Bioceres, una empresa argentina dedicada a la biotecnología agrícola, continúa creciendo gracias a, en parte, sus semillas de trigo HB4 "antisequía", que fueron aprobadas para sembrarse en el país en 2022. Si bien todavía se trata de un producto nuevo, recientemente se dio a conocer cómo se comportó durante la campaña 2022/23 caracterizada por una intensa sequía.
Concretamente, Federico Trucco, director ejecutivo de la compañía, detalló en un comunicado para accionistas que “las severas condiciones de sequía en Argentina” permitieron poner a prueba la tecnología HB4 “como nunca antes”.
“El desempeño del trigo HB4 ha sido sobresaliente en todos los frentes. En ambientes que rinden menos de 2 toneladas por hectárea, el trigo HB4 ha superado a los materiales comerciales con una mejora de rendimiento promedio del 43%, ganando en siete de cada 10 ubicaciones y promediando una tasa de ganancias de 8 de 10 al agregar las últimas tres temporadas”, destacó el ejecutivo.
En la última temporada, la cosecha de trigo cayó de los 22 millones a los 13 millones, mientras que, según la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, el rendimiento promedio nacional fue de 22,80 quintales por hectárea, cuando la cifra histórica ronda los 30 quintales.
En este escenario, el empresario a cargo de Bioceres indicó: “Cuando se neutralizan los efectos de confusión de la genética de fondo, como es el caso de las comparaciones entre variedades isogénicas (es decir, variedades que son casi idénticas genéticamente excepto por la presencia del gen HB4), las tasas de éxito de HB4 aumentan por encima del 80%, en todos los entornos, no solo aquellos con rendimientos por debajo de las 2 toneladas por hectárea, ratificando la amplia oportunidad de hectáreas que genera la tecnología”.
De cara al futuro, Trucco comentó que aun queda mucho recorrido para la campaña 2023/24, ya que la empresa puede cubrir hasta un tercio de las plantaciones de HB4 con materiales de segunda generación, lo que permite reemplazar las variedades de primera generación casi por completo para el año fiscal 2024.
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De acuerdo al ejecutivo, estos materiales de segunda generación “muestran una ganancia genética de dos dígitos en comparación con los materiales de primera generación en entornos de alto rendimiento, superando a las mejores variedades comerciales incluso cuando los rendimientos promedian más de 4 toneladas por hectárea".
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