Hace más de 20 años, cuando nada hacía pensar en una pandemia que en algún momento iba a confinar a prácticamente todo el mundo a trabajar y educarse desde sus hogares, el argentino Alfredo Vercelli creó una compañía en España, llamada Educaria. Combinamos mi visión y capital con empresas que brindaban servicios al sector educativo español y ofrecían herramientas y sistemas de gestión para administrar colegios, que con el tiempo pasaron a llamarse Studebaker Information System (SIS), explica Vercelli en una entrevista vía Zoom junto a parte de su equipo, formado por Cristian Martín Pérez-Carrión (director general), Julio Rodríguez (CTO) y Agustina Castro Videla (directora corporativa de RR.HH.).
Vercelli viene del mundo editorial: su familia era propietaria de Editorial Atlántida pero, cuando la compañía fue vendida, se fue. Estaba muy ligado al sector editorial de libros y, en el año 2000, me pareció que la tecnología y la educación se iban a juntar e iba a ser un gran mercado, por lo que empecé a invertir en eso. Sucedió, pero pasaron más años de los que yo esperaba, recuerda entre risas.
De ese primer paso de Vercelli a hoy, Educaria se convirtió en una compañía que crea plataformas de enseñanza-aprendizaje, de administración y de comunicación, construyendo entornos responsive/adaptativos, con oficinas en España, Argentina, Chile y Perú, trabajando con más de 6.000 centros educativos, más de 260 empleados y ventas por US$ 15 millones. Uno de sus últimos hitos: ganó el concurso público convocado por el Ministerio de Educación de España para la renovación de su ecosistema digital, específicamente para los centros de Acción Educativa Exterior (AEE). Si bien más del 80% de los grandes grupos educativos españoles trabajan con nosotros, fue muy importante, cuenta Vercelli.
Nosotros no damos servicios educativos, sino que estamos detrás dando soporte a los centros educativos para proveerles la tecnología o los servicios de consultoría para que ellos puedan darles a sus clientes finales, que son los alumnos y las familias, los servicios educativos, resume Pérez-Carrión.
El público objetivo, entonces, son las instituciones educativas del ámbito privado o público. Y los servicios, desde el punto de vista del software, consisten por ejemplo en un sistema de gestión que cubre todos los procesos del centro, con diferentes piezas, como un Learning Management System (LMS), un sistema generador de horarios o un sistema para gestionar la biblioteca, por poner algunos ejemplos.
El modelo de negocios incluye plataformas y modelos de gestión, productos de software (que tienen asociado un mantenimiento, soporte y acompañamiento) y servicios de consultoría. No solo desplegamos nuestros productos de software, sino que también nos conectamos con las grandes herramientas del mercado, como Google Workspace o Microsoft Teams, añaden. La flexibilidad del modelo implica que Educaria puede ofrecer soluciones end to end, por ejemplo para una institución educativa que necesite una transformación, o en un determinado momento y ante una necesidad específica. No somos una consultora, somos una compañía de acompañamiento de largo plazo, aclaran.
En expansión
Para atender a estas miles de instituciones educativas clientes en los países en los que está presente Educaria, todos los desarrollos son propios. Tenemos un enfoque muy ligado al cliente y equipos tanto en la Argentina como en España de desarrollo y tecnología, explica Rodríguez, el CTO. Y añade: Desde hace varios años trabajamos con metodologías ágiles para estar muy cerca del cliente. Colaboramos activamente con los centros más punteros para trabajar las necesidades que tienen.
La pandemia del Covid-19, por supuesto, le trajo nuevos desafíos al negocio, aunque por otro lado puso en el centro la necesidad de la transformación digital, sobre todo en las instituciones educativas. La educación estaba atrasada en términos de incorporación tecnológica, por lo que en ese sentido nos favoreció -dice Vercelli-. Pero todavía tuvimos que adaptarnos desde el punto de vista comercial y, más importante todavía, desde nuestro punto de vista como organización, aclara.
Como organización, esta situación nos aceleró y ayudó a derribar mitos, a probar cosas nuevas y ver que había una forma diferente de trabajar, cuenta Castro Videla. Con todos los equipos trabajando desde sus casas, aprovecharon como compañía para resignificar la propuesta de valor y buscar otras formas de trabajo, sobre todo para adaptarse a la realidad personal de cada empleado.
Hacia afuera, el desafío fue salir a cuanto al uso de plataformas de gestión de instituciones educativas. Hacia adelante, la matriz de crecimiento tiene dos ejes: más productos a los clientes actuales y sumar clientes nuevos. Por el momento, nuestros países estrella son Argentina, Chile y Perú y lo seguirán siendo. Recién pensaremos en ir a un cuarto país latinoamericano dentro de dos años porque es el tiempo que se necesita para entrar y armar equipos, anticipan. Por ahora, el objetivo es replicar en Argentina la penetración de mercado que ya consiguieron en España