La historia de Ivana Cavigliasso, la "reina del maní" que dirige Prodeman y la marca Mani King
Cecilia Valleboni Forbes Staff
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Ivana Cavigliasso creció en el seno de una familia agropecuaria, junto a sus tres hermanos. Sus padres -Oscar y Graciela- se dedicaban a la producción de maíz, soja y trigo. Estudió en una escuela rural y se graduó de ingeniería industrial en Córdoba Capital para volver a radicarse al pueblo donde se habían mudado sus padres: General Cabrera, en Córdoba. Hoy su apellido es sinónimo de maní. Prodeman, la empresa creada por Oscar en 1984, se convirtió en uno de los mayores jugadores del mercado manicero global y emplea a 650 personas.
"Empezó con la selección a mano del maní, una planta muy artesanal, y hoy estamos en un predio de 35 hectáreas que era un campo de soja, pero mantenemos los valores y la dinámica de una empresa familiar", asegura la empresaria, que es directora de la firma y fue presidente de la Cámara del Maní, que agrupa a unas 20 compañías del sector. Pese a su crecimiento y escala, Cavigliasso destaca que son una empresa familiar. "Vivimos toda la familia en la misma manzana, almorzamos todos los domingos y estamos acostumbrados a sentarnos en una mesa de directorio y tener distintos puntos de vista", cuenta la empresaria, que es miembro de la segunda generación y ya tienen protocolo familiar para incorporar a la tercera.
Con base en General Cabrera, Prodeman tiene más de 40.000 hectáreas sembradas. Cuenta con una planta de maní confitería (con capacidad para producir 11.000 toneladas mensuales), otra de maní blancheado (5.000 toneladas por mes), producto elaborado (2.738) y la planta SAT (que incluye maní tostado con cáscara, grana y tostado en grano, con capacidad para 520 toneladas mensuales).
Con todo esto, Prodeman participa en el punta a punta del maní: desde la producción, cosecha, procesamiento y llega al consumidor final a través de productos terminados. "Tenemos toda la cadena", resume la empresaria. Su gran fuerte -hasta unos años atrás cuando readecuó su estrategia para también ser un gran jugador del mercado interno- es la exportación. La compañía es la segunda empresa exportadora de maní del país. Despacha al exterior a granel maní crudo, blancheado, tostado, frito, pasta y manteca, garrapiñada y grana. Entre junio y enero últimos, exportó 49.000 toneladas. "Argentina es un jugador muy importante en el mercado externo: somos uno de los principales exportadores y el mayor productor de América Latina", asegura Cavigliasso.
En 2024, Argentina alcanzó un récord histórico en el ingreso de divisas por exportaciones de maní y sus derivados. Según un informe elaborado por Franco Ramseyer, Bruno Ferrari y Julio Calzada de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), las exportaciones del sector sumaron un total de US$ 1.186 millones (unas 730.030 toneladas), lo que representó un aumento del 13% en comparación con 2023. "La calidad del maní argentino nos diferencia en el mundo", se enorgullece. De hecho, en los últimos 15 años Argentina alternó entre el primer y segundo lugar con India en el ranking global de proveedores de esta oleaginosa. Desde la campaña 2022/23, el país se mantiene en el segundo puesto, con volúmenes de exportación cercanos a los de la India. "El sector manicero es un modelo y todo el agro nos mira porque fuimos creciendo, avanzando y desarrollándonos gracias a las exigencias de nuestro mayor cliente, que son los países del continente europeo, destino del 70% de las exportaciones del país", asegura la empresaria.
Para Cavigliasso, el 2024 fue "un buen año", sobre todo teniendo en cuenta que venían de un 2023 que había sido un año "totalmente financiero". "Siempre estamos mirando adelante, estamos muy acostumbrados a los vaivenes del clima y eso nos hace muy resilientes", asegura. Sin embargo, destaca que la macroeconomía y la caída de consumo afectó al negocio. "Hoy estamos frente a una cosecha muy grande, con un precio internacional que se forma por oferta y demanda. Así que viendo la cantidad que habrá, el precio va a bajar", destaca. Como fortaleza, Cavigliasso admite que al ser una empresa familiar y estar muy involucrados en el día a día del negocio, tiene la cintura para tomar medidas ante los vaivenes. "Las decisiones se toman rápidamente. Pero la realidad es que venimos de varios años sin poder hacer inversiones en infraestructura porque siempre crecimos a través del crédito y tomar un crédito en Argentina no es tan sencillo. Tenemos la esperanza que esto se va a activar y que podemos pensar en inversiones", refuerza. El objetivo es poder hacer una planta nueva de productos elaborados. "Venimos creciendo en el espacio que tenemos, queremos hacer un espacio nuevo y comenzar con ese sueño que tenemos hace varios años. Esperemos poder comenzarlo en 2025", añade.
Para Cavigliasso, el foco de la compañía está en incrementar la participación de productos elaborados. "Estratégicamente tenemos que seguir el camino de agregar valor. Buscaremos no vender un grano más y también empezar a diversificarnos. Nos sentimos seguros en el mundo del maní, ahora estamos analizando nuevos productos", confiesa.
Cavigliasso destaca el rol de los empresarios argentinos en un país con vaivenes constantes. "Cuando teníamos altísimos niveles de inflación, nuestros clientes de otros países no podían entender cómo hacíamos. Hemos desarrollado una capacidad de adaptación y supervivencia impresionante", destaca. Y añade dos desafíos que tiene para hacer crecer a la compañía: el desarrollo y la atracción de los recursos humanos en la región en la que se encuentran; y la tecnología, que es un desafío y una oportunidad al mismo tiempo. "Nuestra mayor oportunidad es que el mundo come y nosotros hacemos alimentos", refuerza la empresaria.
Después de conquistar más mercados externos de los que alguna vez soñaron -hoy llega a más de 40 destinos-, en 2010 la familia Cavigliasso logró cumplir uno de sus sueños: tener una marca de maní en el mercado interno. Así, lanzaron Maní King con el objetivo de crear un producto de exportación pero enfocado al mercado interno. El maní frito, maní con chocolate y maní tostado con distintos sabores y hasta la pasta de maní -entre otros productos- se sumaron al consumo doméstico, algo que desde los inicios Oscar Cavigliasso soñaba con llevar adelante.
Hoy, el mercado interno representa en promedio el 10% del negocio de la compañía. "El crecimiento fue explosivo. Hace unos cinco años producíamos 10 toneladas de pasta de maní en frasco y nos quedaba todo. Pero el consumidor argentino evolucionó y creció mucho durante la pandemia. La realidad es que crecemos año a año, no solo en volúmenes vendidos sino también en la oferta de nuevos productos", resume la empresaria, que cuenta que en marzo de 2020 -tras la irrupción del Covid-19- se duplicó el consumo de pasta de maní comparado con el mes anterior. "Pensábamos que post cuarentena se iba a estabilizar, pero no fue así: no para de crecer", añade.
El consumo per cápita de maní en el país ronda -de acuerdo a algunas mediciones- los 200 gramos. "Como tendencia, vemos que el mundo de los productos de maní crece más que sus competidores clásicos. Por ejemplo, crece más que otros snacks y lo mismo pasa con la pasta de maní versus sus competidores como el dulce de leche o la mermelada", cuenta Marcos Nakasaki, jefe de Marketing y Ventas de Maní King. Su principal caballito de batalla en el mercado interno es el maní salado, que se lleva la mayor parte del volumen. La marca -que compite en distintos rubros con multinacionales y marcas regionales- tiene un market share en el mundo del maní del 40% en cadenas y autoservicios, y 50% en mayoristas. En tanto, en pastas y mantecas, logró el 70% de participación. Si se incluye en la categoría de los untables de chocolate y cacao su share ronda el 40%, según datos de la consultora Scentia.
El año pasado, la compañía incursionó además en un nuevo segmento: el de las golosinas, donde compite con gigantes como Mondelez y Arcor, entre otras. "Fue un desafío enorme, que nos obligó a innovar y a pesar en la expansión de la marca a un rubro que tiene una dinámica muy diferente", asegura el ejecutivo. Así, lanzó barras de chocolate con maní en presentaciones de 33 gramos y 90 gramos. "La idea es introducir la marca en categorías más masivas, sin descuidar nuestros principales canales de distribución como supermercados y mayoristas regionales", cuenta Nakasaki, que admite que podrían incursionar en otros rubros como galletitas.
La sustentabilidad es para Prodeman uno de los principales ejes. De hecho, realiza la medición de la huella de carbono desde 2010. "Fuimos unos adelantados en ese aspecto, porque además así lo requieren nuestros clientes europeos y del mundo. La sustentabilidad está en la primera línea de lo que miran", asegura. En este sentido, la innovación fue un pilar fundamental.
De la producción de Prodeman, el 70% es el grano y el 30% es cáscara, un residuo que tiene mucho volumen y poco peso. Tras meses de investigaciones surgió el proyecto para generar electricidad a partir de la cáscara. "Eliminamos un pasivo ambiental y obtuvieron un activo energético", describe. Así, su planta tiene una capacidad de producción de 10 megavatios por hora y se estima que puede abastecer aproximadamente a 18.000 hogares al año. Para sostener este rendimiento, se requieren 240 toneladas de cáscara de maní. Con una operatividad ininterrumpida, la planta de energía verde ofrece una constante fuente de electricidad al Sistema Interconectado Nacional desde 2017.
Como resultado de quemar la chala para producir energía surgió como residuo la ceniza. De esta forma, empezó la producción de ladrillos sostenibles, que destina a fines sociales. "Estamos estudiando otras aplicaciones para poder desarrollar", adelanta Cavigliasso. Además, en 2024, Prodeman dio un paso significativo hacia el futuro de la agricultura regenerativa y firmó un acuerdo con Bayer para trabajar en conjunto en pos de la implementación de prácticas que buscan producir más con menos, mientras regeneran los recursos y se protege el ecosistema agrícola. Esta alianza se formaliza en el marco del Programa Bayer ForwardFarming, iniciativa que fomenta prácticas de agricultura moderna, mediante una plataforma para el intercambio de conocimientos y la implementación de tecnologías y buenas prácticas, utilizando soluciones integradas de Bayer y sus socios.