A pesar del esfuerzo que realizan las mujeres por incluirse en la economía regional, uno de los sectores donde se evidencian más brechas de género es en el de las inversiones, pues las mujeres son minoría como inversionistas y como parte de los cuerpos directivos en los fondos de inversión que deciden cómo y en qué invertir ese dinero.
En GBM, una empresa que maneja 90% de las cuentas de inversión en México, tan solo el 24% de las cuentas pertenecen a una mujer, según datos de la misma institución.
Asimismo, la falta de mujeres en los fondos de inversión es un problema relevante. En países como México, el 84% de los fondos no tiene ninguna mujer en su equipo de inversión y apenas 4% tiene una sola mujer socia, según se puede leer en el portal de Mujeres Invirtiendo.
Esta problemática no se queda solamente en una pobre representación interna, también ocasiona un menor apoyo a los emprendimientos levantados por mujeres. Según la organización, 82% de las startups fondeadas por la industria de capital privado no tiene a una mujer en su equipo fundador. De hecho, en la Argentina, de acuerdo a un estudio de la Asociación Argentina de Capital Privado, Emprendedor y Semilla (ARCAP), solo el 11,5% de los emprendimientos que recibieron inversión en 2021 tienen una CEO mujer. Esto significa un retroceso de la presencia de mujeres en puesto directivos de las compañías invertidas respecto a los períodos anteriores.
Para entender mejor el fenómeno, Susana Espinosa de los Reyes, cofundadora de Mujeres Invirtiendo y actual Partner de Dux Capital, platicó con Forbes México e hizo énfasis en que los sesgos empiezan desde el momento de entrevistarse con los fondos de inversión:
Las mujeres emprendedoras se enfrentan al reto de que los inversionistas analizan sus proyectos con otra vista, ven el riesgo que hay en una mujer, diferente al que ven en los hombres. Normalmente en un hombre ven mucho más el éxito, el potencial y el crecimiento masivo, explicó la experta.
Muchas veces las startups lideradas por mujeres tienen un mejor retorno monetario para los inversionistas que los de los hombres, pues generan en promedio 78 centavos más por cada dólar invertido, según información de Mujeres Invirtiendo. Sin embargo, la falta de representación femenina en los fondos de inversión ocasiona que sea a las emprendedoras mujeres a quienes se les cuestione más sobre sus capacidades.
A las mujeres les preguntan más qué riesgos podría tener su compañía o cómo podrían manejar ciertos conflictos de interés. Entonces ellas tienen que estar más constantemente validando que lo que están haciendo es lo correcto vs lo que tienen que hacer los emprendedores hombres, ejemplificó Espinosa.
Para Susana, una mayor representación femenina no solo ayudaría a mejorar las oportunidades para los emprendimientos liderados por mujeres, sino que una mayor diversidad en los fondos de inversión es esencial para que se puedan tomar las mejores decisiones:
Si tienes a seis amigos hombres, de la misma universidad, de la misma edad, que trabajan en lo mismo y los pones a decidir si invertir, o no, en algo tendrán una perspectiva sesgada, podrían tomar una mejor decisión si tuvieran perfiles complementarios, explicó la experta.
Además de Mujeres Invirtiendo, Susana también forma parte del fondo de inversión Dux Capital, por lo que aseguró que el objetivo de todas las personas que trabajan en el Capital Privado es darle el mayor rendimiento posible a sus inversionistas:
Hay muchísimos estudios que demuestran que la diversidad aumenta los retornos de inversión. Entonces si con la diversidad aumentamos nuestros retornos, ¿por qué no tener más mujeres dentro de las decisiones de inversión para buscar mejores rendimientos financieros?, cuestionó.
Así nació Mujeres invirtiendo
Susana aseguró que los negocios siempre han formado parte de su familia: Mi abuelo emigró de la guerra en Armenia; cuando llegó a México inició un negocio desde cero hasta convertirlo en una de las fábricas de zapatos más importantes de la región y obviamente yo crecí viendo el potencial que tiene el sector privado en este país.
Ese antecedente familiar la llevó a estudiar Administración en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM). Durante seis años trabajó en el fondo de capital privado Angel Ventures. Esto la formó en el mundo de los fondos que invierten en startups.
En los años en los que Espinosa trabajó para Angel Ventures, ella pudo notar que no era normal que las mujeres realizaran inversiones y, sobre todo, que formaba parte de uno de los pocos fondos de capital privado que tenían mujeres en sus equipos de decisión.
Asistí a diferentes eventos que realizaban algunas de las mujeres inversionistas del fondo en el que estaba y me di cuenta de la falta que había en la industria. En Angel Adventures los socios eran muy abiertos a integrar e involucrar a las mujeres en lo más que podían, pero al final era evidente que, en la mayoría de las otras compañías y fondos, todos los socios eran hombres, aseguró.
Siete mujeres la invitaron a eventos donde se promovía el rol de mujeres en la industria, así como otros proyectos informales, hasta que en conjunto formalizaron el proyecto de Mujeres Invirtiendo.
Hoy en día, la organización es una comunidad integrada por más de cien mujeres que participan activamente en la industria del capital privado en nuestro país. Con la experiencia de todas, promueven que los fondos de inversión incluyan a más mujeres dentro de sus equipos y que en todos los paneles de la industria haya por lo menos una mujer.
Las mujeres emprendedoras no tienen que buscar necesariamente a mujeres inversionistas, tienen que buscar al mejor inversionista para su compañía. Entonces nosotras, en Mujeres Invirtiendo, promovemos que mientras tengamos a más mujeres en los fondos de inversión podemos llegar a tener más inversiones en mujeres emprendedoras, consideró Espinosa.
*Publicada en Forbes México