A sus 89 años, el empresario argentino Guido Parisier no se detiene. Egresado de la facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Buenos Aires (UBA), exdueño del hotel Hermitage y exdirector de la Bolsa de Comercio marplatense, impulsor del club nocturno Hippopotamus, exproductor cinematográfico, presentó recientemente su libro autobiográfico No sé todavía.
A través de las poco más de 150 páginas, Parisier, casado con Mónica Cafarelli, presidenta de Make a Wish Argentina y padre de tres hijos, hace referencia a momentos clave de la historia local y global, que van del hotel Hermitage en Mar del Plata, hasta Fidel Castro, pasando por Catherine Deneuve, Jean Paul Belmondo, Libertad Lamarque, Cantinflas, Alberto Olmedo, Carlos Menem, Julio Ramos y Carlos Reutemann.
La suerte está, pero hay que ayudarla. Hay que emprender, motivados por el deseo, buscando lo que uno quiere, compartió Parisier, exdirector de la Cámara Argentina de Maderas Aglomeradas y de la Asociación de Hoteles, en el marco de la presentación del libro.
En un mano a mano con Forbes, Parisier, que fue candidato a diputado nacional por la Alianza Democrática Independiente y subsecretario de Estado con cargo de Director Nacional de Cinematografía, comparte cómo ve a la Argentina y rescata un mensaje pronunciado por Arturo Frondizi. "La carga financiera de la administración pública no solo deprime la actividad productiva, es un factor inflacionario que afecta la estabilidad monetaria y el desarrollo económico". "Mi reflexión: el Estado está en tan mal estado que se pudre y descompone al gobierno (a cualquier gobierno). Es necesario corregirlo para salvar al país, sostiene.
-En un momento de crisis como el que vivimos ahora, ¿qué recomendación daría a jóvenes empresarios y emprendedores argentinos?
Soy de la década del 30 y desde la década del 40 escucho esa expresión: la crisis que vivimos. La generación del 80 que ubicó a nuestro país entre los primeros 8 del mundo gobernó exitosamente con un estado que ocupaba el 1,8% de la población activa. Opino que la crisis ha sido creciente a causa del crecimiento del estado. Identificar el problema es el camino para encontrar la solución. Tenemos el inmenso patrimonio de los errores políticos cometidos que sirven, son valiosos, para no repetirlos y el talento de los creadores de unicornios argentinos que avalan la capacidad e inteligencia necesaria para superar cualquier crisis. La Argentina es una cuna de talento tecnológico que dio nacimineto a las empresas más importantes de la región. Mi recomendación es que no dejen que la coyuntura opaque el deseo de emprender. Por el contrario, que piensen en armar equipos locales pero productos y servicios de exportación.
-¿Cuáles considera que deben ser las prioridades del Gobierno para poder impulsar un clima de negocios saludable en el país?
Un organigrama estudiado del Estado Nacional Provincial y Municipal, y un plan de gobierno que nos coloque a la cabeza del mundo.
-¿Cómo ve a la Argentina? ¿Qué sentimientos le genera?
Con gran futuro, no califico el periodo de la pandemia, cuando la superemos comenzará un ciclo de crecimiento constante.
-¿Qué perspectivas tiene para 2022? ¿Cree que podemos tener aún algo de optimismo?
La grieta es producto de la incapacidad de los políticos argentinos. Aspiro a que una vez leído el resultado de las elecciones, TODOS (cuando digo todos me refiero a todos) concurran a colaborar y no a criticar. La grieta es otro de las causas del fracaso.
Cuando estuve en el gobierno comprobé que el talento de los argentinos representa un inmenso capital que nos destaca en el resto del mundo.
-Como empresario, ¿cuál fue su mejor negocio? ¿Por qué?
Junto a Juan Carlos Coppola, la instalación de una industria de maderas aglomeradas que fabricó las viviendas Alberto J. Armando.
-¿Y su principal error? ¿Cómo lo superó?
Creer en la Justicia argentina. La sigo esperando.
-Si pudiera viajar en el tiempo y hablar con un joven Guido Parisier a sus 20 años, ¿qué consejos le daría?
Comprender más y luchar menos. A veces, perdiendo se gana.