El Índice de Confianza Pyme (ICPyme) elaborado por la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) registró un incremento de 0,7% mensual en agosto, logrando una leve alza luego de la fuerte caída de julio y tras cuatro meses consecutivos en baja.
El ICPyme tiene el objetivo de captar la confianza del empresario pyme en base a tres variables: la situación presente de su empresa, sus expectativas de evolución futura y sus intenciones de inversión.
En julio, el ICPyme había registrado su valor más bajo de la serie, en parte, explicado tanto desde la esfera política con cambios de ministros como desde economía, con una debilidad macroeconomía que exacerbó los indicadores de inflación, la ampliación de la brecha cambiaria así como las demoras en las entregas de proveedores, entre otras cuestiones.
En agosto, se observa que el empresario pyme parecería haber encontrado cierta estabilidad sobre valores más bajos que el promedio del primer semestre.
El incremento registrado este mes se explica, fundamentalmente, por los industriales (ICPyme-industria) para quienes la confianza aumentó 4,8% luego de la fuerte caída del mes pasado (-13,9%). En el comercio (ICPyme-comercio), en cambio, la confianza bajó otro 1,9% mensual. De esa manera, la confianza del comercio en agosto resultó 6,7% menor a la del industrial.
Principales consideraciones del ICPyme, según sus componentes
El componente fundamental que impulsó la mejora en la confianza pyme durante el mes de agosto fue el aumento de 9,4% en las expectativas futuras del industrial. Hay expectativas por que la nueva gestión económica logre traer más calma a los mercados y frenar la inestabilidad macroeconómica.
También las expectativas futuras del comercio pyme subieron 4% en el mes (habían caído 22,9% en julio). Aunque la caída en su indicador general de confianza se debe a la evaluación que realiza sobre su situación presente, que se redujo 8,4% frente a julio.
La evaluación de la situación presente de la industria mejoró 3,3% en el mes que, a diferencia del comercio, se presenta como más favorecido por la normalización en las entregas, precios relativamente más tranquilos y con niveles de pedidos de producción más estables.