la UIA, con el retroceso del año pasado, el nivel de actividad fabril sumó su tercera caída anual consecutiva, con lo que el período comprendido entre 2018, 2019 y 2020 acumuló una baja de 14,8% en el nivel de producción.
Con respecto a 2015 la cifra llega a -18,5%, quedando muy por debajo del máximo registrado en 2011, con una merma en la producción respecto a ese año de -22,8%. "El desempeño del año se caracterizó, por un lado, por la fuerte contracción durante el primer semestre (-13,6% interanual) producto de las estrictas medidas de aislamiento para hacer frente a la dimensión sanitaria de la pandemia", señaló la UIA en un comunicado.
Por otro lado, durante el segundo semestre del año se observó una estabilización (+0,5% i.a.), que se enmarcó en un contexto de recomposición de stocks y de recuperación focalizada en algunos sectores con mejores perspectivas a partir de cambios en patrones de consumo (de servicios a bienes durables), planes de financiamiento a la demanda y la elevada brecha cambiaria, que indujo una aceleración en los procesos de compra de insumos y acumulación de stocks.
La entidad fabril advirtió que pese a esta mejora en la producción, la demanda continúa aún en niveles muy reducidos y puso como ejemplo que en el acumulado de los tres primeros trimestres de 2020 este indicador marcó una merma de 14,6% interanual.