La industria del cine, una verdadera película de terror
Cecilia Valleboni Forbes Staff
Cecilia Valleboni Forbes Staff
Los exhibidores están viviendo una de las peores películas de su historia. En Argentina, el 12 de marzo comenzaron las restricciones para la actividad, que se acotaron aún más el 16, con el DNU que prohibió los espectáculos públicos masivos. Desde entonces, las salas están cerradas. Con nivel de ingreso cero, los costos fijos y los sueldos son una carga pesada. Se estima que en el primer cuatrimestre las medidas sanitarias para mitigar la expansión del COVID-19 dieron como resultado una pérdida de 5 millones de entradas.
Los datos de la consultora Ultracine muestran que en los primeros cuatro meses del año se vendieron 8.635.317 entradas, un desplome interanual del 37,6%. Enero auguraba un buen 2020. En el primer mes del año se vendieron 1,49% más que en el mismo mes de 2019. Y febrero había sido aún mejor: en la comparación con los ingresos por venta de entradas de febrero de 2019 se vio un alza del 42,77%.
Desde la Cámara Argentina de Exhibidores Multipantalla (CAEM), que agrupa a las grandes cadenas como Cinemark-Hoyts, Cinépolis y Atlas; la Federación Argentina de Exhibidores Cinematográficos (FADEC), que reúne a más de 200 dueños de pequeños y medianos complejos; y la cadena Showcase (propiedad del grupo National Amusements), el sector solicitó un rescate. “Las salas de exhibición cinematográfica están cerradas, no perciben ingresos y no tienen ninguna posibilidad de revertir esta situación en el mediano plazo”, plantearon a través de un comunicado.
La industria del entretenimiento podría perder US$ 12.000 millones solo en los Estados Unidos. El sector fue incluido en el multimillonario paquete de ayuda. “Nos salvaron de la bancarrota, tenemos chances de mantenernos solventes”, dijo John Fithian, CEO de la National Association of Theatre Owners (NATO), en una entrevista con Variety. Puntualmente, en las salas de cine, se perdieron más de 150.000 puestos de trabajo, y el gobierno ya usó US$ 450.000 millones para rescatar al sector.
Para algunos especialistas, la pandemia significa un repensar del negocio. Universal, uno de los big players, desató una guerra con las cadenas de exhibidores al decidir estrenar Trolls 2: World Tour directamente on demand. Las cadenas salieron al cruce: amenazaron con dejar de exhibir películas de Universal si el estudio insistía con esa política. Los cierto es que, en las primeras tres semanas, el film de animación recaudó US$100 millones. Disney y Warner, por ahora, postergan las fechas de sus estrenos a la espera de una tregua del virus.
de entradas de cine se perdieron en los primeros cuatro meses del año.
podría perder la industria del entretenimiento solo en EE. UU.